Iglesias Cristianas de Dios

 

[056]

 

 

 

 

 

 

Guardando las Fiestas

 

(Edición 3.5 19940917-20000209-20070710-20150909)

 

 

 

Este artículo trata sobre el historial del guardar las fiestas mencionadas en Levítico 23 que se derivan del entendimiento del cuarto mandamiento.

 

 

Christian Churches of God

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(Derechos de propiedad literaria ã 1994, ed. 1997, 2000, 2007, 2015 Wade Cox)

(Tr. 2005; rev. 2016)

 

 

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Guardando las Fiestas

 


Todo el capítulo de Levítico 23 está dedicado a las fiestas. Vale la pena revisar ese capítulo. Las fiestas se van nombrando una después de la otra en el texto y todas están interrelacionadas. La autoridad para las fiestas se saca de las escrituras.

Primero, veremos el cuarto mandamiento. No podemos guardar un mandamiento y el otro no. El sábado conduce a las fiestas. Ellas comienzan a partir de, o con, el sábado. Son fiestas de Dios, no fiestas del hombre (ref. el artículo La Ley y el Cuarto Mandamiento [256]).

 

Levítico 23:1-3 Habló Jehová a Moisés y le dijo: 2 Habla a los hijos de Israel y diles: Las fiestas solemnes de Jehová, las cuales proclamaréis como santas convocaciones, serán estas: 3 Seis días se trabajará, pero el séptimo día será de descanso, santa convocación; ningún trabajo haréis. Es el día de descanso dedicado a Jehová dondequiera que habitéis. (RV)

El sábado es una fiesta. No es correcto ayunar o convertirlo en un día de lamentaciones. Sin embargo, a veces no hay opción – como en oración espiritual – y la preparación tiene que ser hecha durante el sábado. Se nos manda que nos reunamos. No podemos guardarlo en casa (ver el artículo El Sábado [031]). Lo mismo se aplica a todas las otras fiestas. Todas son asambleas ordenadas, llevadas a cabo en lugares que el Señor elija.

 

Levítico 23:4 Estas son las fiestas solemnes de Jehová, las reuniones santas que convocaréis en las fechas señaladas: (RV)

Es responsabilidad de Israel proclamar y declarar estas fiestas a la gente y ordenar que se convoquen. No es un asunto que deba ser dejado a nuestro propio criterio.

 

Levítico 23:5-8 En el primer mes, el día catorce del mes, al atardecer, es la Pascua de Jehová. 6 A los quince días de este mes es la fiesta solemne de los Panes sin levadura en honor a Jehová; siete días comeréis panes sin levadura. 7 El primer día tendréis santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis. 8 Durante siete días ofreceréis a Jehová ofrendas quemadas. El séptimo día será de santa convocación y ningún trabajo de siervo haréis. (RV)

 

Continúa hasta la Fiesta de los Panes sin Levadura. No se debe realizar ningún trabajo. Es una convocación santa. Hay responsabilidad de presentar una ofrenda por fuego al Señor por siete días y el séptimo día es un día de convocación santa. Cuando completemos todas las ofrendas (por fuego), totalizan y representan un ciclo de tiempo completo de 19. Tenemos que guardar todas ellas para completar el ciclo. Hay otro ciclo con el número total de sacrificios en las fiestas, que tiene otro simbolismo que va relacionado al gobierno de Dios, pero lo examinaremos en otro estudio.

Levítico 23:9-14 Habló Jehová a Moisés y le dijo: 10 Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, y seguéis su mies, traeréis al sacerdote una gavilla como primicia de los primeros frutos de vuestra siega. 11 El sacerdote mecerá la gavilla delante de Jehová, para que seáis aceptados. El día siguiente al sábado la mecerá. 12 Y el día que ofrezcáis la gavilla, sacrificaréis un cordero de un año, sin defecto, en holocausto a Jehová. 13 Su ofrenda será dos décimas de efa de flor de harina amasada con aceite, ofrenda que se quema con olor gratísimo para Jehová; y su libación será de vino, la cuarta parte de un hin. 14 No comeréis pan, ni grano tostado, ni espiga fresca, hasta este mismo día, hasta que hayáis ofrecido la ofrenda de vuestro Dios. Estatuto perpetuo os será por vuestras generaciones, dondequiera que habitéis. (RV)

 

No se puede prescindir de este estatuto. La razón de atravesar, a partir de la Pascua hacia adelante, es para mostrarnos que hay un sacrificio, una base de cosecha, pues son todos engranados alrededor de las cosechas. Comienzan con Jesucristo, luego continúan con los elegidos, entonces representan la cosecha general de los últimos días. Todas estas cosechas comienzan con los primeros frutos, y ellas van aumentando en tamaño y magnitud. Cada una es necesaria a fin de que la siguiente se pueda realizar. Así es que existe todo un proceso de desarrollo (ref. los artículos La Pascua [098], La Cena del Señor [103], La Noche Memorable [101], El Significado del Lavamiento de Pies [099], El Significado del Pan y el Vino [100], La Ofrenda de la Gavilla Mecida [106b] y La Muerte del Cordero [242]).

 

Levítico 23:15-21 Contaréis siete semanas cumplidas desde el día que sigue al sábado, desde el día en que ofrecisteis la gavilla de la ofrenda mecida. 16 Hasta el día siguiente al séptimo sábado contaréis cincuenta días; entonces ofreceréis el nuevo grano a Jehová. 17 De vuestras habitaciones llevaréis dos panes como ofrenda mecida, que serán de dos décimas de efa de flor de harina, cocidos con levadura, como primicias para Jehová. 18 Junto con el pan ofreceréis siete corderos de un año, sin defecto, un becerro de la vacada y dos carneros: serán el holocausto para Jehová, además de su ofrenda y sus libaciones, ofrenda de olor grato que se quema a Jehová. 19 Ofreceréis además un macho cabrío como expiación, y dos corderos de un año en sacrificio de ofrenda de paz. 20 El sacerdote los presentará como ofrenda mecida delante de Jehová, con el pan de las primicias y los dos corderos; serán cosa consagrada a Jehová para el sacerdote. 21 En este mismo día convocaréis una reunión santa; ningún trabajo de siervos haréis. Estatuto perpetuo os será, dondequiera que habitéis, por vuestras generaciones. (RV)

Estos panes son horneados con levadura. Entonces, hemos pasado de pan ácimo a pan con levadura; hemos contado 50 días y ahora entramos a Pentecostés y ofrecemos levadura. Esa levadura es el Espíritu Santo actuando dentro de los elegidos. Pentecostés representa nuestro llamado. Es nuestra cosecha. Continuamos durante dos mil años hasta el tiempo final. Esa es nuestra fiesta. Ello nos representa. La Pascua representa a Cristo, Pentecostés nos representa y la próxima fiesta representa otro tipo de magnitud. Representa nuestra autoridad, gobierno y la cosecha y salvación de la gente y el planeta (ref. el artículo El Espíritu Santo [117]).

 

Levítico 23:22 Cuando seguéis la mies de vuestra tierra, no segaréis hasta el último rincón de ella, ni espigarás tu siega; para el pobre y para el extranjero la dejarás. Yo, Jehová, vuestro Dios. (RV)

Hay cosas que se dejaron para otra gente. Tenemos la responsabilidad activa de ayudar a la gente a que llegue allí, y darles la fuerza y sustento. Existe detrás de todo esto, un significado espiritual así como uno físico. Debemos darles ambos. Nosotros debemos dirigir y ayudar a que el pobre llegue a la fiesta y a crecer en el espíritu.

 

Levítico 23:23-25 Habló Jehová a Moisés y le dijo: 24 Habla a los hijos de Israel y diles: El primer día del séptimo mes tendréis día de descanso, una conmemoración al son de trompetas y una santa convocación. 25 Ningún trabajo de siervos haréis, y presentaréis una ofrenda quemada a Jehová. (RV)

Esta es la Fiesta de las Trompetas. Aquí no se hace mención de ninguna cosecha. No es algo que nosotros hagamos. Cristo viene como el Mesías para salvarnos y establecer su reinado sobre este planeta. Somos parte de aquel plan. No hay cosecha en Trompetas. La cosecha fue hecha en, y a partir de, Pentecostés (ver el artículo Trompetas [136]).

 

En Pentecostés, todos somos nombrados y sacados. Si tuviese que haber una cosecha en Trompetas, entonces la cosecha no ocurriría hasta que el Mesías viniera. Pero la cosecha ocurrió con el Espíritu Santo, no con el advenimiento del Mesías como el rey de Israel. Por eso no tenemos ninguna cosecha o ninguna ofrenda en Trompetas, y no debería hacerse ninguna. Lo mismo va con la Expiación.

 

Levítico 23:26-32 Habló Jehová a Moisés y le dijo: 27 A los diez días de este séptimo mes será el día de expiación; tendréis santa convocación, afligiréis vuestras almas y presentaréis una ofrenda quemada a Jehová. 28 Ningún trabajo haréis en este día, pues es día de expiación, para reconciliaros delante de Jehová, vuestro Dios. 29 Toda persona que no ayune en este día, será eliminada de su pueblo. 30 Y cualquier persona que haga algún trabajo en este día, yo haré perecer a la tal persona en medio de su pueblo. 31 Así pues, ningún trabajo haréis. Estatuto perpetuo os será por vuestras generaciones, dondequiera que habitéis. 32 Día de descanso será para vosotros, y ayunaréis, comenzando el día nueve del mes en la tarde; de tarde a tarde guardaréis vuestro descanso. (RV)

Es a raíz de esto que sabemos que los Sábados son de noche a noche (es decir de oscuridad a oscuridad), porque la Expiación es un Sábado clave y fundamental, como se explica en el artículo Expiación [138]. Lo único que se debía tomar en Expiación era el impuesto del censo. Ahora, ese impuesto del censo fue prescindido cuando se retiró el Templo. La autoridad del Templo fue retirada con la ordenación de los setenta. El lapso de los cuarenta años era para ofrecer a Judá una posibilidad para arrepentirse. Ellos no se arrepintieron y el Templo fue retirado.

 

Este impuesto del templo no era un ofrecimiento en absoluto. No podía ser hecho como una ofrenda en términos de que una persona diese más que otra, porque había un precio fijo para cada hombre. El precio de cada uno fue calculado y tuvo que pagar según el censo. Aquel pago fue hecho por Cristo. Cristo introducirá nuevamente al Templo y su estructura en Jerusalén, cuando él vuelva. Cristo probablemente introducirá de nuevo estas exigencias administrativas. Parece que las ofrendas están allí para asistir en la administración del Templo. Uno pensaría que sería reemplazado, y que Cristo lo introducirá de nuevo. Somos el Templo de Dios, no en un lugar fijo, y no en Jerusalén. Así, ahora no hay ningún impuesto fijo y en efecto, esto golpea directamente a la suficiencia del sacrificio del Mesías. Esto no es un ofrecimiento en ninguna circunstancia. Ninguna ofrenda debería ser tomada en la Expiación - "Ningún hombre más que el otro". Esto dice expresamente que no podemos cambiar la cantidad. Sólo debe estar en la forma de impuesto.

 

Luego llegamos a la Fiesta de los Tabernáculos o Tienda de Acampar – el último período.

Levítico 23:33-44  Habló Jehová a Moisés y le dijo: 34 Habla a los hijos de Israel y diles: A los quince días de ese mes séptimo celebraréis durante siete días la fiesta solemne de los Tabernáculos en honor a Jehová. 35 El primer día habrá santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis. 36 Durante siete días presentaréis ofrenda quemada a Jehová. El octavo día tendréis santa convocación, y presentaréis ofrenda quemada a Jehová; es fiesta, ningún trabajo de siervos haréis. 37 Estas son las fiestas solemnes de Jehová, en las que convocaréis santas reuniones, para ofrecer ofrenda quemada a Jehová, holocausto y ofrenda, sacrificio y libaciones, cada cosa en su día, 38 además de los sábados de Jehová, de vuestros dones, de todos vuestros votos y de todas las ofrendas voluntarias que acostumbráis dar a Jehová. 39 Pero a los quince días del séptimo mes, cuando hayáis recogido el fruto de la tierra, haréis fiesta a Jehová por siete días; el primer día será de descanso, y el octavo día será también día de descanso. 40 Tomaréis el primer día ramas con frutos de los mejores árboles, ramas de palmeras, ramas de árboles frondosos y sauces de los arroyos, y durante siete días os regocijaréis delante de Jehová, vuestro Dios. 41 Le haréis fiesta a Jehová durante siete días cada año. Os será estatuto perpetuo por vuestras generaciones; en el séptimo mes la haréis. 42 En tabernáculos habitaréis siete días; todo natural de Israel habitará en tabernáculos, 43 para que sepan vuestros descendientes que en tabernáculos hice yo habitar a los hijos de Israel cuando los saqué de la tierra de Egipto. Yo, Jehová, vuestro Dios. 44 Así habló Moisés a los hijos de Israel sobre las fiestas solemnes de Jehová. (RV)

 

(Ref. Los artículos La Recolecta [139], La Resurrección de los Muertos [143] y La Ciudad de Dios [180]).

 

No podemos suprimir ninguna de las fiestas. Todas son parte de la ley, como extensiones del sábado semanal. Los sacrificios se pagan bajo un sistema de diezmos, establecido para el manejo de esas provisiones. Hay un impuesto especial para los ofrecimientos de sábado. Es un impuesto diferente para diezmo. Trataremos de esto posteriormente. A nuestro conocimiento, este tema no se ha mencionado en este siglo (ver el artículo Diezmando [161]).

 

Hemos llegado al punto donde hemos perfilado el proceso. Hay una idea general de llegar allí bajo orden de asamblea; de estar en la Fiesta. Dios ha dicho que tenemos que ir y acampar en tiendas. No hay elección. Cada individuo tiene la responsabilidad de asistir al Sábado y fiestas. El argumento de que el individuo es parte del Templo de Dios en vista de la participación del Espíritu Santo y que no tiene que asistir a las fiestas en convocaciones señaladas, demuestra un malentendido de los conceptos implicados. Al individuo se le da el Espíritu Santo al momento del bautismo y por eso, se hace parte del Templo de Dios. Cristo fue el ejemplo para todos nosotros.

 

Aún así, Cristo meticulosamente guardó las leyes y fiestas que estableció como el Ángel de la Alianza en Sinaí. Estas fiestas son mencionadas en Mateo 26:17-20; Lucas 2:41-42; 22:15. Los padres de Cristo fueron a Jerusalén para guardar la fiesta en la Pascua. Cristo estaba allí, en el Templo, tanto cuando fue joven como ya de hombre (Juan 2:13-23; 5:1; 7:10; 10:22). Cristo guardó las leyes que él dictó. Él guardó su propia ley.

 

La gente a menudo se preocupa sobre guardar las fiestas: "Tengo un trabajo, casa, familia" – el lote entero. Aquellas cosas no deberían interferir con nuestra adoración. Dios nos ha dado varias promesas en cuanto a la protección de nuestras propiedades. Cristo dijo que él acamparía entre aquellos que le temen. Podemos, ya sea asustarnos de Dios, o de lo que los hombres pueden hacer. No podemos tenerle miedo a ambos. Si le tememos a Dios, obedeceremos Sus leyes.

 

Salmo 33:18 dice, El ojo de Jehová está sobre los que lo temen, sobre los que esperan en su misericordia. Entonces Dios dio la promesa que Él cuidará de aquellos que le temen y esperan en Él.

 

Salmo 34:7-9 dice, El ángel de Jehová acampa alrededor de los que lo temen y los defiende. Este ángel del Señor es Jesucristo.

Salmo 34:8 Gustad y ved que es bueno Jehová. ¡Bienaventurado el hombre que confía en él! (RV)

 

Estas son promesas que ha hecho el Señor. Él pondrá al mensajero o al ángel del Señor, el mensajero de Su Alianza alrededor de nosotros y Él asegurará que no queramos. No perderemos nuestro sustento o las cosas que se nos dieron. La razón por la que Él ha dado estas fiestas es que son una señal de los elegidos: una forma que Su sistema pueda ser visto y entendido. Son una bandera que Él nos ha dado.

 

Salmo 60:4 Has dado a los que te temen bandera que alcen por causa de la verdad. [Selah] (RV)

Más correctamente esto se lee como para alzarla debido a la verdad. Podemos ver la verdad del Señor en la bandera que Él nos ha dado. Esto es hecho de manera principal en las fiestas. Entendemos que las tres fiestas principales son: la Pascua, Pentecostés y Tabernáculos.

 

Se requería que todos los varones asistan. Es una representación de toda la gente que era apta para el servicio militar y sus familias. Entonces, la exigencia se puso sobre los varones, como vemos en Éxodo 23:17; 34:23; Deuteronomio 16:16; Salmo 42:4; 122:4; Ezequiel 36:38; Lucas 2:41; Juan 4:45.

 

A los extranjeros se les permitía asistir a la fiesta, como vemos en Juan 12:20; Hechos 2:1-11. Esto significa que el simbolismo de todo esto nos es dado para que sepamos que la fiesta no es una marca exclusiva de los elegidos. Podemos tener en la fiesta gente que no son miembros bautizados del cuerpo de Jesucristo. Ellos pueden asistir a la comida de Pascua y el servicio de la Gavilla Mecida, pero no pueden asistir a la Cena del Señor. Si tememos a Dios, tenemos una bandera que es establecida por el Señor. Aquella bandera nos ha sido dada de modo que entendamos y que otros puedan entender quienes somos.

 

A la fiesta debían de asistir mujeres (1Sam. 1:3,9; Lucas 2:41-42). Este no es un derecho específico de un grupo de gente. Era endémico a toda la raza de Israel – tanto varones como mujeres y extranjeros que residan en sus puertas. Por definición, esto se extiende a los elegidos, como Israel espiritual.

 

La iglesia del Nuevo Testamento guardó las fiestas, como se nota en las actividades de Pablo (Hechos 18:21; 19:21; 20:6,16; 24:11,17). No hay ninguna duda que la iglesia del Nuevo Testamento bajo los apóstoles guardó las fiestas. Estas son obligatorias y necesarias. El castigo por no observar las Fiestas se encuentra en Zacarías 14:16-19. Esto es muy importante.

Zacarías 14:16-17  Todos los que sobre vivan de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, y para celebrar la fiesta de los Tabernáculos. 17 Y acontecerá que si alguna familia de la tierra no sube a Jerusalén para adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, no habrá lluvia para ellos. (RV)

 

Hablamos aquí del remanente. Esta gente va a marchar en contra de Jerusalén y todos serán destruidos. Cada uno que sobreviva subirá año tras año para adorar al Señor de los Ejércitos y guardara la Fiesta de las Tiendas. Este es el Rey de quien hablamos: el Señor de los Ejércitos. Si cualquiera de las familias de la tierra no sube y adora al Rey, no caerá lluvia sobre ellos.

 

Zacarías 14:18-19  Y si la familia de Egipto no sube ni viene, no habrá lluvia para ellos, sino que vendrá la plaga con que Jehová herirá a las naciones que no suban a celebrar la fiesta de los Tabernáculos. 19 Esta será la pena del pecado de Egipto y del pecado de todas las naciones que no suban para celebrar la fiesta de los Tabernáculos. (RV)

Obviamente, no todas las naciones del mundo cabrían en Jerusalén, entonces los emisarios tendrán que subir. Es también obvio que la Fiesta de las Tiendas será guardada mundialmente. ¡El castigo por no guardar la fiesta es que moriremos de hambre! Tendremos sequía continua hasta que guardemos la fiesta como fue mandado. Esto tiene un significado espiritual. Si no guardamos la fiesta, no haremos que el Espíritu Santo crezca en nosotros – y nunca podremos crecer en el espíritu; nunca recibiremos alimento ni sustento. Por eso es tan importante asistir y tomar alimento espiritual, y crecer en amor entre unos y otros. Si Cristo va a traer esto de nuevo por la fuerza a todo el mundo en el milenio, entonces es axiomático para nosotros guardarlo de la misma manera que la iglesia inicial lo guardó, y en efecto, esa es nuestra bandera: que guardamos los Sábados, todos ellos.

 

Las promesas básicas se encuentran en Éxodo 34:21-24.

Éxodo 34:21-24 Seis días trabajarás, pero en el séptimo día descansarás; aun en tiempo de siembra y de cosecha, descansarás. 22 También celebrarás la fiesta de las Semanas, la de las primicias de la cosecha del trigo y la fiesta de la cosecha a la salida del año. 23 Tres veces en el año se presentará todo hombre tuyo delante de Jehová, el Señor, Dios de Israel. 24 Yo arrojaré de tu presencia a las naciones y ensancharé tu territorio. Nadie codiciará tu tierra cuando subas tres veces al año a presentarte delante de Jehová, tu Dios. (RV)

 

La promesa nos es dada: tampoco ningún hombre deseará tus tierras. Esta es la protección divina mientras guardamos la fiesta. Es la palabra de Dios. La gente se preocupa de los robos. La única vez que tuvimos algún problema fue un año cuando tomamos un día adicional después del tiempo de fiesta y algunos artículos fueron removidos de nuestra propiedad. Fue el único tiempo que tuvimos un problema en lo personal y ese caso fue usado para nuestro bien de todos modos. Fue hecho para reforzar en nuestras mentes la ley de protección.

 

Esto se relaciona con el cálculo de tiempo correcto de la fiesta. Tenemos que entender el tiempo correcto. Los elegidos hacen la determinación del calendario y del cálculo del tiempo de las fiestas. Hacerlo por medio de los judíos está equivocado (ver el artículo El Calendario de Dios [156]). Un ejemplo fue la fiesta en 1990. La fiesta se guardó un día más tarde y terminó un día más tarde (por observación lunar) porque el calendario judío se equivocó. Entonces el Último Gran Día de la fiesta no cayó sobre el verdadero último día.

 

Un miembro planteó la pregunta: ¿"Dios honra el calendario judío cuándo este se equivoca con respecto al calendario lunar como lo entendemos?" Le contestaron: "Mañana obtendrá su respuesta. Rezaremos esta noche para que el Señor nos revele si Él honra la fiesta aunque sea celebrada durante un día incorrecto o no."

 

El día siguiente, el Último Gran Día, fuimos y nos sentamos en el servicio. El servicio no pudo seguir debido a tres apagones sucesivos que obligaron a que se abran las puertas y el servicio tuvo que ser parado. Hubo robos anunciados, accidentes, y otros problemas durante el último día. Aquella persona tuvo el poder de testigo de esa magnitud y no entendió, o se olvidó. Pero el verdadero problema estuvo allí presente de modo que entendiéramos.

 

Le dijeron, "Ahora ahí tiene su respuesta". Él dijo, "¡Es increíble!"

 

Obtuvimos nuestra respuesta. La respuesta fue que el Señor no bendijo un día que fue guardado de forma incorrecta y también que el calendario judío está equivocado y en contra de la voluntad de Dios. Ese proceso fue reflejado también en la actitud con la cual guardamos la fiesta.

 

Un par de años después, en la fiesta, le robaron a un hombre joven. Le dijeron que examine su espiritualidad en cuanto a por qué él permitió que le robaran. La razón fue que él regresaba y trabajaba para que él no perdiera su trabajo. No tuvo fe en la promesa incondicional que Dios hizo, que nadie codiciaría su propiedad. Muchos de nosotros hemos tenido que dejar nuestro empleo a fin de obedecer Dios; y Dios siempre lo arreglaba. No querremos, si es que guardamos las leyes de Dios. Esperemos que aquel joven haya examinado la forma en la cual él guardaba la fiesta. Tenemos que temer más a Dios que a los hombres. Si tememos más a los hombres, entonces no tenemos fe.

 

Esa es la suma total de ello. El concepto con el cual nos enfrentamos es que el adversario nos lanza todo a nosotros antes de la fiesta, como todos sabemos. Cada uno es golpeado antes de la fiesta hasta después de la Expiación. Es en Expiación que rompemos los lazos de maldad y el oprimido saldrá libre. Si no hemos guardado la Expiación correctamente, entonces no habremos roto los lazos de maldad correctamente y sufriremos más. Tenemos que poner a Dios primero. La gente exigirá atención por varios motivos. A menudo las familias exigen que los miembros se queden con ellos a fin de que ellos no puedan asistir a la fiesta. La mayor parte de esta gente no sabe lo que hace. Esto no es su culpa. No es que ellos se despierten por la mañana y dicen "voy a enojarme deliberadamente con esta persona." El Adversario los mueve hacia el odio. Ellos harán cualquier cosa. Lo hemos visto pasar con estudiantes que han sido golpeados por catedráticos universitarios sobre el hecho de por qué tienen que tener tiempo libre para guardar las fiestas.

 

Se enfadarán con nosotros y tratarán de empujarnos. Algunos lo usan como una excusa para hacernos daño. Tenemos que tener fe en Dios. Tenemos que tratar la fiesta como una reunión obligatoria, y tenemos que estar presentes. El hecho que estemos reunidos obedeciendo a Dios es un motivo de ira para Satanás, como también lo es el hecho que lo guardemos durante los días correctos. Satanás ha hecho todo lo posible para impedir que obedezcamos a Dios. Él incitó a Hillel II en 358 EC a publicar un calendario para que no podamos guardar las fiestas en los días correctos, si seguimos el calendario judío. Los seguidores del calendario judío no guardan las fiestas correctamente, porque muchos de los días se caen fuera de los días correctos al poner ellos sus tradiciones antes que la palabra de Dios. Por eso, Hillel dijo que Esto permanecerá hasta la venida del Mesías. El Mesías no honrará este calendario. Él se deshará del calendario judío y lo pisoteará, porque ellos no tienen autoridad sobre las fechas.

 

Lo que ellos tratan de hacer es que dejemos de guardar fielmente las Leyes de Dios e interferir con nuestra fe a través de las tradiciones de los hombres. Aquel proceso se extiende en todas las formas de la legislación civil, que está siendo puesta en contra nosotros. Tenemos más libertad en estos tiempos que en cualquier otro tiempo en la historia de la iglesia, y aún esto es una carga sobre nosotros. Vendrá un tiempo en el cual no seremos libres y aquel será un tiempo muy serio. Debemos sacar el mayor partido posible de lo que tenemos, y hacer lo más que podamos, y ser una bandera para tantos como podamos ahora. Deberíamos disfrutar de la compañía de cada uno con amor y bondad. Deberíamos darnos los unos a los otros regalos espirituales y físicos, de modo que podamos desarrollarnos como una familia, y saber lo que significa sacrificarse el uno por el otro.

 

Todo este proceso no está ligado alrededor de Jerusalén. No está ligado alrededor de lugares específicos, sino donde Dios ha decidido poner su mano, ya que no estamos en Jerusalén, y porque no podíamos caber todos en Jerusalén, aun si así lo quisiéramos. Cuando llegue el tiempo, muchas personas irán a Jerusalén. Todas las naciones subirán. Ahora no podemos hacer caber todas las naciones en Jerusalén, así es que tiene que haber lugares específicos. Esa es la idea. No depende de la existencia del Templo o tabernáculos.

 

Éxodo 33:7-11 Moisés tomó el Tabernáculo y lo erigió lejos, fuera del campamento, y lo llamó Tabernáculo de reunión. Y cualquiera que buscaba a Jehová, salía al Tabernáculo de reunión que estaba fuera del campamento. 8 Y sucedía que cuando salía Moisés al Tabernáculo, todo el pueblo se levantaba y se quedaba en pie a la entrada de su tienda, con la mirada puesta en Moisés, hasta que él entraba en el Tabernáculo. 9 Cuando Moisés entraba en el Tabernáculo, la columna de nube descendía y se ponía a la puerta del Tabernáculo, y Jehová hablaba con Moisés. 10 Cuando el pueblo veía que la columna de nube se detenía a la entrada del Tabernáculo, se levantaba cada uno a la entrada de su tienda y adoraba. 11 Jehová hablaba con Moisés cara a cara, como habla cualquiera con su compañero. Luego Moisés volvía al campamento, pero el joven Josué hijo de Nun, su servidor, nunca se apartaba de en medio del Tabernáculo. (RV)

Hablamos aquí de la tienda de reunión. Esto precedió al Tabernáculo. Estaba ubicada fuera del campamento porque sabemos que el Tabernáculo era el centro del campamento. Moisés solía tomar la tienda de campaña y montarla fuera del campamento. La presencia del Señor estaba con esa tienda de campaña.

 

Siempre que Moisés iba a la tienda de reunión, toda la gente se levantaba y se ponía de pie en la puerta y miraba a Moisés hasta que él hubiera entrado. La columna de nube se quedaría en la puerta de la tienda de campaña. Todos adorarían. Así habló el Señor a Moisés, como un hombre hablaría con un amigo. Josué, el hijo de Nun, no entró en la tienda de campaña.

 

La fiesta no tiene una ubicación específica, pero es donde Dios pone Su mano a través de Sus sacerdotes. Por la columna de nube, Jesucristo establecerá su Espíritu en esa área y bendecirá el área mientras estemos allí.

 

Dios mora en tabernáculos dentro de los hombres a través de Su Espíritu Santo (Juan 14:3,15-18,23). Dios está acampando con nosotros ahora de manera constante. Pero esto no significa que no tenemos que guardar las fiestas en áreas específicas, sino donde Dios pone Su mano para una convocación santa. Esto también no evita el hecho que tenemos cosas específicas por hacer. El hecho que seamos el Templo de Dios, según 2Corintios 6:16, no significa que no tenemos que guardar la Ley o los sábados.

 

Todos ellos van ligados juntos. La gente dice, "Si no tenemos que ir para guardar la Fiesta de Tiendas, entonces no tenemos por que ir y guardar el Sábado, como una convocación santa!" Pero si lo tenemos. Cristo dijo que él va a instituir de nuevo todo cuando él venga y, si no los guardamos, entonces moriremos de hambre. Esto no significa que nos podemos sentar en casa y ser exonerados de guardar todos estos días. Vamos a la fiesta para hacer compañerismo el uno con el otro y oír la palabra de Dios. Todos tenemos responsabilidad para desempeñar nuestro rol. El hecho que los documentos de estudio puedan circular por todo el mundo ahora es indicativo que la palabra de Dios no regresa vacía y que Él espera cosas de nosotros.

 

No es suficiente decir "Ah, tenemos el Espíritu Santo y no tenemos que hacer nada. Sólo llamar a Jesús." Este es el mismo tipo de conversación que llegó al Concilio de Calcedonia, que suprimió el sábado en el Concilio de Laodicea en el 366 EC y que comenzó el deterioro en el Concilio de Elvira en el 300 EC. Todo esto ha sido hecho antes. Tenemos la obligación de hacer todo lo posible, no importa los pocos que seamos, mientras hay aún luz del día para trabajar. Vendrá el tiempo en que ningún hombre podrá hacer nada. Por eso, estamos organizados de la manera que somos. Por eso, las bibliotecas con nuestro material han ido a lugares diferentes. Cada uno de nosotros tiene que dar lo mejor de sí mientras haya luz suficiente para trabajar.

 

Hay regulaciones que rigen nuestra preparación a fin de llegar a nuestro destino. No sólo tenemos que tener fe y la determinación de dejar nuestro trabajo de lado e ir, sino que también tenemos que darnos cuenta que todos nosotros tenemos una obligación, tanto económica como física. Es decir, deberíamos estar preparados para asistir a las fiestas. Deuteronomio 12:17-19 dice que hay una regulación en el gasto del segundo diezmo. Se requiere que nosotros separemos el segundo diezmo para poder asistir a las fiestas.

Deuteronomio 12:17-19 Tampoco comerás en tus poblaciones el diezmo de tu grano, de tu vino o de tu aceite, ni las primicias de tus vacas ni de tus ovejas, ni los votos que prometas, ni las ofrendas voluntarias, ni ninguna otra ofrenda reservada de tus manos, 18 sino que delante de Jehová, tu Dios, las comerás, en el lugar que Jehová, tu Dios, haya escogido, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva y el levita que habita en tus poblaciones. Te alegrarás delante de Jehová, tu Dios, de toda la obra de tus manos. 19 Ten cuidado de no desamparar al levita mientras vivas sobre la tierra. (RV)

 

Esto en resumen nos dice que no podemos quedarnos en casa y hacer estas cosas. Tenemos que estar presentes en las fiestas para consumir este diezmo y hacer cualquier ofrecimiento. Hay sólo tres ofrendas por año. No pueden ser ofrecidas dentro de nuestra ciudad. Las ofrendas de fiesta deben ser dadas fuera. Estamos encerrados en el mundo y Dios nos libera de Egipto. Él nos lleva a la tienda de campaña de reunión y a la columna de fuego y nube. Hay un simbolismo espiritual en esto. El Espíritu del Señor está ahí para recordarnos que todavía estamos en Egipto y en el Desierto del Pecado esperando por la llegada de nuestro maestro.

 

La estructura de este planeta no es la estructura de Jesucristo. Todo el argumento de la iglesia dominante es que ellos son el Reino de Dios, y eso es una mentira. Si ellos fueran el Reino de Dios, la organización de nuestro maestro, harían lo que nuestro maestro dice, cosa que no hacen. Así es que estamos obligados a alejarnos. El que dice, "Denme sus ofrendas y pueden quedarse en casa para ofrecerlas" no ha leído la Biblia.

 

Deuteronomio 16:16 Tres veces cada año se presentarán todos tus varones delante de Jehová, tu Dios, en el lugar que él escoja: en la fiesta solemne de los Panes sin levadura, en la fiesta solemne de las Semanas y en la fiesta solemne de los Tabernáculos. Y ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacías; (RV)

Tiene que haber tres ofrendas al año. Los diezmos se consumen fuera de nuestras ciudades. Lógicamente, esto incluye a Pentecostés (Deut. 12:10-21). El alejamiento autoriza el consumo del diezmo dentro de los pueblos pero sólo para aquellos que quedan (Deut. 12:2; Ref. el artículo Deuteronomio 12:17-28 [284]). Esta es otra razón por la cual no hay ofrendas en Trompetas ni en Expiación. Es porque reflejan el concepto de que todavía seguimos en Egipto, cuando Dios envía al Mesías, y luego él nos reconciliá. No es trabajo de nosotros. También son orientadas alrededor de las familias, orientadas nacionalmente. En ese sistema, somos llamados bajo las tres cosechas y las ofrendas dadas por las tres cosechas son nuestra responsabilidad. Tenemos que prepararnos, y no podemos ir con las manos vacías.

 

Deuteronomio 12:19 Ten cuidado de no desamparar al levita mientras vivas sobre la tierra. (RV)

Los Levitas no poseían ninguna propiedad y va a ser lo mismo en el Milenio. Esa ley está ahí de modo que atendemos a ellos y puedan comer. Fueron botados de Israel porque Israel se volvió idólatra. Israel no despertó una mañana y decidió volverse idólatra. ¡Los Levitas permitieron que ellos se volvieran idólatras, por la doctrina falsa y por las palabras suaves de sus enseñanzas, y el resultado final fue que ellos fueron eliminados porque se volvieron innecesarios! Nosotros no podemos decir cosas suaves y guardar silencio mientras la idolatría absorbe a la gente de Dios y esperar tener un trabajo al final. Esta es la ley.

 

Si fallamos, seremos castigados y, si nos escapamos, como Juan Marcos, seremos juzgados a menos que nos arrepintamos y nos restauremos a Dios. No podemos escondernos de Dios. Todo ese proceso es la responsabilidad de la preparación. Cada persona tiene la responsabilidad de prepararse, estar allí, y ser suficientemente organizado con los medios que le dan. Si no tenemos medios, pedimos por ellos y nos los darán. Las palabras de Dios no caerán a la tierra. Tenemos una obligación. Si estamos en una organización apostata, tenemos la obligación de ir donde Dios ha puesto su mano y tenemos la obligación de prepararnos para la verdad. La marca de los elegidos es la verdad. No podemos ser indiferentes a la verdad. Si lo somos, es que no tenemos lo suficiente del Espíritu Santo como para conseguir llegar al Reino de Dios.

 

Durante la fiesta, el fruto del Espíritu Santo es el amor. Esa es la marca de la conducta de los elegidos. Debería ser obvio en la fiesta que el amor es nuestro sello, nuestro fruto, y debería ser muy obvio para todos. A nosotros no nos deberían de decir ni pedir. Deberíamos sentir cariño el uno por el otro de manera visible, y mostrar los frutos del Espíritu Santo. La mayor parte de nosotros, sobre el período de tiempo, lo hemos hecho y podemos darnos cuenta con quien está trabajando el Espíritu Santo porque hay algo especial en lo que esa gente hace. La gente en el lugar de la fiesta debería decir que ahí se aman los unos a los otros y debería impresionarse por el cariño que sentimos el uno por el otro. No importa cuanto o cual sea nuestro impacto. Lo que hacemos juntos demuestre a la gente lo que somos y esto es el concepto del espíritu de amor como parte del sistema milenario. Ya que cuando el Mesías establezca el sistema milenario, el sello será la justicia y la rectitud (1Cor. 13). Ellas serán acompañadas por el fruto de la justicia y rectitud, bajo la estructura gobernante del sistema de Jubileo de la tierra.

 

El mundo verá que el amor fluye por todas partes y el mundo entero estará en paz. Así es que la fiesta describe lo que somos, cómo pensamos y cómo actuamos.