Iglesias Cristianas de Dios

 

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La Genealogía del Mesías [119]

(Edición 1.1 19950604-19980711)

 

 

Se explica el significado de la genealogía del Mesías después de Adán. También se explican los textos en Mateo 1 y Lucas 3 y la aparente contradicción que hay entre ellos y las Crónicas. El significado correcto y verdadero demuestra que el Mesías, de hecho, fue enviado para salvar a los pecadores.

 

 

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La Genealogía del Mesías [119]

 

 


Las genealogías del Mesías son un instrumento importante para comprender quién fue el Mesías. Más importante aún, las genealogías transmiten una comprensión importante del cumplimiento de la profecía y también de la ley bíblica. Su extirpación de la Biblia del Reader’s Digest es un error serio y desafortunado.

 

Cierto número de leyes genealógicas debe ser comprendido de antemano. La primera es que solamente los linajes masculinos fueron mencionados. Esto proviene de la ley y de la práctica de que la mujer se mandaba a la tribu de su marido al casarse. También había un cierto número de leyes que prohibían el matrimonio fuera de su tribu. Las prohibiciones del matrimonio fuera de la tribu existían por buenas razones. En Números 36, vemos que la tierra fue otorgada en herencia por sorteo a los hijos de Israel. La heredad estaba descrita por la genealogía. Ninguna mujer de las tribus de Israel que tuviese una heredad podía casarse fuera de su tribu (Números36:8). Ella tenía que casarse dentro de la familia de la tribu de su padre. La heredad no podía quitarse de una tribu para traspasar a otra tribu. Cada cual tenía que conservar su herencia. En la anunciación del jubileo, la heredad pasaba entonces a la tribu donde se casaba la mujer (Números 36:4). Las leyes del Jubileo se aplicaban según Levíticos 25. Por este hecho, la genealogía era esencial para la comprensión y el mantenimiento del sistema económico bajo la ley. Este sistema sería reintroducido por el Mesías (véase Ezequiel para su desarrollo). Dios sigue los linajes de sangre y los protege, y estos aún en la dispersión y el cautiverio (Amós 9:9).

 

Estas leyes de heredad también se aplicaban a los Levitas. Las casas en las ciudades de los Levitas eran su posesión dentro del sistema del Jubileo. Por consiguiente, los Levitas estaban ligados por las leyes de heredad en cuanto al sacerdocio y las ciudades y los campos alrededor de las ciudades (Levítico 25:32-34). Esta restricción de Levítico se aplica a las profecías Mesiánicas, como lo veremos.

 

La genealogía del Mesías en el Nuevo Testamento, Mateo 1:1-7 y Lucas 3:23-38, tiene dos orígenes completamente diferentes. Además, el linaje en Mateo difiere de como sale en las Crónicas. Por tanto, debe haber una buena explicación para estas contradicciones, o bien la Biblia es sometida a la acusación de no estar inspirada. El Cristianismo moderno elige ignorar el problema en irse al extremo mismo que vemos en la Biblia del Reader’s Digest. El comprender lo que se aproxima, esto es admitir que hay otros problemas que muchos prefieren ignorar.

 

Mateo y Lucas empiezan ambos por Adán. Establecer el linaje es el proceso de estrechar lo necesario de la profecía a una familia particular en el tiempo. La descendencia de la mujer provino de Adán (Génesis 3:15). La descendencia de la mujer sale aquí en singular masculino (zer’a). (Los textos de Génesis 17:7; 21:12 y Gálatas 3:16 son pertinentes. El poder de Satanás es eliminado y su sistema destruido, según Hebreos 2:14; 1Juan 3:8).

 

Génesis 17:7 ha mostrado que el Pacto y, por lo tanto, el Mesías debían pasar por el linaje de Abraham. Génesis 21:12 estrecha el origen a Isaac según quien la descendencia de Abraham se nombró. Mas Ismael también fue la descendencia de Abraham, y a partir de este hecho, se estableció como una nación. Sin embargo, la descendencia fue nombrada según Isaac.

 

El origen del Mesías se estrecha aún más. Juan 7:42 se refiere a un cierto número de profecías en un solo texto.

 

Juan 7:42  ¿No dice la Escritura que de la descendencia de David, y de la aldea de Belén, de donde era David, ha de venir el Cristo? (RV)

   

Las Escrituras que se mencionan en este texto se encuentran en Salmos 110:1-7 donde él es el Señor de David y el Sacerdote de Melquisedec. Este texto se refiere pues al Mesías sacerdote.

 

Salmo 132:6,11 muestra que es una descendencia de David y Efrata a quien Dios pondría en el trono.

 

Salmo 132:11 En verdad juró Jehová a David y no se retractará de ello: De tu descendencia pondré sobre tu trono. (RV)

 

El Mesías vendría de Isaí y sería la salvación de los Paganos, según Isaías 11:1,10.

 

Isaías 11:1 Saldrá una vara del tronco de Isaí; un vástago retoñará de sus raíces. (RV)

 

Isaías 11:10 Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón a los pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será gloriosa. (RV)

 

El Mesías debió ser entonces de la familia de Isaí, el padre de David. El Mesías proviene del linaje de David, según Jeremías 23:5-8.

 

Jeremías 23:5-8 5 Vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso y actuará conforme al derecho y la justicia en la tierra. 6 En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su nombre con el cual lo llamarán: "Jehová, justicia nuestra". 7 Por tanto, vienen días, dice Jehová, en que no dirán más: "¡Vive Jehová, que hizo subir a los hijos de Israel de la tierra de Egipto!", 8 sino: "¡Vive Jehová, que hizo subir y trajo la descendencia de la casa de Israel de tierra del norte y de todas las tierras adonde yo los había echado!" Y habitarán en su tierra. (RV)

 

Este texto confunde al Cristianismo moderno porque demuestra absolutamente que el Mesías gobernará sobre la tierra y que habrá un segundo éxodo que establecerá a Israel.

 

Miqueas 5:2 muestra que el Mesías vendrá de Belén.

 

Miqueas 5:2 Pero tú, Belén Efrata, tan pequeña entre las familias de Judá, de ti ha de salir el que será Señor en Israel; sus orígenes se remontan al inicio de los tiempos, a los días de la eternidad. (RV)

 

Así la posteridad se da desde Adán a través de Abraham, Isaac, Judá, David y de Belén. Éste es el estrechamiento tradicional del origen. El origen podría y debería ser estrechado aún más que éste. Hay dos aspectos del adviento Mesiánica que demuestran que el Mesías tendría dos advientos con dos propósitos. El primer propósito fue el del Mesías como el sacerdote para establecer la orden de Melquisedec, creando así un sacerdocio sin genealogía, para que pudiera ser accesible a los Paganos, como un don de Dios.

 

Los elegidos fueron redimidos por Cristo, como un orden de reyes y sacrificadores (Apocalipsis 1:6; 5:9-10).

 

Apocalipsis 5:9-10 9 Y cantaban un cántico nuevo, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje, lengua, pueblo y nación; 10 nos has hecho para nuestro Dios un reino y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra. (RV)

 

El sacerdocio Aarónico así tuvo que llegar a un fin, y junto con él, el Templo, tanto a Jerusalén como a Heliópolis en Egipto. El templo de Leontópolis en el nomo de Heliópolis fue establecido por Onias IV según la profecía de Isaías 19:19. Se estableció en el territorio de Gosén para ayudar a cumplir con una profecía en Oseas tanto sobre Israel como del Mesías, o sea de Egipto he llamado a mi hijo (Oseas 11:1; Mateo 2:15). El templo de Egipto funcionó desde c. 160 AEC hasta 71 EC, cuando se cerró bajo la orden de Vespasiano después de la destrucción de Jerusalén. La clausura así cumplió con la Señal de Jonás, que se extendió del año 30 EC al 70 EC y que se logró del 1ero de Nisan 70 EC, hasta el 1ero de Nisan 71 EC (ver el estudio La Señal de Jonás y la Historia de la Reconstrucción del Templo [013]). La autoridad del templo fue eliminada al vencerse los cuarenta años que tuvo Judá para arrepentirse. Los cuarenta años siguieron los tres años del ministerio del Mesías / Juan Bautista, un año por cada día del ministerio de Jonás en Nínive.

 

El nuevo orden es según el orden de Melquisedec (Salmo 110:4). Cristo es el Sumo Sacerdote de este orden. Los elegidos son los sacerdotes, siendo sin genealogía (Hebreos 7:1-21). Estos sacerdotes son también reyes a quienes un reino se dio (Hebreos 12:28). Claramente puede existir un Sumo Sacerdote solamente cuando hay otros sacerdotes sobre los cuales puede reinar. Por definición, estos no pueden ser Aarónicos, ya que los hijos de Aarón también formaron parte de este sacerdocio (Apocalipsis 7:7). El concepto del sacerdocio es más grande que la nación, así como el concepto de Israel que se engrandeció para incluir todas las naciones.

 

El origen Mesiánico incluía un origen Davídico pero además un linaje Aarónico. La profecía muestra que los linajes eran desde David por Natán y de Leví por Simei. Esta profecía en Zacarías12:10-14 muestra también que el Mesías debía ser matado.

 

Zacarías 12:10-14 10 Pero sobre la casa de David y los habitantes de Jerusalén derramaré un espíritu de gracia y de oración. Mirarán hacia mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por el hijo unigénito, y se afligirán por él como quien se aflige por el primogénito. 11 En aquel día habrá gran llanto en Jerusalén, como el llanto de Hadad-rimón en el valle de Meguido. 12 Esta tierra se lamentará, familia por familia; la familia de la casa de David por su lado, y sus mujeres aparte; la familia de la casa de Natán por su lado, y sus mujeres aparte; 13 la familia de la casa de Leví por su lado, y sus mujeres aparte; la familia de Simei por su lado, y sus mujeres aparte; 14 y así todas las otras familias, cada una por su lado, y sus mujeres aparte. (RV)

 

El texto muestra dos orígenes. El primero es de David por Natán, el segundo es de Leví par Simei. Este acto debió causar una destrucción y un duelo en Jerusalén y en la nación (vv. 11-14). La profecía ha ligado de esta manera la destrucción de Jerusalén con la muerte del Mesías. El periodo de tiempo de cuarenta años, del 30 EC al 70 EC, es entonces significativo. Jerusalén fue rodeada por los ejércitos romanos a partir del 1ero de Nisan 70 EC. El templo de Jerusalén fue destruido en 70 EC a partir de las Expiaciones; a la vez, el templo egipcio se cerró en 71 EC bajo la orden de Vespasiano después de la guerra judía. La destrucción siguió en el campo después de la destrucción del templo.

 

Solamente Mateo y Lucas se preocuparon por las genealogías. Marcos y Juan comienzan con un Jesús adulto y por lo tanto, las genealogías no son importantes.

 

En su estudio ("The Genealogy of Messiah", The Vineyard ("La Genealogía del Mesías", La Viña), noviembre 1993, págs. 10-13, reimpresión de Issues, A Messianic Jewish Perspective (Preguntas, una perspectiva judía Mesiánica)), el Doctor Arnold Fruchtenbaum de los Ministerios Ariel dijo:

 

En Mateo, José toma un papel activo, pero Miriam (María) toma un papel pasivo. Mateo menciona que le aparecieron ángeles a José, pero no hay un registro de que ángeles le aparecieran a Miriam. Mateo menciona los pensamientos de José, pero no menciona nada con respecto a los pensamientos de Miriam. Por otra parte, el Evangelio de Lucas cuenta la misma historia desde el punto de vista de Miriam. A partir del contexto de cada Evangelio, debería ser muy evidente que la genealogía de Mateo es la de José y la genealogía de Lucas es la de Miriam.

 

Se postula esta pregunta en tal caso: ¿por qué necesitamos las dos genealogías, si Y’shua (Jesús) no fue el hijo de José? Una respuesta popular y común es: el Evangelio de Mateo muestra el linaje de sangre real, mientras que el Evangelio de Lucas muestra el linaje verdadero. Otra teoría surge de este concepto. Como José era el presunto heredero del trono de David y Jesús el hijo adoptivo de José, Jesús podía reivindicar el derecho al trono de David.

 

Por otro lado, el Evangelio de Lucas registra el linaje verdadero, mostrando que Y’shua mismo era un descendiente de David. A través Miriam, era un miembro de la casa de David, pero podía reivindicar el derecho de asumir el trono de David a través de José, el presunto heredero. En realidad, exactamente lo opuesto de esto es verdad (haciendo un hincapié).

 

Arnold Fruchtenbaum hace preguntas muy importantes en su obra, no obstante, no ve la relación o no las releyó, lo cual es necesario después de una comprensión de Zacarías, como lo vemos a continuación. En Zacarías vemos que se menciona el linaje de David a través de Natán. No se menciona nada de David a través de Salomón, y esto por una muy buena razón.

 

Como fue notado por Fruchtenbaum, había dos exigencias para la realeza en las Escrituras hebraicas. Éstas se adoptaron después de la división del reino, después de la muerte de Salomón.

 

La primera exigencia para sentarse en el trono de Judá era la de ser un descendiente Davídico. El Mesías debió sentarse en el trono de David (Isaías 9:7). El rey podía ser únicamente de la Casa de David. Jeremías 33:20-21 muestra que la alianza con David y su descendencia, y los Levitas también, no podían ser quebrantadas. Se profetizó que toda conspiración para suprimir la Casa de David fallaría, como lo vemos en Isaías 7:5-6.

 

Isaías 7:5-6 5 Ha concertado un maligno plan contra ti el sirio, con Efraín y con el hijo de Remalías, diciendo: 6 Vayamos contra Judá y aterroricémosla; repartámosla entre nosotros y pongamos en medio de ella por rey al hijo de Tabeel. (RV)

 

La falla profetizada fue con el fin de conservar el reino para que la Escritura no pudiera ser quebrantada. El Mesías regresaría para tomar ese reino, conforme a Daniel 2:35, 44-45.

 

Vemos la falla de toda conspiración en Isaías 8:9-15 donde es más bien a Dios a quien hay que temer.

 

Isaías 8:9-15 9 Reuníos, pueblos, y seréis quebrantados. Oíd, todos los que sois de lejanas tierras: ceñíos, y seréis quebrantados; preparaos, y seréis quebrantados. 10 Haced planes, y serán anulados; proferid palabra, y no será firme, porque Dios está con nosotros. 11 Porque Jehová me habló de esta manera con mano fuerte y me advirtió que no caminara por el camino de este pueblo, diciendo: 12 No llaméis conspiración a todas las cosas que este pueblo llama conspiración, ni temáis lo que ellos temen, ni tengáis miedo. 13 A Jehová de los ejércitos, a él santificad; sea él vuestro temor, y él sea vuestro miedo.14 Entonces él será por santuario; pero a las dos casas de Israel, por piedra para tropezar, por tropezadero para caer y por lazo y red al morador de Jerusalén. 15 Muchos de entre ellos tropezarán, caerán y serán quebrantados; se enredarán y serán apresados. (RV)

 

Todos los que han tratado de reinar sin una sanción divina sobre el trono de Israel perecieron. Todos los que usurparon el trono de Samaria sin sanción profética fueron asesinados (1Reyes 11:26-39; 15:28-30; 16:1-4,11-15; 21:21-29; 2Reyes 9:6-10; 10:29-31; 14:8-12).

 

Otro texto significativo y totalmente ignorado, relacionando la casa de David al Mesías, es el de Zacarías 12:7-9, el cual precede el verso citado anteriormente, pero el cual, en realidad, es puesto en la secuencia después de las actividades descritas en Zacarías 12:10-14. Zacarías 12:10-14 refiere a la muerte del Mesías a la hora de su primer adviento. El texto que lo precede a Zacarías 12:7-9 tiene relación con el retorno y las batallas de los últimos días.

 

Zacarías 12:7-9 7 Jehová librará las tiendas de Judá primero, para que la gloria de la casa de David y del habitante de Jerusalén no se engrandezca sobre Judá. 8 En aquel día Jehová defenderá al habitante de Jerusalén; el que entre ellos sea débil, en aquel tiempo será como David, y la casa de David será como Dios, como el ángel de Jehová que va delante de ellos. 9 En aquel día yo procuraré destruir a todas las naciones que vengan contra Jerusalén. (RV)

   

Los aspectos significativos de este texto son que:

 

Judá es convertido y salvado en la precedencia para que la gloria de la Casa de David y también de Jerusalén no sea exagerada contra Judá.

 

Jerusalén será defendida por el Señor. Aquel que es débil entre ellos se volverá como David y la Casa de David se volverá como Dios, como el Ángel del Señor [Jehová] delante de ellos.

 

Este día, todas las naciones que vendrán contra Jerusalén serán destruidas.

 

Estos puntos son muy importantes. Para razonar el último punto primero, es evidente que se trata, a partir del verso 11, de los últimos días y de la batalle profética del Valle de Meguido. Así, la escena de la primera muerte se utiliza para determinar la victoria final sobre las naciones.

 

Los dos primeros aspectos muestran que se hizo una distinción entre la Casa de David y la Casa de Judá cuando, teóricamente, una proviene de la otra. Sin embargo, no es el caso con la familia de David en los últimos días porque se engrandeció para incluir a los Paganos bajo los elegidos, como lo vimos anteriormente donde los Paganos son bendecidos a través del Mesías.

 

Esta secuencia muestra un nivel físico y espiritual. En primer lugar, el débil de Jerusalén se reforzará para ser como David. En segundo lugar, la familia, en este momento preciso, se volverá como los Elohim o Dioses, como el Ángel de Yehovah (o Yahovah) estuvo antes de ellos. El Ángel de Yehovah era el Ángel del Gran Consejo de la LXX, Isaías 9:6, el segundo Dios de Israel, quien fue el Ángel de Yehovah (o Yahovah) de Zacarías 12:8. Este Ángel era un elohim y era la cara de Dios, el Peniel de los Patriarcas, el “El Betel” o el Dios de la Casa de Dios de Abraham. Este Ángel fue el Dios quien fue ungido como Dios por su Dios con el aceite de alegría por encima de sus compañeros en Salmo 45:6-7. Hebreos 1:8-9 nos muestra que esto se refiere al Mesías.

 

Los elegidos se volvieron elohim, tal y como Cristo fue un elohim, como el Ángel pre-incarnado de Jehová en el Antiguo Testamento, y como es un elohim después de su resurrección de entre los muertos como un hijo de Dios con poder (Romanos 1:4; Hebreos 1:8-9).

 

Esto es un concepto potente. Esto muestra también la magnitud del llamado de Dios y del plan de Dios. Se ignora porque no concuerda con las visiones ortodoxas del Concilio de Calcedonia, el cual tuvo lugar alrededor del año 451.

 

Estamos así a punto de acercar a Mateo y Lucas con el resto de la Escritura, y esto dentro de su contexto apropiado. La genealogía en Mateo tiene un cierto número de aspectos distintos que otorgan una serie de lecciones bíblicas y que muestran definitivamente porqué este linaje debe ser el de José. Y’shua o Josué no podría ser el Mesías al considerar únicamente el relato que se encuentra en Mateo. Él de Lucas es necesario para demostrar porqué, a pesar del linaje de José, podría ser rey y cómo Dios reconcilió el mandato que impuso en el linaje de David y la realeza a través del profeta Jeremías.

 

El Mesías fue nombrado por Dios. Su nombre aparece en Mateo 1:21 y Lucas 1:31. El nombre está derivado del nombre Hoshea (como en Números 13:16) con el prefijo Yah que se pronuncia o escribe Jah. Significa efectivamente Dios es nuestra salvación. Jehoshua se vuelve Yeshua o Josué en el uso. Jesús es una versión griega de Josué el cual es derivado de fuentes no-hebraicas. La forma en griego puede muy bien tener como fuente Esus, del sistema trinitario de los celtas hyperboreanos.

 

Mateo comienza el linaje ligando a tres personajes clave. Yeshua o Josué, llamado Jesús, es el hijo de David, el hijo de Abraham. Luego sigue el origen con Abraham, pasando por el linaje de Judá. Los hermanos son simplemente mencionados. Esto era con fines de reconocer la profecía. El linaje rompió con la tradición y menciona unas mujeres en los versículos 3-6.

 

Mateo 1:3-6 3 Judá engendró, de Tamar, a Fares y a Zara, Fares a Esrom, y Esrom a Aram. 4 Aram engendró a Aminadab, Aminadab a Naasón, y Naasón a Salmón. 5 Salmón engendró, de Rahab, a Booz, Booz engendró, de Rut, a Obed, y Obed a Isaí. 6 Isaí engendró al rey David. El rey David engendró, de la que fue mujer de Urías, a Salomón. (RV)

 

Las mujeres mencionadas son Tamar, Rahab, Rut y Betsabé, quien fue la mujer de Urías. El significado de estas mujeres demuestra lecciones específicas en la genealogía. Sara no fue mencionada. Sin alguna duda, ella fue mucho más importante que todas. Fruchtenbaum hace dos puntos pertinentes sobre ellas.

 

De antemano, todas ellas eran Paganas. Es evidente con Tamar, Rahab y Rut. Era probablemente cierto con Betsabé, ya que su primer marido, Urías, fue Hitita. Aquí Mateo hizo una alusión a una cosa que clarifica después: en primer lugar, mientras que el propósito principal de la llegada de Jesús era él de salvar las ovejas perdidas de la casa de Israel, los Paganos también se beneficiarían de su llegada. En segundo lugar, tres de estas mujeres fueron culpables de cometer pecados sexuales. Betsabé fue culpable de adulterio, Rahab culpable de prostitución y Tamar culpable de incesto. De nuevo, Mateo hace solamente una alusión a un punto que clarifica más tarde: O sea, el propósito de la llegada del Mesías era él de salvar a los pecadores…

 

La reconciliación de los pecadores con Dios es el punto principal de los sacrificios del Mesías. Es el punto crítico de los Evangelios.

 

Sólo aquellos que no comprenden el significado espiritual de la gracia salvadora del Mesías se molestan en probar que estas mujeres no eran paganas y que no eran pecadoras. Su estatus no tiene importancia, dados los objetivos de la encarnación del Mesías. Su sacrificio fue suficiente. No se entiende por completo. El tiempo se pierde así al tratar de probar que Rahab era una descendiente de Israel entre los Cananeos y que ella era viuda cuando usó a las palabras sánscritas o a una hostelera. Lo cierto es que ella provenía de una familia importante. Su pueblo, dentro del sistema religioso de la época, practicaba la prostitución del templo y, por esto mismo, hubiera sido muy difícil para ella de evitar la pregunta, y aún más de acusarla a causa de esto.

 

El tiempo también se pierde al tratar de probar que Rut no era moabita, a causa de la prescripción contra el matrimonio con un moabita, y esto a pesar del lenguaje de los textos. Está afirmado que ella era, por cierto, una descendiente de Israel, tal vez de Manasés, de Rubén o de Gad, viviendo con Moab (Josué 1:12-15). Es inútil. Las mismas declaraciones de Rut indican que el dios de su pueblo era diferente al de Noemí y que ella juró su lealtad no sólo hacia Noemí, sino más bien a su Dios (Rut 1:16).

 

El hecho es que el linaje real abrió sus puertas a los Paganos y pecadores, y esto a partir de las primerísimas actividades de las tribus en Canaán. Esto tiene significado para los elegidos.

 

Otro punto principal de la genealogía de Mateo consiste en que es selectivo al nombrar solamente el linaje directo. Se menciona a Salomón también porque la realeza restaba en él. Construyó el templo. Sin embargo, también se volvió un idólatra y su linaje está inscrito hasta Jeconías quien fue uno de los últimos reyes antes del cautiverio babilónico. El origen de José es trazado desde Jeconías hasta José. Por lo tanto, José es un descendiente de David, pero a través de Jeconías. Esto tiene un gran significado.

 

 

Jeremías 22:24-30 24 ¡Vivo yo, dice Jehová, que si Conías hijo de Joacim, rey de Judá, fuera anillo en mi mano derecha, aun de allí te arrancaría! 25 Te entregaré en manos de los que buscan tu vida, en manos de aquellos cuya vista temes; sí, en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en manos de los caldeos. 26 Os haré llevar cautivos, a ti y a tu madre que te dio a luz, a una tierra ajena en la que no nacisteis; y allá moriréis. 27 Y no volverán a la tierra a la cual ansían volver. 28 ¿Es este hombre, Conías, una vasija despreciada y quebrada? ¿Es un objeto sin valor para nadie? ¿Por qué fueron arrojados él y su generación y echados a una tierra que no habían conocido? 29 ¡Tierra, tierra, tierra, oye palabra de Jehová! 30 Así ha dicho Jehová: Inscribid a este hombre como privado de descendencia, como un hombre sin éxito en todos sus días, porque ninguno de su descendencia logrará sentarse sobre el trono de David, ni reinar sobre Judá. (RV)

 

Conías se obtuvo al quitar Je de Jeconías o Deja a Jehová [o Jah] establecer. El quitar el nombre divino tuvo como fin de demostrar la partida de Dios de Jeconías. Se puede ver el sello sobre la mano derecha de Dios en Hageo 2:23.

 

Hageo 2:23 En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, te tomaré, Zorobabel hijo de Salatiel, siervo mío, dice Jehová, y te pondré como anillo de sellar, porque yo te he escogido, dice Jehová de los ejércitos. (RV)

 

Zorobabel fue inscrito en Mateo como el hijo de Salatiel. Pero sabemos, según 1Crónicas 3:18-19, que fue el hijo de Pedaías. Sin embargo, Mateo y también Esdras 3:2; 5:2 dicen que fue el hijo de Salatiel.

 

1Crónicas 3:17-19 17 Y los hijos de Jeconías: Asir, Salatiel,  18 Malquiram, Pedaías, Senazar, Jecamías, Hosama y Nedabías. 19 Los hijos de Pedaías: Zorobabel y Simei. Y los hijos de Zorobabel: Mesulam, Hananías, y Selomit, su hermana. (RV)

 

¿Cómo se resuelve esta contradicción? El texto refleja, en realidad, un aspecto de la ley.

 

Deuteronomio 25:5-6 5 Si dos hermanos habitan juntos y uno de ellos muere sin tener hijos, la mujer del muerto no se casará fuera de la familia, con un hombre extraño; su cuñado se llegará a ella, y restable ciendo con ella el parentesco, la tomará como su mujer. 6 El primogénito que ella dé a luz llevará el nombre de su hermano muerto, para que el nombre de este no sea borrado de Israel. (RV)

 

Este deber es obligatorio. El rechazo de ejecutar esta responsabilidad (por codicia) fue el pecado por el cual Onán fue matado (Génesis 38:8-10).

 

Zorobabel así sucedió en el linaje de Salatiel por las obligaciones legales impuestas sobre Pedaías quien murió enseguida. Sesbasar se volvió el regente o guardián de Zorobabel en el retorno a Israel, como se mencionó en Esdras 1:8-11; 5:14-16 donde es llamado Sesbasar.

 

Strong y otros sostienen que Sesbasar es el nombre persa de Zorobabel porque de otra manera, y siendo tan joven Zorobabel, exigiría que la reconstrucción del templo fuera transferida a su lugar correcto durante el reino de Darío II, en lugar de ser mal colocado durante el reino de Darío I, lo que el Judaísmo rabínico como el Cristianismo ortodoxo favorecen por sus propias razones (ver La Señal de Jonás y la Historia de la Reconstrucción del Templo [013] y La Lectura de la Ley con Esdras y Nehemías [250]).

 

 

La profecía dada por Jeremías limita aún más el linaje. Dios decretó que cualquiera de los descendientes de Jeconías no lograría sentarse en el trono de David y reinar de nuevo en Judá. Sin embargo, la descendencia del linaje hasta Zorobabel mostró que Dios escogería este linaje para ciertas tareas específicas, como un anillo con sello. En otras palabras, como un sello de Dios. Por consecuencia, el Mesías no podría ser el hijo natural de José y sentarse en el trono sin la aprobación divina específica, si no la Escritura hubiera sido quebrantada. Cristo habría sido descalificado de sentarse sobre el trono si él hubiera sido el hijo natural y, como José mismo no podía ser el heredero presunto, no podía heredar el título por adopción. Dios se encargó de reparar la brecha y de restaurar el linaje de otra manera. Mateo está consciente de este problema. Es por eso que comienza el Evangelio con este linaje, demostrando desde el principio el problema y dando enseguida el relato del nacimiento a través de una virgen que él claramente vio como superando el problema. Después de la genealogía, Mateo 1:18-25 muestra que era solamente por su nacimiento de la virgen Mariam o Miriam (María) que Cristo pudo tomar el trono. Esto tiene un significado para los judíos por el hecho de que es solamente por la mediación del Mesías que ellos podían acceder al reino espiritual y al sacerdocio espiritual.

 

Hay otro aspecto del origen que requiere de la reflexión y éste es el hecho de que hay una cierta cantidad de generaciones mencionadas en Mateo 1:17.

 

Mateo 1:17 De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce. (RV)

 

Se ve que la agrupación de las generaciones es significativa en el nivel de los números en las agrupaciones. La genealogía del Mesías tiene un gran significado después de Adán. Las siete primeras generaciones después de Adán tienen un significado para el Plan de la Salvación. La agrupación en Mateo de tres grupos de catorce sirve para poner en evidencia las actividades de Dios. Abraham fue llamado y puesto a parte. Catorce generaciones después, David, el pastor, fue puesto a parte (1Samuel 16:13). David estableció Israel como una potencia y construyó el Templo por su hijo Salomón para quien preparó la nación y sus recursos. Catorce generaciones más tarde, el resultado final del gobierno humano y de la realeza humana fueron el cautiverio. Catorce generaciones más tarde, después de la restauración de la nación bajo el sacerdocio, fueron juzgados por el adviento del Mesías y dispersados bajo la señal de Jonás (véase el estudio La Señal de Jonás y la Historia de la Reconstrucción del Templo [013]). Esto no se comprendió. Más importante aún, las 42 generaciones desde Abraham hasta Cristo, mencionadas por Mateo, se refieren a un concepto que volvemos a encontrar en la construcción del Templo. El Templo fue construido sobre el plan espiritual del Jubileo. Seis niveles correspondían a la nave o la entrada, representando el desarrollo del hombre. El séptimo ciclo o nivel estaba en el naos en sí. Esta secuencia representaba que el Mesías haría accesible la entrada al templo en sí después de su adviento. Por su muerte, desgarró el velo del Templo, abriendo el camino del naos o Santo de los Santos quienes eran los elegidos (1Cor. 3:16). Este camino se abrió por completo después de la destrucción del Templo físico (Hebreos 9:8).

 

Tanto el sacerdocio como la realeza fueron establecidos y juzgados como inadecuados por el Mesías. El Mesías fue el Mesías de Aarón y de Israel; fue tanto el Mesías-sacerdote que el Mesías-rey. Israel esperaba a un Mesías que tuviera dos advientos, como lo sabemos de los Manuscritos del Mar Muerto (ver G. Vermes, The Dead Sea Scrolls in English (Los Manuscritos del Mar Muerto en inglés), re Reino de Damasco VII y el fragmento de la caverna IV). Vermes, y otros, consideran que estos textos demuestran que el Judaísmo en el primer siglo comprendía que le Mesías de Aarón y el Mesías de Israel eran la misma entidad pero de advientos diferentes.

 

La respuesta a los problemas suscitados por su genealogía es presentada por Mateo mismo en 1:18. Lucas proporcionó las respuestas más completas de los textos. Por consecuencia, los dos deberían leerse conjuntamente.

 

Otro punto importante presentado por Arnold Fruchtenbaum, en cuanto a la genealogía del Mesías, y que también tiene una aplicación mayor, es la de las costumbres judaicas de la época. Dice a propósito de la genealogía de Lucas:

 

En contraste con Mateo, Lucas sigue un procedimiento judío estricto y la tradición de no omitir ningún nombre y de no mencionar ninguna mujer. Sin embargo, si por la tradición judía no se podía mencionar el nombre de una mujer, pero quisiéramos trazar su linaje, ¿cómo lo haríamos? Usando el nombre de su marido. (De los posibles precedentes del Antiguo Testamento sobre esta práctica, están Esdras 2:61 y Nehemías 7:63).

 

Esto postula una segunda pregunta: si alguien estudiara una genealogía, ¿cómo sabría si la genealogía era la del marido o la de la mujer, ya que según un caso o el otro, el nombre del marido sería usado? La respuesta no es difícil: el problema está relacionado con el ingles o francés y la traducción española de la Biblia.

 

En ingles o francés, no es correcto gramaticalmente poner el artículo definido (le o la) delante de un nombre propio (‘el’ Mateo, ‘la’ Miriam) ; Igualmente, en la Biblia en español, no se usa el artículo definido (el o la) delante de un nombre propio pero es totalmente permitido en la gramática griega. En el texto griego de la genealogía de Lucas, cada nombre mencionado tiene el artículo definido griego “el“ con una excepción: el nombre de José (Lucas 3 :23). Cualquiera que lea el original, comprendería que esta omisión del artículo definido en el nombre de José significa que se trataba no de la genealogía de José, sino de su mujer Miriam.

 

Además, varias traducciones de Lucas 3:23 tienen: “ …siendo considerado el hijo de José, el hijo de Elí…” a causa de la falta del artículo definido griego delante del nombre de José, el mismo versículo podría traducirse así: “…siendo el hijo (supuesto) de José, el hijo de Elí…” (haciendo un hincapié).

 

 

En otras palabras, aunque Yehoshua (Yeshua, Josué o Jesús) se suponía ser el hijo de José, él era, de hecho, el descendiente de Elí, quien fue el padre de Miriam. El Talmud de Jerusalén reconoció esta genealogía como siendo la de Miriam y no la de José. Hagigah 2:4 se refiere a Miriam como la hija de Elí.

 

El uso del artículo definido en el texto griego también tiene una aplicación cuando hace la distinción entre el Mesías y Dios, como por ejemplo, en Juan 1:1,18; 1Juan 5:20. Esto se ha notado a lo largo, en el transcurso del tiempo, por las sectas en desacuerdo con la así llamada ortodoxia (por ejemplo, los Socinianos; véase el comentario de Heydock sobre la reimpresión Católica de 1851 o la Biblia Douay-Reims).

 

Lucas se encargó de estrechar a Cristo hasta Adán, identificando así el proceso de la descendencia de la mujer desde Adán. Este texto identifica el origen Davídico con Natán, lo cual es esencial para cumplir con la profecía en Zacarías. Más importante aún, no es el linaje de Jeconías, quien fue quitado, entre otras cosas, para dar lugar al Sumo Sacerdocio. Por esta razón, Yehoshua o Josué fue un descendiente de David por su madre. Por consecuencia, él desarrolla primero el nacimiento de la virgen y menciona después la genealogía. Establece de esta manera la primera exigencia para la realeza, la cual es el origen Davídica al exterior del linaje de Jeconías.

 

Establece la segunda exigencia la cual es pertenecer al linaje de Natán y también de la familia de Leví por Simei, y éste desde el comienzo de su exposición de la relación familiar de Miriam con Elizabeth, la mujer de Zacarías, el Sumo Sacrificador de la División de Abija (o Abia), quien era la octava división del Sacerdocio del Templo (ver Crónicas 24:10; Nehemías 12:17). Las veinticuatro divisiones fueron reformadas por sorteo, después del retorno, a partir de cuatro divisiones, con los nombres originales (véase Comp. Bible n. y el Apéndice 179 III).

 

La mujer de Zacarías era Elisabet (nombrada según la mujer de Aarón Elischeba (Éxodo 6:23) y con la ortografía Elisabet en la LXX). Ella era una de las hijas de Aarón y por eso era una Levita (Lucas 1:5). Fue la madre de Juan el Bautista, por orden divina. Por este hecho, Juan fue nombrado. Miriam (o María) era de la familia de Elisabet (Lucas 1:36). Por lo tanto, Miriam debió haber tenido linajes Levíticos además de ser de la Casa de David.

 

Podemos sólo asumir que el origen de Leví fue a través de Simei, sin embargo, esto puede ser asumido siendo dado el caso de que la Escritura no puede ser quebrantada. La demostración del origen Levítico es suficiente. La inspiración divina de Zacarías y de Elisabet y el nombre de Juan nos llevan al siguiente punto.

 

Había otros en la Casa de David que no eran del linaje de Jeconías. La cuestión entonces debe ser una nominación divina, la cual constituye la tercera exigencia para la realeza. Lucas continúa al establecer la exigencia por la nominación divina en Lucas 1:30-33.

 

Lucas 1:30-33 30 Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. 31 Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús. 32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre; 33 reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su Reino no tendrá fin. (RV)

 

Así es que, el Señor Dios le dio el trono de su padre David. Cumplió con la exigencia por medio de la nominación divina.

 

Era de la descendencia de la mujer, como se profetizó en el Génesis. Mateo demostró porqué no podía ser rey por el linaje de José, sino solamente por el nacimiento de la virgen y la nominación divina. Lucas mostró porqué cumplió otras profecías que no son entendidas por completo por el Judaísmo rabínico o por el Cristianismo ortodoxo. Las protestas rabínicas acerca del ministerio del Mesías bajo el razonamiento de que debió ser a través del linaje de su padre son falsas por la razón de las profecías y de la exigencia de ser el hijo de Dios. El elohim de Israel no podía asumir una existencia física por medios naturales. Se volvió humano bajo orden de su elohim quien era el “El Elyon”, el Dios Altísimo. Esta exigencia fue profetizada por Isaías, quien dijo:

 

Isaías 7:14 Por tanto, el Señor mismo os dará señal: La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emanuel. (RV)

 

La exigencia es que Dios con nosotros puede solamente realizarse si el “El” enviado era anteriormente un elohim y, en efecto, el elohim de Israel ungido como elohim por su elohim, como fue citado en Salmos 45:6-7. Recibió su humanidad enteramente de su madre. Así las tradiciones de nacionalidad judías y la identidad tribal fueron trascendidas por este ser para que pudiese asumir el sacerdocio según el orden de Melquisedec y, a partir de esto, volverse el jefe de un orden de reyes y de sacerdotes escogidos independientemente del origen, pero asignados a todas las tribus, como lo vemos en el Apocalipsis 7:3-8.

 

Él es el hijo de David y el hijo de Abraham, según Mateo 1:1. Lucas 3:38 lo nombra el hijo de Adán y el hijo de Dios. Cumple de esta manera los aspectos cuádruples reflejados también en los Evangelios. Como hijo de David, es Rey a través de Judá. Como hijo de Abraham, es Rey de Israel, como el heredero de las promesas conferidas sobre y por medio de José. También es el jefe de las otras naciones de Abraham. Como hijo de Adán, es un hombre y, por lo tanto, se calificó para llevar la humanidad a la salvación por medio de la muerte. Como hijo de Dios, asume el estatus de elohim el cual dejó en su encarnación, por su resurrección de entre los muertos, como hijo de Dios con poder (Romanos 1:4). Se calificó para volverse la Estrella de la Mañana y compartirá esta autoridad con su familia (Apocalipsis 2:27-28; 22:16; ver Zacarías 12:8), como compartirán la naturaleza divina de Dios, como él lo hizo (2Pedro 1:4). La Peshitta dice:

 

Apocalipsis 2:27-28 27 las regirá con vara de hierro y serán quebradas como un vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre. 28 Y le daré la estrella de la mañana.

 

El Mesías fue obediente hasta la muerte. Debemos nosotros también ser obedientes y se nos dará la autoridad de la Estrella de la Mañana, como Hijos de Dios y elohim, como el Ángel de Yahovah en nuestra cabeza (Zacarías 12:8).

 

 

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