Iglesias Cristianas de Dios
[172]
Nacer de Nuevo
(Edición
2.0 27071996-12072000)
La mayoría de la gente es consciente
del término nacer de nuevo en un sentido cristiano. La mayoría no
entiende el proceso involucrado y el significado del término. Cristo entrego la
enseñanza en el tema registrado por Juan en Juan 3:1-21. Este papel examina la
explicación bíblica y expone las alarmantes diferencias con el usado por la
mayoría de grupos cristianos.
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1996, 2000 Wade Cox)
(tr. 2010)
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La
mayoría de la gente es consciente del término nacer de nuevo en un
sentido cristiano. La mayoría no entiende el proceso involucrado y el
significado del término. Cristo entrego la enseñanza en el tema registrado por
Juan en Juan 3:1-21. Hay un número de conceptos involucrados en el texto que es
pasado por alto en la moderna repetición carismática del término nacer de
nuevo.
Juan 3:1-21 Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre
los judíos. 2 Este vino a Jesús de noche, y
le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede
hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. 3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no
naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. 4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso
entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? 5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de
agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. 6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu,
espíritu es. 7 No te maravilles de que te
dije: Os es necesario nacer de nuevo. 8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde
viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. 9 Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto? 10 Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes
esto? 11 De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos
hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro
testimonio. 12 Si os he dicho cosas
terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales? 13 Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre,
que está en el cielo. 14 Y como Moisés levantó
la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea
levantado, 15 para que todo aquel que en él cree, no se
pierda, mas tenga vida eterna. 16 Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para
que el mundo sea salvo por él. 18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido
condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito [KJV
engendrado; monogenous unigénito; Incorrectamente omitido en la RSV] Hijo de Dios. 19 Y esta es la
condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas
que la luz, porque sus obras eran malas. 20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz,
para que sus obras no sean reprendidas. 21 Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que
sus obras son hechas en Dios. (RSV)
Nacer de nuevo se
deriva de SGD 1080 gennaõ significando procrear ya sea el padre o la
madre y figuradamente significa regenerar como siendo nacido o hecho
o brotado, de nuevo.
Las
proposiciones aquí son que:
1.
Nadie que no nace de nuevo puede heredar el Reino de Dios.
La
declaración aquí es basada en la premisa que la carne no puede heredar el reino
de Dios.
1
Corintios 15:50 Pero esto digo, hermanos: Que la carne y la sangre no pueden
heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.
(RSV)
Así, el ser humano en su
estado injusto no puede heredar el Reino.
1
Corintios 6:9-10 ¿No sabéis que los injustos no heredaran el reino de Dios? No erréis;
ni lo fornicarios, ni los idolatras, ni los adúlteros, ni los pervertidos,
(RSV) (ni los afeminados, ni los que se echan con varones, KJV).
10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni
los maldicientes, ni los estafadores, heredaran el reino de Dios. (KJV)
Éstas son las obras de la
carne que son repetidas de nuevo en forma diferente en Gálatas.
Gálatas
5:19-26 Y manifiestas son las obras de la carne, que son:
adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas,
disensiones, herejías, 21 envidias,
homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las
cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales
cosas no heredarán el reino de Dios.
Las acciones que heredan
el Reino de Dios son indicadas después de este texto.
22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fe, 23 mansedumbre,
templanza; contra tales cosas no hay ley. 24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y
deseos. 25 Si vivimos por el
Espíritu, andemos también por el Espíritu. 26 No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos
a otros. (KJV)
La fe debe ser ejercida en el Espíritu.
Así el renacimiento debe ser espiritual. No es un concepto físico, por lo que
Cristo lo comparó con el viento que no se puede ver. El proceso de herencia a
través de la fe y la paciencia en el trabajo diligente es desarrollado en
Hebreos 6:12.
Muchas
personas que han rechazado la corriente principal o sistemas religiosos
jerárquicos malentienden los requisitos colocados en los elegidos para trabajar
diligentemente en la fe. La Iglesia primitiva no era jerárquica pero estaba
organizada y diligente, basada en el trabajo a través del auto-sacrificio y
buena mayordomía. Aquellos que carecen de una mentalidad de servir, o que han
sido mal utilizados en una estructura jerárquica, tratan de evitar la actividad
organizada a través del rechazo de una estructura organizada. Ésta es falsa
doctrina y será examinada separadamente. Ser nacido de nuevo significa ser
nacido de nuevo para las obras de la fe en la estructura de la Iglesia que es
el cuerpo de Jesucristo. Esta estructura no es jerárquica pero es sin embargo
organizada y disciplinada, actuando bajo la ley bíblica. Hay un tiempo viniendo
cuando nadie puede trabajar (Jn. 9:4) pero no está todavía. El deber de un
soldado es estructurar y pelear mientras su nación este en guerra. Israel
estará en guerra hasta el regreso del Mesías y la subyugación de las naciones.
No actuar en el servicio de Dios es simplemente autoservicio indisciplinado.
1
Pedro 3:8-9 muestra el espíritu en el cual este espíritu de actividad y unidad
en la Iglesia es desarrollado y el texto al verso 21 muestra el intento y el
poder.
1 Pedro 3:8-21 Finalmente,
sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente,
misericordiosos, amigables; 9 no
devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario,
bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición. 10 Porque: El que quiere amar la
vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios
no hablen engaño; 11 Apártese del mal, y haga el bien; Busque la paz, y sígala. [Ref.
Sal. 34:12-16] 12 Porque
los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus
oraciones; Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal.
El
concepto aquí de ser de un mismo sentir ha sido mal utilizado por cultos
para obtener adherencia incondicional sin sentido por la doctrina defectuosa.
El mismo concepto resultó en las Inquisiciones. Tenga compasión y ame como
hermanos. La barrera de acusación no debería ser encontrada entre los elegidos.
Sin embargo, esta manera de tratar con las personas se ha convertido en una
característica de las iglesias del siglo XX. Los conceptos y la verdad son
nunca, o raramente, distribuidos con una base seria sino más bien los
individuos son atacados y calumniados. En vez de tratar con lo que se dice, las
personas son atacadas por sus actitudes o la forma en que hablan. Guarda tu
lengua del mal, y tus labios de hablar engaño. (Sal. 32:2; 34:13; 1 Tes. 2:3; 1
Pe. 2:1,22; 3:10; Apo. 14:5). La acepción de personas es un pecado (Stg.
2:1-9). Cristo alabó la ausencia de engaño en Juan 1:47.
Juan 1:45-51 Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquel
de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de
José, de Nazaret. 46 Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir
algo de bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve. 47 Cuando Jesús vio a
Natanael que se le acercaba, dijo de él: He aquí un verdadero israelita, en
quien no hay engaño. 48 Le dijo Natanael: ¿De dónde me conoces?
Respondió Jesús y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo
de la higuera, te vi. 49 Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú
eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel. 50 Respondió
Jesús y le dijo: ¿Porque te dije: Te vi debajo de la higuera, crees? Cosas
mayores que estas verás. 51 Y le dijo: De cierto, de cierto os digo:
De aquí adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y
descienden sobre el Hijo del Hombre. (KJV)
Aquí
Natanael expresó una opinión concerniente a Nazaret, pero él fue abierto en su opinión.
Él pudo ser persuadido fácilmente con una prueba simple. Natanael recibió una
promesa de un llamado. El texto en 1 Pedro 3 continúa
13 ¿Y
quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien? 14 Más también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia,
bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os
conturbéis, 15 sino
santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados
para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande
razón de la esperanza que hay en vosotros;
Aquí el mandato es estar preparados para
dar una respuesta de la esperanza dentro de usted en mansedumbre y temor.
Recientemente fuimos desafiados a un debate por un grupo Católico Romano usando
esta Escritura como la base de su reto. No habían pedido una respuesta.
Mucha
animosidad en la religión moderna proviene de la incapacidad para tratar con
conceptos en una manera manifiesta y honesta. Mucha ofensa es tomada porque la opinión
es que la posición fundamentalista de este siglo es la opinión correcta, cuando
demostrablemente no es aquella de los siglos anteriores ni la iglesia
primitiva. Esa opinión fue obvia cuando, en una convención reciente, las doctrinas
de la iglesia durante dos mil años fueron presentadas. Muchos se ofendieron
porque la historia no mostraba que lo que estaban haciendo en el siglo veinte
era la opinión constante. Ciertamente fue mostrado por ser una innovación
reciente.
En
lugar de ver la verdad con objetividad, aquellos de posición no-histórica
escogieron atacar al orador en vez de tratar con lo que fue dicho. Esto ocurrió
a un número de oradores cuyo mensaje, aunque bíblicamente correcto, estaba
pasado de moda. El resultado es a menudo matar al mensajero. Esa es la razón
por la cual las autoridades mataron a los profetas. Esas autoridades declaran
representar a Dios en el nivel central y superior, llamado el Templo, mataron a
los profetas. Si ellos no tuvieron piedad de Cristo o los apóstoles, ¿por qué tendrían
piedad de nosotros? Cristo dijo:
Lucas 13:33 Sin embargo, es necesario que hoy y mañana
y pasado mañana siga mi camino; porque no es posible que un profeta muera fuera
de Jerusalén. (KJV)
No
hay profeta sin honra, sino en su propia tierra (Mt. 13:57; Mr. 6:4; Lc. 4:24;
Jn. 4:44). Por esta razón los pecaminosos mataron a los profetas, incluyendo al
Mesías quien fue el más grande de ellos. Sólo Jonás fue escuchado, y eso fue en
Nínive, para permanecer como testigo contra Judá. Los elegidos son atacados por
la verdad y especialmente por aquellos que dicen seguir la fe. Es el auto-justo
que mata a los elegidos y los expulsa de las sinagogas y las iglesias, pensando
que le hacen un favor Dios (Is. 66:5). Es la ramera que está borracha en la
sangre de los profetas y los santos y los mártires (Apo. 18:24). Es Dios quien
vengará a los elegidos en ella (Apo. 18:20). Esta ramera es el sistema
religioso que afirma representar a Cristo y a los profetas y a los apóstoles,
pero los mata. Ellos, las personas de este falso sistema cristiano, en todos
los niveles, acusan a los hermanos.
1 Pedro 3:16-21 teniendo
buena conciencia, para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores,
sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo. 17
Porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la
voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal. 18 Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por
los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne,
pero vivificado en espíritu; 19 en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, 20 los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia
de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas
personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua. 21 El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las
inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia
Dios) por la resurrección de Jesucristo. (KJV)
Así,
aquí el bautismo era el medio de salvación al igual que el arca en los días de
Noé. Así pues, estamos condenados a muerte en la carne para
que seamos vivificados por el Espíritu, como Cristo fue condenado a muerte y
vivificado por el Espíritu. Este proceso es también uno
sufriendo injusticia de aquellos que no son convertidos. Ciertamente, solo por
sentarse en las Iglesias de Dios en el siglo veinte no significa que uno es
convertido. Un ejemplo extraordinario, que fue expuesto sólo después de algún
tiempo, fue una opinión, sostenido por aquellos que aparentaron ser
convertidos, los miembros bautizados de la Iglesia de Dios, que trataron con la
conversión y la inspiración de los apóstoles y profetas. Fue sostenido que
Pedro y Pablo no eran convertidos y que Pablo predico un evangelio falso, y por
lo tanto los libros del Nuevo Testamento (y también los Profetas) no fueron
inspirados – sólo la Tora fue inspirada. Este proceso de pensamiento es el
espíritu de acusación. Acusa tanto a Pedro como a Pablo y a las Iglesias que
establecieron. Acusa a Dios y ataca la inspiración de los textos del Antiguo
Testamento y Nuevo Testamento. El espíritu de acusación no es un espíritu de
conversión o un proceso de pensamiento convertido. La cabeza de cada hombre es
Cristo y la cabeza de Cristo es Dios (1 Co. 11:3). Quiénes somos nosotros para
juzgar al criado ajeno (Rom. 14:4, 12,13). La herencia del Reino es a través de
la superación del yo como un hijo de Dios a través de la fe (Apo. 21:7).
Apocalipsis 21:7 El que venciere
heredara todas las cosas, y yo seré su Dios, y el será mi hijo. (KJV)
Nacer
de nuevo es el proceso de superación.
2.
Nadie ha ascendido al cielo sino él que descendió de cielo, Cristo Jesús.
El
asunto del renacimiento fue una gran favorita de los cultos del misterio. Los
misterios, de los celtas a los asiáticos, enseñaron la doctrina de la
trasmigración. Los gnósticos enseñaron que usted iba al cielo al morir. Esa
doctrina fue negada por la Biblia, por Cristo y todo el Cristianismo. Fue visto
como una doctrina Atea y blasfema (vea el papel El Alma [092]).
Christo aquí da esta enseñanza de modo que la doctrina de la trasmigración no
podría ser confundida con la doctrina de nacer de nuevo ni podía ser
incorporada en la doctrina Babilónica del Alma. Los gnósticos enseñaron que el
Alma ascendía al cielo por la Vía Láctea y que el proceso de descenso y ascenso
era impedido por las fuerzas del mal. Es imposible ser un cristiano y abrazar
ya sea la trasmigración o la doctrina del Alma.
3.
Cristo debía ser crucificado de modo que aquellos que creen en él tendrían
vida eterna.
El
proceso de la crucifixión de Cristo fue un ejemplo de subyugación del ego para
el beneficio de la humanidad. Este proceso debe entenderse para comprender lo
que ocurre en el plan de salvación. Dios busca a aquellos que le adoran en
Espíritu y en verdad (Jn. 4:23). Es decir, él busca a esas personas que
perdonan y ayunan y oran por sus enemigos como David hacia. David fue un hombre
tras el propio corazón de Dios, pero David pecó. No hay relatividad por pecar,
sólo de compensación por pérdida a través del pecado. La relatividad del pecado
es una doctrina social demoníaca, encontrada en prisiones entre criminales, que
procuran establecer una escala social de pecados. Tal opinión es en sí misma, acepción
de personas y por lo tanto pecado (Stg. 2:1-9). El pecado es transgresión de la
ley.
1 Juan 3:4-9 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer
siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y
nacer?
5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo,
que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de
Dios. 6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que
es nacido del Espíritu, espíritu es. 7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. 8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde
viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. 9 Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto? (KJV)
Él
que hace acepción de personas, peca (Stg. 2:1-9). La paga del pecado es muerte
(Rom. 6:23).
4.
Dios no envió a Cristo al mundo para condenar al mundo sino para redimir a
aquellos que creen en él.
El
proceso de esta creencia es de la alteración de la conducta humana para una
obediencia hacia Dios y Su orden de ley. Ésta es la obediencia por la fe (Rom.
1:5). Fue por la obediencia de Cristo que todos nosotros somos salvos (Rom.
5:19). Nuestra obediencia es entonces en la justicia (Rom. 6:16-19). Los
misterios de Dios se mantuvieron en cerrados o en secretos desde que el mundo comenzó
pero ahora son dados a conocer a todas las naciones por la obediencia de la fe
(Ef. 3:9-13).
Éste
es el tema central de la conversión del Espíritu. El antiguo ego es condenado a
muerte en el bautismo y el Espíritu es desarrollado en el individuo para la
conversión de todo el ser. Este proceso de conversión es una cosa puramente
espiritual. La obediencia por la ley es una cosa física y el proceso mecánico
de obedecer una ordenanza física no confiere salvación pero es necesario que la
ley no sea transgredida. La ley no puede ser de verdad guardada en un plano
físico sin el Espíritu Santo. Ninguno de los apóstoles fue convertidos hasta el
Pentecostés, si bien siguieron a Cristo y obedecieron las leyes físicas. Su
conversión fue hecha a través del Espíritu Santo. Aun en la crucifixión, Pedro
no fue convertido, según el propio testimonio de Cristo.
Lucas 22:24-32 Hubo
también entre ellos una disputa sobre quién de ellos sería el mayor. 25 Pero él les dijo: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los
que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores; 26 mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y
el que dirige, como el que sirve. 27 Porque,
¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se
sienta a la mesa? Más yo estoy entre vosotros como el que sirve. 28 Pero vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas. 29 Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí, 30 para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos
juzgando a las doce tribus de Israel. 31 Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para
zarandearos como a trigo; 32 pero
yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus
hermanos. (KJV)
El
proceso de conversión no fue entendido por los apóstoles porque ellos aún no
habían recibido el Espíritu. El deseo de poder y jerarquía estaba todavía con
ellos. La mayor parte del así llamado cristianismo ortodoxo todavía piensa de
este manera. Cristo vino como él que sirve. El concepto de jerarquía y
autoridad prevalece entre las Iglesias de Dios en el siglo veinte. La
distinción entre la conversión física y la conversión espiritual no es
propiamente entendida.
Muchas
personas son llamadas en las Iglesias de Dios por el mensaje de la Biblia.
Cuanto mas efectivo sea el paquete publicitario, atraen a más personas que no
son escogidas y no están convertidas. Se someten a una conversión física, en un
grupo físico, al igual que los apóstoles inicialmente.
Los
apóstoles siguieron al maestro adónde él iba pero no entendieron los misterios
más profundos de Dios como él los expuso y tuvieron dificultad entendiendo el
propósito de la misión del Mesías. En resumen, se habían unido a un equipo pero
no se convirtieron espiritualmente. No entendieron la doctrina de la conversión
del Espíritu Santo. Habían visto el bautismo de Juan y ellos habían administrado
el bautismo de Cristo pero aún no habían recibido el Espíritu Santo y así había
poca distinción en ese momento, antes de Pentecostés, entre el bautismo de Juan
y el que ellos mismos administraron.
Este
fracaso de entender que todo lo abarca la gracia salvadora del sacrificio de
Jesucristo fue la mayor deficiencia de las Iglesias de Dios en el siglo veinte.
Las personas pueden ser llamadas a salir del pecado y bautizadas y, en vez del
entendimiento de la doctrina del evangelio de gracia siendo aplicado, los
pecados son re-aplicados o atribuidos como si el bautismo nunca hubiese
ocurrido. Este proceso de pensamiento es no convertido y falla al entender la
suficiencia del sacrificio de Cristo y la misericordia y el amor de Dios.
Salmo 103:10-12 No ha hecho con nosotros conforme
nuestras iniquidades, ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados. 11 Porque
como la altura de los cielos sobre la tierra, engrandeció su misericordia sobre
los que le temen. 12 Cuanto esta lejos el oriente del occidente, hizo
alejar de nosotros nuestra rebeliones. (KJV)
A
través de esta inhabilidad de entender la conversión espiritual y la remoción
del pecado en el arrepentimiento, la malicia, la calumnia y el mal entran en el
cuerpo de Cristo. La mayoría de la gente que no entiende la naturaleza de la
conversión falla porque ellos mismos tienen sólo una conversión física o
superficial. Son como los apóstoles antes del Pentecostés y no entendiendo su
debilidad, calumnian y atacan a otros por los pecados vastamente perdonados y
pasados y aún condonan pecados entre su liderazgo por la acepción de personas.
Este proceso es la mayor causa de los males en las Iglesias de Dios y el máximo
obstáculo para la conversión del mundo – tanto judíos como gentiles. La verdad
es echada a tierra en este proceso. A menudo las personas ven el pecado en otros, mientras hay mayor pecado en
ellos mismos el cual ignoran.
Mateo 7:1-12 No juzguéis, para que no seáis
juzgados. 2 Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y
con la medida con que medís, os será medido. 3 ¿Y por qué miras la
paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu
propio ojo? 4 ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu
ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? 5 ¡Hipócrita! saca primero la
viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu
hermano. 6 No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas
delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.
7 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
8 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que
llama, se le abrirá. 9 ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo
le pide pan, le dará una piedra? 10 ¿O si le pide un pescado, le
dará una serpiente? 11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar
buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los
cielos dará buenas cosas a los que le pidan? 12 Así que, todas las
cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced
vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas. (KJV)
La
distinción aquí esta entre dos proposiciones: Una de juzgar correctamente; Y la
otra, de no hablar de los misterios a aquellos no llamados no sea que se
vuelven contra usted. La persecución viene de su propio acuerdo porque el mundo
odia lo que decimos. La Biblia es tergiversada porque el mundo odia lo que
dice, sin embargo deben fingir ser justos. La guía para la conducta es el
segundo gran mandamiento amarás a tu prójimo como a ti mismo. Esto sigue
al primer gran mandamiento en relación al amor de Dios con toda su mente y con
toda el alma, y con toda su fuerza (Mt. 22:38-40 ref. Det. 6:5).
El
propósito de los elegidos es como soldados en una guerra espiritual.
2 Corintios 10:3-7 Pues aunque andamos en la carne, no
militamos según la carne; 4 porque las armas de nuestra milicia no
son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, 5 derribando
argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y
llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo, 6 y
estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea
perfecta. 7 Miráis las cosas según la apariencia. Si alguno esta
persuadido en si mismo que es de Cristo, esto también piense por si mismo, que
como el es de Cristo, así también nosotros somos de Cristo. (KJV)
Sólo
por nuestra obediencia podemos estar en una posición de tratar con la
desobediencia del mundo en la venida de Jesucristo. El amor hacia los demás es
una señal de los elegidos. Pablo condena la medida de nosotros mismos por la
denigración de otros. Ni debemos medirnos con nosotros mismos y así alabarnos a
costa de otros (2 Co. 10:12 ff). Nuestro trabajo tampoco es gloriarnos del
trabajo de otras personas sino por predicar el evangelio en otras regiones (2
Co. 10:16). En otras palabras, para construir sobre nuevas bases. Esos que
condenan a otros y se alaban no son aprobados. El Señor juzga y aprueba el
trabajo de cada uno de los elegidos. El arrepentimiento y la conversión de los
elegidos son absolutos. Comparten la naturaleza divina (2 Pe. 1:4). El poder de
Dios trabaja en el individuo para glorificación (Rom. 8:29-30) a través de la
obediencia y la santificación del individuo en el Espíritu Santo (2 Tes. 2:13;
1 Pe. 1:2).
La
distinción en los elegidos es del pecado antes y después del bautismo. Pecar
antes del bautismo a través del arrepentimiento, es perdonado en el bautismo, y
es colocado tan lejos como el oriente esta del occidente. Dios no trae ese
pecado nunca más a la memoria, y tampoco debe ninguna persona convertida. Pecar
después del bautismo es perdonado sólo en el arrepentimiento, tanto visible
como fervoroso. Seguir pecando aflige al Espíritu (Ef. 4:30) y puede perder el
derecho a la salvación del miembro.
Cristo
clavó el registro de nuestros pecados en la cruz. Este registro o cheirographon
(traducida como escrito a mano), es de hecho un documento legal como
un registro contable o la cuenta de nuestros pecados. Strong falla en hacer
este punto en su Concordancia (SGD 5498). Este fracaso de enfrentarse con la
naturaleza de qué fue clavado en la cruz abarca la totalidad del error
cristiano.
Colosenses 2:13-15 Y a vosotros, estando muertos en
pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con el,
perdonándoos todos los pecados, 14 anulando el acta de los decretos
que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y
clavándola en la cruz, 15 y despojando a los principados y a las
potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz (KJV)
La suma total de la cuenta por nuestros
pecados era la muerte. Esto fue pagado y clavado en la cruz. Esto no suprimió
la ley y el testimonio que es la señal de los elegidos (Is. 8:20; Apo. 12:17;
14:12). Este fracaso de entender la naturaleza del sacrificio induce a la
Cristiandad moderna al anti- nomianismo y al fracaso de entender el sacrificio
de Jesucristo.
Examinadlo todo
Sólo por nacer de nuevo en agua y el Espíritu Santo
el individuo puede ser redimido. El fracaso
de entender este proceso es indicativo de un fracaso de entender el verdadero
proceso de conversión. Este fracaso es común en aquellos que han tenido una
conversión física en una organización y no en el cuerpo de Cristo. Tales
personas echan la verdad por el suelo por el interés de la preservación de un
culto u organización física. La defensa de tal error en los no convertidos es
usualmente acompañada por el ataque de personalidad en vez de la defensa o el
rechazo de la verdad bíblica. El mandato bíblico de examinar todo (1Tes. 5:21)
se distorsiona. El mandato de examinar todo se extiende hasta el trabajo de
cada individuo (Gal. 6:4) y ciertamente a ellos mismos (2 Co. 13:5). Debe
examinar lo que es bueno (Rom. 12:2) y también la sinceridad del amor de los
elegidos (2 Co. 8:8). La malicia y la calumnia y la envidia no son evidencias
del amor de los elegidos, son evidencias de un proceso de pensamiento no
convertido. El pecado, del cuál se ha arrepentido en años anteriores, no es
asunto de los hermanos. Es en el reino del amor de Dios. Cada individuo tiene
que nacer de nuevo. No deben pecar más pero se les debe permitir nacer de
nuevo. Su pecado no debe ser más traído a la memoria. También el individuo en
contra el cual ocurre el pecado debe poder perdonar. La oración de Señor
comienza con la alabanza de Dios y la súplica de Su voluntad y Su provisión y
luego procede a este mandato.
Mateo 6:9-13 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que
estás en los cielos, santificado sea tu nombre. 10 Venga tu reino.
Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 11 El
pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 12 Y perdónanos nuestras
deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. 13 Y
no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el
poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén. (KJV)
El
perdón de deudas o delitos es el perdón de transgresiones que es la deuda del cheirographon
que fue clavada en la cruz. Pedimos esto porque Cristo pagó por eso. Así
tenemos una obligación de perdonar a otros como nosotros mismos tenemos el
deseo de ser perdonados. Ésta es la verdadera conversión. El individuo que nace
de nuevo desea guardar la ley de Dios de su ser interior. La atribución continuada
de pecado para otros es un proceso de pensamiento no convertido que conlleva a
juicio al ego. Ésta es la falla más grande de los sistemas de tipo de culto que
ha sido establecida en el siglo veinte. Las facciones se forman alrededor de
los individuos y aquellos buscadores de poder que atacarían y destruirían a
otros. El espíritu en el cual la crítica es hecha, y más importante aún,
reconocida, es a menudo un indicador de la conversión de la gente en el grupo.
El individuo convertido debe aprender no sólo a perdonar a aquellos que los
atacan sino que también admitir verdad en la crítica. La penalidad es la
erosión de nuestro poder espiritual.
Cristo
perdonó a los que lo mataron en la cruz y rogo por su perdón (Lc. 23:34). Así
también hizo Esteban oro por el perdón de los que lo mataron (Hch 7:60). Pablo
fue el testigo oficial del asesinato de Esteban y así tomó parte en ese crimen
entre muchos otros (Hch 8:1). Saulo tuvo que ser perdonado y fue en hecho
renombrado como Pablo porque había cometido tal violencia en contra del
elegido. Él fue perdonado y usado por Dios. Hoy seria atacado con malicia y
calumnia.
Los
elegidos son los hijos de Dios que desarrollan un carácter justo y sagrado. El
perdón de pecados y el amor hacia los demás es el elemento clave en este
proceso. Sin nacer de nuevo no pueden ser perfeccionados. A cada uno se le debe
permitir nacer de nuevo también por los hermanos que adoran al único Dios
verdadero en Espíritu y en verdad.
El
proceso de renacimiento es a través de la cuota inicial o las arras de nuestra
herencia (Ef. 1:14) a través de Jesucristo. (Rom. 3:24; Ef. 1:7).
Efesios 1:13-14 En el también vosotros, habiendo oído
la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en
el, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, 14 que es
las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para
alabanza de su gloria (KJV)
La posesión comprada es nuestro ser. La
redención (que es de Dios: Jer. 32:7-8) es la redención de nuestros cuerpos en
la resurrección (Rom. 8:23). Somos sellados hasta la resurrección que es el día
de nuestra redención (Ef. 4:30). En la resurrección, nos convertimos en
coherederos con Cristo como Hijos de Dios en el poder a través de la
resurrección de la muerte (Rom. 1:4).
Esta
cuota inicial es como una semilla de mostaza que crece (Mat. 13:31; Mr. 4:31;
Lc. 13:19). Este renacimiento entonces es como un niño que crece en la verdad y
en la fe (Mat. 17:20; Lc. 17:6). Es un proceso espiritual y la fe es medida en
la misma manera. A través de este proceso de crecimiento, los elegidos son
perfeccionados en la fe a través de la ofrenda de Cristo (Heb. 10:14). En esta
perfección el Espíritu Santo es también un testigo de lo que Cristo dijo antes.
Hebreos 10:15-18 Y nos atestigua
lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho: 16 Este es el pacto que haré con ellos después
de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, y
en sus mentes las escribiré, 17 añade:
y nunca más me acordaré de sus pecados
y transgresiones. 18 Pues
donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado. (KJV) (Ref. Jer.
31:31-34 y Heb. 8:8-12).
Cada hombre conocerá al Señor del momento en que él derrama Su Espíritu en la nación. Hasta entonces el renacimiento es confinado a los elegidos. Los elegidos son nacidos de nuevo espiritualmente y espiritualmente convertidos a las leyes de Dios y la perfección del carácter Divino, justo. El Espíritu Santo es el espíritu de poder y de amor y de dominio propio (2 Tim. 1:7). Cada uno de nosotros debe desarrollar el espíritu a lo mejor de nuestros dones y habilidades, ya que somos nacidos de nuevo para la gloria de Dios. De este proceso, durante las resurrecciones, Dios viene a ser todo en todos. (Ef. 4:6).
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