Iglesias
Cristianas de Dios
[CB15]
José:
El Hijo de Jacob
Parte
2
(Edición
2.0
20030202-20070128 )
Como resultado
de la hambruna en la tierra de Egipto, los hermanos de José se presentan ante
él por primera vez en trece años para pedirle comida. Y aunque él reconoce a
sus hermanos, José no se da a conocer ante ellos al principio. No obstante,
finalmente José se reúne con sus hermanos y con su padre.
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José:
El Hijo de Jacob Parte 2 [CB15]
La hambruna se había extendido a otras naciones mas allá de Egipto, y la
casa de Jacob en Canaán no fue la excepción. Por este motivo, cuando Jacob vio
que los diez hijos que le quedaban no se iban a Egipto donde podían comprar
provisiones, él les preguntó: "¿Por qué se miran unos a otros?
Efectivamente he oído que hay grano en Egipto" (Gen. 42:1-2).
Recuerden que como hemos visto en estudios previos, los otros hijos de
Jacob le habían dicho que un animal salvaje había asesinado a José. Dado a que
Jacob no quería que le nada malo le ocurriera al que él consideraba el único
hijo con vida que le había dado su fallecida esposa Raquel, Jacob mantuvo a
Benjamin detrás mientras los otros diez hijos partieron hacia Egipto (Gen.
42:3-5).
A su llegada a
Egipto, los hermanos de José vinieron antes de él haciendo reverencias con sus
rostros humildemente hacia la tierra. Ellos hicieron esto como señal de respeto
por un hombre importante. Podemos recordar que en la Parte 1 de la historia,
José era segundo en rango de mando bajo el Faraón de Egipto. José sabían
quienes eran y recordó el sueño que había tenido cuando era un joven muchacho –
que sus hermanos estaban haciendo reverencia ante él. Entonces ese sueño finalmente se
había vuelto realidad (Gen.
42:6-9).
Ellos no
reconocieron a su hermano José después de tantos años, porque él era un joven
muchacho cuando ellos lo vendieron como esclavo y ahora él era un hombre
adulto. Además él se veía como cualquier egipcio. Pero ellos supieron del poder
del hombre que estaba frente a ellos. José quiso decirles quién era y
abrazarlos, pero decidió esperar. Al notar que su hermano menor Benjamín no estaba presente, José comenzó
una de las dos pruebas que sus hermanos debían experimentar para poder aprender
de sus errores del pasado.
Génesis 42:9 " Entonces José se Acordó de los sueños que había tenido acerca de ellos y les dijo: --¡Sois Espías! Para ver los lugares desprotegidos del País habéis venido.
Los hermanos
de José negaron sus acusaciones de que eran espías que habían venido a Egipto
para poder informar a las naciones enemigas sobre las debilidades de Egipto.
Ellos respondieron: --Tus siervos somos doce
hermanos, hijos de un mismo hombre de la tierra de Canaán; pero el menor se ha
quedado ahora con nuestro padre, y el otro ya no Está con nosotros. (Gen. 42:13)
Pero José
continuo acusándolos. Él sabía que ellos no eran verdaderos espías, pero decidió asegurarse que
su rango y poder seguía siendo el foco de su atención. El hizo esto
asegurándoles que no dejarían Egipto a no ser que su hermano menor viniera a
Egipto como prueba de que lo que habían dicho era verdad (Gen. 42:14-16).
Luego de
mantenerlos en prisión por tres días, José permitió que todos menos uno de sus
hermanos volvieran a casa y a su padre con grano para ayudar a sus familias
durante la hambruna (Gen. 42:17-20). Finalmente, al darse cuenta de que estaban
pasando por todo esto a causa de lo que le habían hecho a su hermano José en el
pasado, los hermanos discutieron su culpa y la posibilidad real de perder la
vida como consecuencia de sus acciones pasadas.
Génesis 42:21-22 Y se Decían el uno al otro: --Verdaderamente somos culpables con
respecto a nuestro hermano, pues a pesar de ver la angustia de su alma cuando
nos Pedía Compasión, no le escuchamos. Por eso ha venido sobre nosotros esta
desgracia. 22 Entonces Rubén les Respondió diciendo: --¿No os hablé yo,
diciendo: "No pequéis contra el muchacho", y no me escuchasteis? He aquí, también su sangre nos es
demandada."
José hablaba
la lengua egipcia y sus hermanos solo hablaban hebreo, entonces toda esta
conversación entre los hermanos se realizó por medio de un intérprete. Esta persona
podía hablar los dos idiomas (Gen. 42:23). Pero José recordaba su lengua materna y
entendió lo que sus hermanos estaban diciendo. Él estaba apenado por sus
hermanos entonces se retiró para que ellos no lo vieran llorar. Cuando José
regresó, hizo que ataran a Simeón como prisionero ante la mirada de sus otros
hermanos (Gen. 42:24).
Antes de que los hermanos liberados emprendieran su regreso a la casa de su
padre Jacob, José, desconocido por sus
hermanos ordenó a sus siervos que colocaran el dinero de sus hermanos
nuevamente en sus bolsas. Cuando uno de los hermanos abrió su bolsa de grano en
el lugar donde se habían detenido para acampar, ¡encontró todo su dinero en la
bolsa! Él se lo mostró a sus hermanos y ellos también
encontraron su dinero en sus costales de grano. De pronto todos se
atemorizaron porque pensaron que podrían ser acusados de robar el dinero si
José lo descubría (Gen. 42:25-28).
Intenta
imaginar el miedo que pudieron sentir los hermanos al creer que tendrían que
responder por sus acciones ante el segundo individuo más poderoso en la nación
más ponderosa del mundo. A menudo es difícil responder ante nuestros padres por
nuestras acciones, ¡piensa lo difícil que sería tener que responder por
nuestros errores ante los líderes de nuestras naciones!
Luego de haber regresado a la tierra de
Canaán, los hermanos se presentaron ante Jacob rápidamente y le contaron todo
lo que les había pasado en Egipto. Cuando Jacob vio los fajos de dinero de los
costales de sus hijos, él también se atemorizó. Porque, Jacob creía que José y Simeón
estaban muertos, y ahora Benjamin debía regresar con sus otros hijos a Egipto. Como hijo mayor, Rubén intentó
asegurarle a su padre que si Benjamin quedaba a su cuidado, él se aseguraría
que Benjamin regresara con ellos, aún a costa de las vidas de sus dos propios hijos (Gen. 42:29-36).
Génesis 42:37 " Rubén Habló a su padre diciendo:
--Haz morir a mis dos hijos si no te lo traigo de vuelta. Entrégalo en mi mano,
que yo te lo traeré de vuelta.
Preocupado por
cualquier peligro que pudiera presentarse a Benjamin durante el su viaje, Jacob
se negó por el momento a dejarlo ir (Gen. 42:38). Sabiendo cuánto nos aman
nuestros padres en verdad, así como Dios también ama a Sus hijos, es fácil
darse cuenta cuán difícil debió haber sido para Jacob exponer a Benjamin a una
situación en la cual peligraría su vida; especialmente cuando Jacob creía que
ya había perdido dos hijos, José y Simeón.
Sin embargo,
cuando la hambruna se volvió severa, Jacob no tuvo opción y tuvo que permitir
que Benjamin regresara a Egipto con sus otros hijos para que obtuvieran
provisiones. Esta vez, Judá se hizo responsable por la seguridad de Benjamin.
Judá prometió que si algo le pasara a Benjamin, él sería culpable por siempre
(Gen. 43:1-9).
Intenta
recordar quienes tomaron una maldición sobre ellos mismos en la familia de
Jacob cuando él era mas joven. Si nos referimos a lecciones anteriores y a la
Biblia misma, ¿qué es lo que dice Dios que está mal con respecto a aceptar que
una maldición o culpa caiga sobre nosotros?
Jacob finalmente
aceptó que Benjamin tuviera que regresar con sus otros hermanos a Egipto,
porque el resto de sus hijos y nietos estaban sufriendo por la hambruna. Sin
embargo, para asegurarse de que no volvieran a Egipto con las manos vacías,
Jacob envió con ellos obsequios como frutas, bálsamo, miel, especias, mirra,
pistachos y almendras (Gen. 43:10-11).
Junto con esos
presentes, los hijos también debían llevar el doble de la suma de dinero que
ellos habían llevado en su primer viaje a
Egipto. También se les dijo que devolvieran el dinero que habían
encontrado en sus bolsas de grano, en caso de que hubiera quedado en sus
costales por algún descuido (Gen. 43:12-13).
Cuando ellos
salían, Jacob declaró, "Que Dios Todopoderoso les de misericordia ante
este hombre, que él libere su otro hermano y a Benjamin. Si he de ser privado
de ellos, que así sea” Gen. 43:14).
Llegado a este
punto de la hambruna, Jacob se había dado cuenta de que si no reponía las
provisiones de su hogar, se perderían más vidas, no solo las de Benjamin y sus
otros hijos. Al haber estado dispuesto a perder a Benjamin y al haber enviado a
sus otros hijos de vuelta a Egipto, Jacob demostró su voluntad de sacrificar a
Benjamin, así el resto de su familia podría sobrevivir en el futuro.
Cuando José vio a sus hermanos regresar con Benjamin, le dijo a su
mayordomo que matara un animal para preparar una fiesta que se haría en su
casa. Una vez que los hermanos fueron llevados a la casa de José, ellos se
atemorizaron inmediatamente ante las posibles razones por las cuales habían
sido llevados allí. Asumiendo que la razón era el dinero que ellos habían
encontrado en sus costales de grano en su visita anterior, ellos se acercaron
al mayordomo para explicarle su situación. El mayordomo, conociendo la naturaleza
de la visita, aseguró a los hermanos que su presencia allí era por razones de
paz (Gen. 43:15:23).
Después de
haber lavado sus pies que estaban sucios por el viaje, bebido algo de agua,
y alimentado a sus burros, los hermanos
prepararon sus presentes para la llegada de José a medio día (Gen. 43:24-25).
Cuando José
llegó le entregaron los obsequios de
Jacob. Él preguntó por su padre y le dijeron que aún estaba con vida y
que gozaba de buena salud. Mientras sus hermanos hacían reverencia humildemente
ante él, José reconoció a su hermano menor Benjamín y le habló diciendo,
"Sea Dios bondadoso contigo, hijo mío." José pronto sintió
deseos de abrazar a Benjamin. Por este motivo, el tuvo que irse lejos de sus hermanos una vez mas para
ocultar sus emociones así como su verdadera identidad. Cuando José regresó,
todos estaban sentados en orden exacto de acuerdo a su edad, desde el mayor al
menor (Gen. 43:26-33).
Debido a que
los egipcios pensaban que era vergonzoso comer con hebreos, ellos se sentaron
separados de la familia de José. Los hermanos de José estaban sorprendidos al
ver que este hombre, que ellos pensaban que no tenía conocimiento verdadero de
su familia, los había hecho sentar de acuerdo a su derecho por nacimiento y
edad. No solo eso, ellos debieron haber sentido curiosidad por saber por qué
José se había asegurado que la porción de Benjamin fuera cinco veces mas grande
que la de los otros (Gen. 43:34).
Si analizamos
la importancia de la porción de comida de Benjamin, debemos comprender el
significado bíblico del número cinco. Aunque la Biblia a menudo se refiere al número cinco en relación con la
gracia divina sin necesidad de prueba, quizás como Benjamin no pasó por las
pruebas que enfrentaron sus medio hermanos en aquel momento, la importancia de
que José favoreciera a su verdadero hermano por encima de sus medio hermanos
puede ser igualmente significativa.
Si vemos el
modelo que nos muestra Dios el Padre podemos ver que, como Él, ni José ni
nosotros podríamos hacer “distinción de personas" (Hechos 10:34). Como
ejemplo de la propia vida de José, vemos cómo los celos y el enojo que había
crecido entre los hermanos, como resultado del favoritismo de Jacob, finalmente
condujo a la conspiración para matar a
José.
La segunda prueba a la cual José expuso a sus hermanos fue ubicar a
Benjamin en un lugar de potencial culpabilidad fatal. Para hacer esto, José
hizo que el encargado de su casa devolviera nuevamente el dinero a los hermanos
en sus costales de grano, pero José le dijo a su sirviente que además colocara
en el costal de Benjamin la copa de plata de José. Entonces, luego de que los
hermanos se fueran con sus burros al amanecer el encargado de la casa de José
los siguió. Cuando el mozo se acercó a ellos los acusó de haber robado
pertenencias personales de su bondadoso anfitrión (Gen. 44:1-8). Ellos negaron
nuevamente la acusación, diciendo:
" Aquel de tus siervos en cuyo poder sea hallada la copa, que muera; y
nosotros seremos esclavos de mi señor." (Gen. 44:9)
Ansiosos por
demostrar su inocencia, ellos abrieron rápidamente sus costales de grano para
que los inspeccionara. Fue entonces que, después de haber inspeccionado desde
el mayor al menor, la copa de plata fue encontrada en poder de Benjamin. Como era la costumbre de aquellos
tiempos cuando alguien sentía emociones muy fuertes, rasgaban sus camisas.
Ellos se sentían culpables y temían por la vida de su hermano menor y
posiblemente también por sus propias vidas. Una vez mas ellos necesitarían
hacerle entender la situación a José, entonces los hermanos se dirigieron de
vuelta a la ciudad (Gen. 44:10-13).
Ellos
admitieron la culpa por lo que había pasado con la copa de plata, así como por
sus errores anteriores, e hicieron reverencia humildemente ante José nuevamente
y ofrecieron ser sus siervos. Al ver esta demostración de humildad, José habló
con ellos y les dijo, "El hombre en cuya mano se encontró la copa, será mi
esclavo. Y con respecto a ustedes, vuelvan en paz a vuestro padre” (Gen.
44:14-17).
Dado a que la
copa de plata fue hallada en posesión de Benjamin, él corría el riesgo de
convertirse en esclavo de José, que era gobernador de Egipto. Al darse cuenta
de que lo que le estaba pasando a Benjamin era muy similar a lo que ellos
habían hecho a José en su juventud, los hermanos debieron haber sentido una
gran culpa. ¿Qué habría hecho cualquiera de nosotros si hubiéramos sido uno de
los hermanos de Benjamin?
Para Judá la
respuesta era simple. El temía que su padre no iba a vivir mucho más y que la
culpa recaería sobre él por siempre si no traía a Benjamin de regreso a Canaán.
Esperando poder explicar su situación, Judá se acercó a José para contarle toda
la historia de lo que había ocurrido (Gen. 44:18-32). Entonces Judá le imploró
a José.
Génesis 44:33-34
" permite ahora que tu siervo quede como esclavo de
mi señor en lugar del muchacho, y que el muchacho regrese con sus hermanos. 34
Porque, ¿Cómo volveré yo a mi padre si el muchacho no Está conmigo? ¡No podré,
para no ver la desgracia que Sobrevendrá a mi padre."
Judá había desempeñado un rol importante en el secuestro de José y su venta
como esclavo. Cuando José escuchó a Judá decir que estaba dispuesto a dar su
propia vida por la vida de su hermano menor, José se quebró y lloró ante todos
los que estaban en el lugar. Una vez que todos sus sirvientes egipcios dejaron
la habitación José les dijo a sus hermanos quién era en realidad (Gen. 45:1-4).
Luego de una reunión llena de lágrimas, José les dijo a sus hermanos que no
tenían la culpa por haberlo vendido como esclavo; que había sido por Dios que
él había llegado a donde estaba como segundo en poder con respecto al Faraón y
que había sido el encargado de preservar la vida durante aquellos años de
hambruna (Gen. 45:5-8).
Cuando el
Faraón recibió informes de los sirvientes de su casa de que los hermanos
de José habían venido, el Faraón y sus
sirvientes se alegraron por José. Como resultado de esto, el Faraón le dijo a
José que enviara a sus hermanos de vuelta a Canaán, que trajeran a su padre y a
todos los familiares de Jacob, y que regresaran a Egipto. El Faraón iba a darle a Jacob la mejor tierra en Egipto,
también conocida como ‘lo gordo de la
tierra’. José hizo lo que el Faraón ordenó (Gen. 45:9-21).
José les dio a
sus hermanos una muda de ropa, pero a Benjamin le dio cinco cambios de ropa y
trescientas piezas de plata. Y para su padre, José envío diez burros machos
cargados con productos de Egipto y luego diez burras cargadas con grano, pan, y
alimentos para el viaje (Gen. 45:22-24).
El simbolismo
de los grupos de burros no solo es importante en un sentido físico. Si bien los
símbolos encontrados en la Biblia pueden ser demasiado difíciles para entender
en este momento, en el futuro será muy importante para comprender el Plan y el
Calendario de Dios.
En simbolismo,
el número diez normalmente representa culminación y un nuevo comienzo. El
número dos, como en los dos grupos de diez burros, representa diferencia. Es
muy posible que para José, enviar los burros en grupos de diez fuera una prueba
simbólica para su padre Jacob de que él estaba con vida y que podrían volver a
comenzar de su relación.
Al llegar a la
tierra de Canaán, los hermanos de José le dijeron a su padre que José estaba
con vida y que ahora era el gobernador de Egipto. Al principio, Jacob no les
creyó a sus hijos, quizás por la decepción anterior cuando ellos le dijeron que
José había sido asesinado por un animal salvaje cuando era un hombre joven. Sin
embargo, una vez que Jacob vio los burros y todo lo que había sido enviado para
él desde Egipto, Jacob creyó que José realmente estaba con vida. Esto hizo
muy feliz a Jacob. Entonces, Jacob les dijo a sus otros
hijos que no demoraría, que iría a Egipto a ver a José antes de su muerte. (Gen
45:25-28).
Como nos
muestra este ejemplo de la vida de José, no debemos tener favoritismos ni como
padres ni como hermanos, como hizo Jacob con José y José con Benjamin. No
debemos dudar de los sueños o la manera en que Dios hace Su obra, porque esto
no siempre tendrá sentido para nosotros. Y finalmente, nunca debemos
apresurarnos a reaccionar ante nuestras emociones como hizo el hermano de José
con él, porque siempre hay consecuencias por nuestros pensamientos y acciones.
Entonces Jacob
y sus hijos y todas sus familias partieron con todas sus pertenencias. En el
camino, Jacob tuvo una visión o un sueño en el cual el Ángel de Jehová le habló
y le dijo que no temiera ir a Egipto, porque Dios tenía planes para su familia
allá (Gen. 46:1-3).
Cuando José supo que su padre
estaba en camino se dirigió a Gosén a
su encuentro. Imagina la alegría de Jacob al encontrar a su hijo favorito después de
tantos años y especialmente cuando había pensado que estaba muerto. Entonces
ellos lloraron lágrimas de felicidad. Jacob ahora estaba preparado para morir
porque había visto a José una vez mas (Gen. 46:29-30).
José les dijo a sus hermanos que le dijeran al Faraón que ellos estaban
acostumbrados a trabajar con el ganado. A la mayoría de los egipcios no les gustaban las personas que
hacían este trabajo, porque para ellos el ganado y las ovejas eran sagrados
(Gen. 46:31-34).
Cinco de los hermanos fueron llevados ante el Faraón y cuando él supo que ellos se encargaban del ganado y las
ovejas, el Faraón le dijo a José que los dejara establecerse en la tierra de
Gosén. Este era el mejor lugar para los rebaños y no mucho egipcios vivían
allí, entonces José estaba feliz por su familia (Gen. 47:1-6).
Después, José llevó a su padre ante el Faraón y él fue muy respetuoso con
Jacob. Cuando el Faraón le preguntó su edad, Jacob le dijo que había vivido por
130 años (Gen. 47:7-9). Después de esto José estableció a su padre y hermanos
en Gosén. Él también se aseguró de que todos tuvieran suficiente alimento para
comer (Gen. 47:10-12).
La hambruna continua
Mientras tanto, la hambruna empeoró y el pueblo tuvo que pagar por el grano
que obtenía de José; pero finalmente se quedaron sin dinero. Esto también
muestra que ellos no se prepararon en realidad para los momentos difíciles, no
ahorraron durante los momentos en que tenían en abundancia (Gen. 47:13-15).
Pero el pueblo tenía hambre y reclamaba pan a gritos. José les dijo que
podrían traer a sus animales y cambiarlos por alimentos. Pero con el tiempo también
se quedaron sin animales y reclamaron
de nuevo. Esta vez entregaron su tierra al Faraón para poder comer. Todas las
personas vendieron sus tierras porque la hambruna era terrible. Entonces
algunas personas se mudaron a las ciudades para vivir y ser alimentados hasta
que la hambruna terminó. La única tierra que no fue vendida era la tierra que
le pertenecía a los sacerdotes egipcios. Ellos recibieron una ración de
alimentos del Faraón (Gen. 47:16-22).
Cuando pasaron
los malos tiempos las personas recibieron semillas para plantar en la tierra y
el rey les pidió que le entregaran un quinto de todo lo que produjeran. Las
otras cuatro partes eran de ellos. La gente estaba contenta con este plan dado
a después de todo fueron salvados de morir de hambre. Tal como José había
dicho, los siete años de hambruna habían terminado y finalmente llegaron las
lluvias (Gen. 47:23-26).
El padre de
José y sus hermanos habían estado en Egipto por diecisiete años cuando le
dijeron a José que su padre estaba muy enfermo. Entonces él tomo a sus hijos,
Efraín y Manases y fue con su padre.
Jacob le dijo a José lo que el Ángel le había dicho mucho tiempo atrás que una
gran nación surgiría de él y que la tierra de Canaán sería entregada a las generaciones
que vinieran después de Jacob (Gen. 48:1-4).
Jacob entonces
le dijo a José que quería adoptar a sus dos hijos, así serían incluidos con sus
otros hijos en las bendiciones y promesas del Señor. Al hacer esto él se
aseguraría de que Efraín y Manases quedaran en su familia y no se mezclaran con
las familias egipcias, dado a que su madre era egipcia (Gen. 48:1-5).
Jacob bendijo
a José y a sus hijos y le dijo a José que Dios estaría con el y lo llevara de
vuelta a la tierra de sus padres (Gen. 48:21-22). Entonces Jacob bendijo
a todos sus otros hijos (Gen. 49:1-2). Después de esto Jacob exhaló por última vez y murió (Gen. 49:29-33).
José lloró
sobre su padre y lo besó. Luego ordenó a los egipcios que prepararan el cuerpo
de su padre para el entierro. Tardaron cuarenta días en embalsamarlo; luego
hubo un largo período de duelo por Jacob. Cuando todo esto terminó José le dijo
al Faraón que su padre le había hecho jurar que regresaría su cuerpo a Canaán.
El Faraón le dijo que cumpliera los que su padre le había pedido. Entonces, sus
hermanos, todos los sirvientes del Faraón y los mayores de su casa y todos los
mayores de Egipto fueron con él. Cuando llegaron allá, hicieron otros siete
días de duelo. Después de esto todos regresaron a Egipto sabiendo que habían
cumplido la promesa que le habían hecho a su padre (Gen. 50:1-14).
Por medio de
todo esto José finalmente se había reconciliado con sus hermanos. Todos sus
problemas del pasado fueron dejados de lado. Él les aseguró a sus hermanos que
les daría sustento a ellos y a sus familias (Gen. 50:15-21). José no buscó
venganza por las cosas malas que sus hermanos le habían hecho. Así como
nosotros tampoco debemos buscar vengarnos de aquellos que nos han herido. Dios
se ocupará de esas cosas si confiamos en Él.
José siguió
viviendo en Egipto con sus hermanos y sus familias hasta que murió. Cuando
estaba a punto de morir le dijo a su pueblo que el Único Dios Verdadero estaba
con ellos y que los llevaría fuera de Egipto (Gen. 50:15-26). José no se olvidó
de las promesas de Dios (Gen. 15:16; 46:4; 48:21). Él entonces hizo que sus
hermanos juraran que llevarían sus huesos fuera de Egipto cuando Dios cumpliera
su promesa. Sabemos por la Biblia que Moisés llevó los huesos fuera de Egipto
cientos de años después (Ex. 13:19). Jacob también les hizo un pedido similar a
sus hijos cuando estaba muriendo (Gen. 47:29-31).
José vivió
ciento diez años. Su cuerpo fue embalsamado y enterrado en Egipto. Los egipcios
consideraron que el haber vivido tanto tiempo había sido una bendición divina.
Se espera que
con la lectura de este documento tomemos conciencia y apreciemos mejor las
pruebas y los procesos de aprendizaje que vivieron los hermanos de José.
Podemos aplicar estas lecciones a nuestras propias actitudes y a las decisiones
que tomamos en todas nuestras vidas.
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