Iglesias Cristianas de Dios
[CB42]
El Tabernáculo en el Desierto
(Edición
3.0 02062004-16032005-09122006)
Simbólicamente
el Tabernáculo representaba la Tienda real de Dios en la Tierra. Moisés recibió
instrucciones detalladas en relación a como construir el Tabernáculo, que debía
ser una copia del que esta en el cielo.
Christian Churches of God
(Derechos
reservados 2004, 2005, 2006 Diane Flanagan y Wade Cox)
(tr. 2010)
Este documento puede copiarse
libremente y distribuirse con tal de que se copie en su totalidad sin
alteraciones o tachaduras. Debe incluirse el nombre del editor y dirección y el
aviso de derechos de propiedad literaria. Ningún cargo puede realizarse a los
destinatarios de copias distribuidas. Las citas breves pueden ser incluidas en
artículos críticos y revisiones sin interferir en los derechos de propiedad
literaria.
Este papel está
disponible de la página del World Wide Web:
http://www.logon.org
y http://www.ccg.org
El Tabernáculo en el Desierto
Nadie
tiene una excusa para no honrar a Dios, porque todo el mundo creado lo revela
(Rom. 1:20). A través de este mundo físico, y las instrucciones que Dios nos ha
dado, podemos entender más acerca de Dios y el área espiritual.
Moisés
solía levantar una tienda a una distancia considerable fuera del campamento, y
la llamaba Tienda del Encuentro (Ex. 33:7). La Tienda del Encuentro existía
desde antes que el Tabernáculo fuera construido, y era donde Moisés iba para
encontrarse con el ángel de la Presencia (Ex. 33:8-9).
Dios
dirigió el diseño del tabernáculo
Los
Israelitas llegaron al Monte Sinaí en la tercera Luna Nueva (Ex. 19:1 Annotated RSV). Moisés hizo 6 viajes arriba de la
montaña para hablarle al ángel de la Presencia. Este era el ser que más tarde
se convirtió en Josué el Mesías, que es el nombre hebreo del hombre llamado
Jesús. Fue durante la cuarta vez de Moisés en la montaña que ayunó 40 días y 40
noches (Ex. 24:18) y en ese momento él recibió instrucciones para construir el
Tabernáculo (Ex. 25:1-31:11).
Cuando
Moisés bajó de la montaña él le dijo al pueblo, “Dios nos ha ordenado construir
este tabernáculo como una morada temporal para que el esté presente con nosotros.
Dios aún no ha prometido morar en ustedes por Su Espíritu. Él ha prometido
estar entre ustedes y con ustedes en cada crisis siempre que ustedes le
obedezcan,” Moisés dijo a la multitud. “Por ahora él estará contento con
nosotros si damos generosa y voluntariamente de nuestros materiales, riqueza,
habilidades y trabajo. Cada uno puede tener una parte en hacer algo para
nuestro Creador.”
Las ofrendas
que las personas podían dar libremente eran oro, plata y bronce; hilo azul,
púrpura y carmesí y lino fino; pelo de cabras; pieles de carneros teñidas de
rojo, y pieles de tejones. También dieron madera de acacia, aceite de oliva
para las lámparas, especias para el aceite de la unción y para el incienso aromático,
y piedras preciosas (Ex. 25:1-9; Ex. 35:5-9).
“También
hay una necesidad de trabajadores voluntarios que sean expertos en la carpintería,
la metalurgia, también expertos tejedores, talladores y todos los oficios y las
artes necesarias para construir y decorar el Tabernáculo y todo lo relacionado
con el,” Moisés dijo (Ex. 35:4-19).
Moisés
no les pidió nada a las personas. Él simplemente les dijo lo que se necesitaba.
Por los siguientes varios días miles de personas
vinieron a darle las cosas que Moisés había pedido. También tejieron
diligentemente en sus telares para producir las bellas telas que eran
necesarias. Las personas tuvieron una buena actitud y continuaron llevando los
artículos necesarios cada mañana (Ex. 36:3). Tan generoso fue el pueblo que más
de lo necesario fueron llevado para la construcción del Tabernáculo, y muchos
ofrecieron voluntariamente sus servicios.
Moisés estaba contento por este gran despliegue de
celo, desinterés y ambición mostrado por el pueblo. Fue claro para él que miles
de ellos estaban ansiosos por compensar sus pecados pasados. Todavía estaban
frescos en sus mentes los recuerdos desagradables de su idolatría delante del
becerro de oro. Pero la mayoría de las personas que vinieron a dar simplemente tenían
un deseo sincero de ayudar porque ellos comprendieron que ésta era una
oportunidad maravillosa para estar al servicio Dios.
Aun hoy Dios sólo quiere que
demos regalos libremente. Cuando vamos a las Fiestas tres veces al año, tenemos
una oportunidad de dar una ofrenda a Dios. Éste es un privilegio y damos
cualquier cantidad de dinero que pensamos que es correcta. También podemos dar
ofrendas para el servicio del Templo en otras ocasiones.
Dios ya le había dicho a Moisés en el Mt. Sinaí a
quien debía elegir para dirigir esta tarea de hacer el Tabernáculo. Moisés
proclamó al pueblo que Bezaleel, nieto de Hur de la tribu de Judá, estaría a
cargo. El asistente de Bezaleel debía ser Aholiab de la tribu de Dan.
A través de Su Espíritu, Dios llenó a estos
artesanos de sabiduría, entendimiento y conocimiento de las diferentes
habilidades necesarias para construir el Tabernáculo. Bezaleel fue señalado
para hacer todo los diseños artísticos en oro, plata y cobre o bronce. Él ayudo
a cortar las piedras y tallar la madera, y Aholiab le ayudaba. Estos hombres
recibieron también la habilidad de enseñarles a otros (Ex. 31:1-5; 35:30-36:2;
1 Cro. 2:18-20).
Bezaleel y Aholiab también
asistieron con los tejidos y los bordados. En Egipto, las mujeres se encargaban
de la hilandería y teñir la tela y los hombres hacían los tejidos y los
bordados.
Sabiendo cuánto material era necesario, por medio
de figuras que Moisés le había dado, Bezaleel se dio cuenta que había sido
traído mas de lo necesario. Aun así, las personas continuaban llevando más.
Bezaleel le habló a Moisés, quien rápidamente dictó una orden para que el
pueblo dejara de traer más artículos (Ex. 36:5-7).
Bezaleel y Aholiab no perdieron el tiempo y les
enseñaron a los que necesitaban instrucciones y asignaron a artesanos y a
obreros a sus diversas tareas. Pronto todo el mundo estaba activa y felizmente
trabajando. Los carpinteros comenzaron a tallar tablas de los troncos de acacia
y tablones que habían sido traídos. Los metalúrgicos derritieron o molieron los
metales. Los tejedores y las costureras trabajaron la tela. Los cortadores de
gema planificaron cómo usar las piedras preciosas.
El trabajo en el Tabernáculo era algo que no podía
ser apresurado. Requería gran cuidado y habilidad, todo lo perteneciente a este
proyecto debía hacerse tan cerca de la perfección como las manos humanas
pudieran. Los hombres y mujeres tuvieron mucho cuidado para realizar un arte
superior haciendo el Tabernáculo de Dios y sus enseres.
Aunque los trabajadores se
aplicaron ambiciosamente, requirió aproximadamente ocho meses construir el
Tabernáculo. Eso fue porque hubo necesidad de tanto arte intrincado y
detallado.
Casi quince toneladas de oro, plata y cobre (o
bronce) fueron utilizadas. Esto representaba sólo una pequeña parte de la
riqueza de los Israelitas, mucho del cuál había venido de sus anteriores
vecinos egipcios o de ser arrastrado por la corriente hacia la costa este del
Mar Rojo después que el ejército del Faraón fue absorbido por el agua.
Entre las cosas que hicieron de último estaba la
ropa especial para los sacerdotes. Cuando los artículos fueron terminados,
fueron llevados a Moisés para que los revisara. Nada era aprobado hasta que él
comprobaba que estaba hecho estrictamente según las instrucciones de Dios.
Finalmente Moisés convocó a todos los trabajadores para elogiarlos por las
tareas bien hechas, y pedirle a Dios que los bendijera (Ex. 39:43).
Él les recordó que Dios, quien
es perfecto, se complace cuando los hombres aspiran a la perfección en
cualquier cosa importante, ya sea material, física o espiritual. Eso es digno
de recordar cuándo algo necesita ser hecho. Demasiada gente trata de obtener
más y dar menos, lo cual es lo contrario de la manera de Dios. La calidad lo
complace, y la calidad requiere los mejores esfuerzos de uno.
Exactamente al oeste de la tienda de Moisés estaba
un área abierta centrando los doce campamentos. Allí los trabajadores erigieron
el Tabernáculo de Dios que debía ser desarmado y movido cada vez que el pueblo
recibiera instrucciones de moverse (Núm. 1:50-54; 3:38).
El Tabernáculo estaba hecho de
numerosas partes. Había tablas, travesaños, anillos, espigas o bases, y
pilares. Cinco pilares daban entrada al Tabernáculo en el desierto. Cinco es el
número de gracia. Estos cinco pilares también podrían representar las Cinco
Iglesias de Apocalipsis que califican para estar en el Reino de Dios: Éfeso,
Esmirna, Pergamo, Tiatira, y Filadelfia. O podrían representar las cinco
centralidades de Dios: Santidad, justicia, bondad, perfección y verdad. Los
cuatro pilares que guiaban hacia el lugar santísimo podrían representar a los
cuatro Querubines Protectores alrededor del Trono de Dios. Estos cuatro
Querubines Protectores son también llamados los cuatro seres vivientes y son
instrumentales en mantener las Leyes de Dios.
El Tabernáculo mismo estaba hecho de cuarenta y
ocho tablas. Habían veinte en el lado sur y veinte en el lado norte, y seis mas
dos tablas en las esquinas en el occidente (Ex. 26:18-25; 36:23-30). Las tablas
fueron hechas de madera de sittim/acacia. Tenían codo y medio de ancho y diez codos
de largo. Cada tenia dos espigas o 'cejilla' en el fondo. Estas espigas eran
recortes que encajaban exactamente dentro de las basas y hacia que la tabla
permaneciera derecha en la basa (Ex. 26:15-18; 36:21-22). Había también cinco barras para cada lado del
Tabernáculo (Ex. 26:26,27; 36:31,32). La barra de en medio de las cinco debía
atravesar el centro de las tablas, de un extremo a otro (Ex. 26:28; 36:33).
Todas las barras y los anillos fueron cubiertos con una capa de oro (Ex. 26:29;
36:34).
Las basas probablemente tenían una cola de milano o
'moda de acertijo' de modo que cada basa podía trabarse con su basa vecina. Había
dos basas de plata para cada tabla (Ex. 26:19-25; 36:24-30), lo cual serían
noventa y seis basas de plata. Pero en Éxodo 26:32 y 36:36, la Biblia nos dice
que los cuatro pilares que guiaban al lugar santísimo también tenían basas de
plata.
Así, el número de basas de plata es cien. Éxodo
38:25-27 nos dice que cada basa era un talento de plata. Entonces, cien
talentos de plata sirvieron para las cien basas del Tabernáculo.
Cuando el Tabernáculo fue construido, sólo los
sacerdotes podían entrar en él. Los sacerdotes atendían el altar del incienso y
la lámpara diariamente. Una vez por semana en el sábado ponían fuera el pan de
la proposición en dos filas con incienso encima de cada fila.
Al acercarse al Tabernáculo, uno iba a través, o
debajo, de las cuatro cubiertas de la estructura. Dos de las cubiertas eran de
tela y dos estaban hechas de pieles de animales.
Vemos el Plan de Dios para el mundo en las
cubiertas del Tabernáculo. La cubierta exterior era de la piel o el cuero de un
animal impuro, que representaba al género humano y al ejercito caído en su
estado de pecado. Las once cortinas de pelo de cabras estaban en una posición
intermediaria en el camino al Trono de Dios. Finalmente, alcanzamos las diez
cortinas de lino con el querubín en ellas, que describe al ejército leal de
Dios alrededor de Su Trono.
Las pieles de animales estaban por fuera y más
expuestas al clima. Las pieles de los carneros teñidas de rojo estaba al lado
de la tela, y bajo ellas encontramos once cortinas hechas de pelo de cabras,
que cubría las diez cortinas de lino. Las pieles de los tejones estaban
expuestas a los elementos, y podían verse por esa posición en el patio.
La traducción de Brenton de Éxodo
26:14 en la Septuaginta dice como sigue: Y harás la cubierta del tabernáculo
de pieles de carneros teñidas de rojo, y pieles azules como cubierta encima.
La coloración exterior del Tabernáculo era por consiguiente azul. El color azul
es simbólico de la Ley, y de la Ley tenemos conocimiento del pecado. El azul
fue usado repetidamente en el Templo y en las ropas de los sacerdotes. También
debemos llevar franjas azules en las cuatro esquinas de nuestras ropas como un
recordatorio de las Leyes de Dios (Núm. 15:37-41; Deut. 22:12).
El
Tabernáculo estaba ubicado en un atrio. Un atrio es un área grande que esta
cerrada o separada. El atrio tenía 100 codos de largo y 50 codos de ancho,
creando dos cuadrados perfectos de 50 x 50 codos. (En esos días, la longitud
era medida en codos, que era la distancia desde la punta del dedo de un hombre
hasta su codo - cerca de 18 pulgadas.) Había una puerta grande en el
lado este donde las personas entraban.
La pared divisoria que separaba el resto de
campamento del área del Tabernáculo fue hecha de cortinas de lino fino,
colgando de 60 columnas separadas por cinco codos. Había 20 columnas en el lado
sur, 20 en el norte, 10 columnas en el oeste y 10 en el este. El total de 60
columnas podría representar a los dos Consejos Internos de 30 cada uno. El
Consejo está descrito en los capítulos 4 y 5 del Libro de Apocalipsis.
Cuatro columnas centrales en el este soportaban una
puerta de cortina azul, púrpura, y carmesí (rojo) y lino torcido (Ex. 27:9-19).
Los pilares tenían basas de cobre o bronce con bandas y capiteles de plata en
cada poste (Ex. 27:17; 38:28). Cuando uno miraba el atrio veía las cortinas de
lino con un borde de plata arriba, y las basas de cobre (o bronce) debajo de
las columnas. Y allí estaría la bella puerta tejida de azul, púrpura, y carmesí
(rojo) a través de la cual todos entrarían al atrio.
Aparte de las 60 columnas, también debemos recordar
que hay cinco columnas que llevan hacia el Tabernáculo (Ex. 26:37; 27:7-10).
Estas cinco columnas también tenían basas de cobre (o bronce), como las 60
columnas en el atrio (Ex. 26:37; 36:38). Había también cuatro columnas que
guiaban hacia el lugar santísimo, pero estas tenían basas de plata (Ex. 26:32;
36:36,38). Estas columnas podrían representar a los cuatro Querubines o seres
vivientes que ayudan a sostener y cubrir el Trono de Dios (Eze. 1:5-21; Apo.
4:6-9). Entonces, el número total de columnas en el Tabernáculo en el desierto
y su atrio circundante era 69.
En Números 11:16, y Lucas 10:1, hay una referencia
a los 70 Ancianos. Éste es el número del cuerpo gobernante de la Iglesia y la
nación de Israel. Este número era para representar el ejército divino. Sabemos
que hay 30 Seres en el Consejo Interior y 40 en el Consejo Exterior, dándonos
un total de 70 Seres. Para mayor información sobre el Consejo de Dios vea La
Creación de la Familia de Dios (No.CB4). Las columnas representan a los 69 Seres del
Consejo Interior y Exterior. El Ser numero 70 es Dios el Padre, quien sería
descrito por el arca de la alianza.
Todo en el Tabernáculo y el
atrio fue hecho portátil y movible. Cada vez que Dios le daba instrucciones al
pueblo de moverse, había un procedimiento determinado para desarmar el atrio y
el Tabernáculo, y moverlo en la manera correcta.
Cuando uno entraba al atrio, la primera cosa que
uno miraba era el altar del holocausto, que es descrito en Éxodo 27:1-8; 38:1-7
y Salmos 118:27. El altar era un cuadrado. Tenía cinco codos de largo por cinco
codos de ancho y tres codos de altura. Tenía cuatro cuernos en las esquinas. Algunas
veces el animal sacrificado era amarrado a estos cuernos (Sal. 118:27). Fue
hecho de madera de acacia y cubierto de bronce por dentro y por fuera. Era
hueco por dentro (Ex. 27:8). El holocausto debía quedar sobre el fogón del
altar toda la noche, con el fuego del altar ardiendo en el. Cada mañana el
sacerdote debía limpiar las cenizas del holocausto y llevar las cenizas fuera
del campamento a un lugar que estaba ceremonialmente limpio. Él podría luego
colocar mas leña y poner el holocausto diario encima del altar, y quemar la
grasa del sacrificio de paz diario (Lev. 6:8-13).
Los utensilios usados con el altar fueron también
hechos de bronce (Ex. 27:3; Vea también notas de The
Companion Bible sobre Ex. 27:5 y Lev. 9:22). Había anillos de
bronce pesados en las esquinas de la rejilla de bronce que rodeaba la mitad
inferior del altar. Las tablas del altar descansaban sobre un cerco estrecho de
la rejilla (Ex. 27:4-5). Pudo haber sido un tipo de repisa sobre la que el
sacerdote realmente estaba de pie para hacer el sacrificio en el lugar. Grandes
varas fueron insertadas a través de los anillos para levantar el altar del
relleno sucio transportarlo cada vez que los Israelitas eran dirigidos para
mover sus campamentos (Ex. 38:1-7).
Originalmente, el altar fue
utilizado para sacrificar toros, cabras, carneros y ovejas, etc. al Único Dios
Verdadero. Era en el altar del holocausto que la reconciliación (o reunión) del
pecador con Dios era hecha. Como sabemos, nuestros pecados nos separan de Dios.
Para mayor información sobre tratar con el pecado vea el papel ¿Que es el Pecado? (No. CB26).
Jesucristo
vino a la Tierra como un hombre y cumplió con todos los requisitos del sistema sacrifica
torio, así que los sacrificios animales ya no tienen lugar. Vea el papel ¿Quien es Jesús? (No. CB2). Antiguamente los sacrificios
tomaban lugar a las 9 a.m. y a las 3 p.m. (Ex. 29:38-39; Núm. 28:4, 1 Cro.
16:40; 2 Cro. 31:3). Éstas son las horas en las que deberíamos sostener
servicios en los Días Santos de Dios ahora.
El altar de incienso fue ubicado directamente
delante del velo o cortina en el lugar santísimo. Tenía un codo de largo y un
codo de ancho y dos codos de altura. Sus cuernos eran de una sola pieza. Fue
hecho de madera de acacia y también cubierto con una capa de oro puro. También tenía
una moldura alrededor de la parte superior. Había dos anillos en cada lado del
altar. Las varas para llevarlo fueron hechas de madera de acacia cubierta con
una capa de oro (Ex. 30:1-5; 37:25-29).
Los sacerdotes atendían el altar del incienso dos
veces al día (Ex. 30:6-8; Lucas 1:9-11). Debe haber incienso perpetuo delante
del Señor por todas nuestras generaciones (Ex. 30:8). El incienso fue hecho de
especias preciosas y bajo la dirección de Dios (Ex. 30:34). No podía utilizarse
para ningún otro propósito. Los sacerdotes recibieron órdenes de no ofrecerle ningún
incienso extraño en este altar (Ex. 30:9).
La colección de oraciones de la Iglesia ascendiendo
al Padre podría representarse en el altar del incienso. David nos dio un
ejemplo de la oración siendo como el incienso en Salmos 141:2. Sabemos que los
veinticuatro Ancianos y los cuatro seres vivientes alrededor del Trono de Dios
continuamente monitorean las oraciones de los santos (Apo. 5:8). El pueblo de
Dios siempre debería estar en oración. Aquí también podemos ver el concepto de
orar al menos dos veces al día. Para mayor información sobre cómo orar vea los
papeles Lección sobre Oración Parte A
Guía del Maestro (No. CB31) y Lección
sobre Oración Parte B Hoja de Trabajo (No. CB32).
La Fuente
Entre el Tabernáculo y el altar estaba un tazón
grande de cobre o bronce llamado la fuente, que debía estar siempre lleno de
agua. En el los sacerdotes lavaban sus manos y sus pies antes de emprender sus
deberes (Ex. 30:18-21). La pena por no lavarse era la muerte (Ex. 30:20,21).
La fuente y la base fueron hechas de los espejos de
cobre (o bronce) de las mujeres que velaban a la puerta del Tienda del
Encuentro (Ex. 30:18; 38:8). Tal como una mujer es simbólica de la Iglesia,
podría significar que las personas ahora vienen a Cristo a través de la
Iglesia.
Otra cortina más pesada y
grande de piel de tejones fue estirada sobre las livianas pieles de carnero,
pelo de cabras y lino. Sólo la colorida, cortina de lino podía verse dentro del
Tabernáculo, que no necesitaba piso porque debía colocarse siempre en tierra
nivelada (Ex. 26:1-25; 36:8-34).
El candelero fue hecho de oro puro de una sola
pieza de metal (Ex. 25:31-40; 31:8; 37:17-24). El candelero y sus utensilios
fueron hechos de un talento de oro (Ex. 25:39). Tenía una caña central con tres
ramas a cada lado, y con lugares para siete lámparas de aceite sobre cada rama.
El candelero fue 'vestido', lo que significa que la mecha fue recortada y el
aceite se agregaba diariamente. El candelero era mantenido ardiendo delante del
Señor de la tarde a la mañana (Ex. 27:20-21; Lev. 24:2-3).
Estos siete candeleros parecen
representar lo que fue entendido como los siete Espíritus delante del Trono de
Dios. Hay numerosas referencias al siete en la Biblia. Vemos que hay siete días
durante la semana, siete ciclos de siete años en el Jubileo, siete trompetas,
siete copas, siete sellos y siete Iglesias, etc.
El
aceite para el candelabro era aceite de oliva puro. El aceite no era molido en
un molino sino que era machacado para producir aceite más fino (Ex. 27:20).
Debemos ser ese candelabro para el mundo reflejando la luz del Espíritu Santo
de Dios a quienes entran en contacto con nosotros (Mat. 5:14). Una vez que
somos llamados, nos arrepentimos, y somos bautizados, debemos cuidar al
Espíritu Santo diariamente. Nunca queremos estar sin aceite en nuestra lámpara
como se encontraron las cinco vírgenes insensatas (Mat. 25:1-11).
La mesa del pan de la proposición estaba ubicada en
el lado norte de la Tienda del encuentro, o a la derecha cuando uno entraba al
Tabernáculo (Ex. 25:30; 40:22). Fue hecho de madera de acacia y cubierto con
una capa de oro, y tenia dos codos de largo, un codo de ancho y codo y medio de
altura. La mesa tenia una moldura de un palmo menor alrededor y un anillo en
cada esquina de la mesa. Dos varas de madera de acacia cubierta con una capa de
oro pasaron a través de los anillos para permitir que la mesa pudiera ser
transportada. Los platos y los utensilios de la mesa eran de oro puro (Ex. 25:23-30;
37:10-16).
Contenía doce barras de pan
sin levadura. El pan era apilado en dos filas, con seis barras de pan en cada
fila. Los sacerdotes ponían incienso sobre cada fila para hacerla una porción
conmemorativa y una ofrenda hecha al Señor por fuego. El pan era reemplazado
cada sábado con barras de pan nuevas que eran puestas delante del Señor como un
pacto eterno para los hijos de Israel. Le pertenecía a Aarón y a sus hijos y
ellos lo comían en el lugar santo. Era de su parte normal de las ofrendas hechas
al Señor por fuego (Lev. 24:5-9).
Las doce barras de pan
representaban un regalo de las doce tribus de Israel, por las cuales el mundo
entero entra en el Reino de Dios. Significa el hecho que Dios sustenta a su
pueblo.
Este lugar santísimo era el lugar que Dios diseñó
para Su Presencia gloriosa mientras guiaba a los Israelitas en el viaje hacia Canaán.
Dentro de el estaba un cofre de madera cubierto de
oro llamado el arca del pacto, casi del tamaño de un baúl grande. Fue fabricada
de madera de acacia y fue recubierta de una capa de oro por dentro y por fuera.
El Arca tenia dos codos y medio de largo, codo y medio de ancho y codo y medio
de altura (Ex. 25:10-22). Tenía cuatro anillos, dos en cada lado. Una vara
larga cubierta de un baño de oro corría a través de cada uno de los dos
anillos. Esto proveía una manera en que los sacerdotes transportaran el Arca
sin tocarla. Las varas nunca más tenían que ser removidas de los anillos del
Arca (Ex. 25:15). Cuando Israel se movía, el Arca iba delante del ejército (Núm.
10:33). Era llevada por los sacerdotes, o Levitas (Núm. 4:15; 3:30-31; Jos.
3:3; Deut. 31:9, 25).
Las tablas con los Diez Mandamientos (Ex. 25:16;
Deut. 31:26), un omer de maná (Ex. 16:33; 34) y la vara de Aarón que retoñó (Núm.
17:10) fueron guardados en el Arca (Heb. 9:4).
La parte superior del Arca era el lapporah,
que es también llamado el propiciatorio. Era una cubierta o tapa del Arca. El
Sumo Sacerdote rociaba la sangre del pecado ofreciendo siete veces sobre la
tapa del arca del pacto, una vez al año en el día de la expiación, cuándo él
entraba al lugar santísimo (Lev. 16:18-19). Sólo al Sumo Sacerdote se le permitía
entrar a esta área sagrada.
Esto es simbólico de Cristo siendo el sacrificio
perfecto. Por su vida sin pecado y su muerte él pudo ofrecerse a sí mismo como
sacrificio a Dios el Padre. Él fue el sacrificio perfecto de una y para siempre
(Heb. 9:26,28; 1 Pe. 3:18). Vea también el papel ¿Quien es Jesús? (No. CB2)
En la cubierta había dos
querubines frente a frente. El Querubín fue también hecho de oro con sus alas extendidas. Todo el
propiciatorio fue hecho del mismo pedazo de oro (Ex. 25:17-20). Aquí vemos el
Trono de Dios figurado con dos Seres Vivientes que permanecieron leales y
cubren el Trono de Dios. Había originalmente cuatro querubines, dos querubines
cubriendo y dos querubines detrás. Para mayor información sobre el Trono de
Dios vea el papel La Creación de la Familia de Dios (No.CB4)
Cuándo el Sumo Sacerdote entraba al lugar santísimo
nadie tenia permiso de estar en el Tabernáculo en el desierto. Asimismo, Cristo
fue solo cuando ascendió a Dios el Padre como los primeros frutos de la ofrenda
de la Gavilla Mecida. Para más información por favor vea el papel Los Días Santos de Dios (No.CB22).
Rociar la sangre siete veces
tiene significado. Hay siete días santos, el sábado es el séptimo día y tres
Fiestas de Dios tienen siete componentes. Hay siete días de Panes sin Levadura,
siete semanas perfectas desde la gavilla mecida hasta el Pentecostés, y siete
días de Tabernáculos. Levítico 23:5-22 y 23:34-44 nos muestra la secuencia de
siete veces de las tres Fiestas.
La cortina de pelo de cabras estaba compuesta de
once paneles de cortina: seis en un grupo y cinco en el otro grupo. Las dos grandes
cortinas cada una tenían cincuenta lazos que estaban atadas con cincuenta
broches de bronce. Las cortinas eran cada una de cuatro codos por treinta
codos. El Tabernáculo tenía de hecho treinta codos de largo y diez codos
anchos. La cortina podría haber cubierto el lado sur del Tabernáculo, luego
sobre la parte superior del Tabernáculo, y luego el lado norte del Tabernáculo.
La cortina de pelo de cabras adicional habría estado suspendida y habría
cubierto la parte trasera o parte oeste del Tabernáculo (Ex. 26:7-14;
37:14-18). La sexta cortina adicional colgaba doblada en el frente de la tienda
(Ex. 26:9).
William Brown indica en su
libro que, “La Mayoría de escritores eran de la opinión que la tienda fue
tejida de pelo fino, blanco, suave, sedoso similar al de la cabra de angora” (El
Tabernáculo: Sus Sacerdotes y Sus Servicios, Henderson Publishers, P.O. Box
3473, Peabody, Massachusetts, 01961-3473, Mayo de 1996).
Parecería probablemente que usaron angora blanco, casimir, o algún tipo de pelo
de una cabra que tenía pelo largo en vez de cabras muy pelicortas.
Continuando hacia el interior encontramos las 10
cortinas de lino torcido y azul, púrpura y carmesí (rojo), con imágenes del
querubín. Estos fueron hechos por el hábil trabajador Bezaleel. Cada cortina tenía
veintiocho codos por cuatro codos. Él unió cinco cortinas para hacer una gran
cortina. Cada juego de la gran cortina tenía cincuenta lazos en ella. Debió
haber habido cien lazos azules atados con cincuenta broches de oro (Ex.
26:1-14; 37:8-13). Este juego de cortinas funcionaría igualmente como las
cortinas de pelo de cabra, pero uno podía ver las cortinas cuándo entraba al
Tabernáculo. Cuando fue colocada sobre el Tabernáculo, los broches de bronce de
las cortinas de pelo de cabra, y los broches de oro de las cortinas de lino
también, estarían en la separación del Lugar Santo y el Lugar Santísimo.
Las cortinas de lino habrían sido centradas sobre
el Tabernáculo y por consiguiente habrían estado a un codo de la tierra en los
lados sur y norte. Esto le permitiría al sacerdote, quien estaba dentro del
Tabernáculo, ver las basas de plata que sostenían las tablas arriba si la
cortina era colgada en el interior de las tablas de oro. Parece haber mucho
debate acerca de si las cortinas de lino estaban por dentro, o por fuera de las
tablas de oro.
Algunos piensan que las
cortinas eran de lino muy fino y casi transparente y colgaban del interior de
las tablas. Otros razonan que Dios no tendría tanto tiempo y energía y belleza
para hacer las cortinas y entonces habrían dos tercios de las cortinas
escondidas detrás de las tablas. Algunos dudan de cómo podrían las cortinas
estar colgadas en el interior del Tabernáculo, y por consiguiente creen que las
colgaron en el exterior de las tablas. Claramente, las cortinas de lino
formaban el techo del Tabernáculo, pero la colgadura de los lados no es clara.
Como podemos ver, la construcción del Tabernáculo
fue la primera actividad principal de los Israelitas. Los Israelitas llevaban
un año fuera de Egipto para cuando el Tabernáculo fue terminado. Fue
establecido y listo para usarse en el Primer día del Primer mes (Abib) del
Segundo año del viaje hacia Canaán (Ex. 40:1-4,17) y desarmado el veinteavo del
Segundo mes. El Tabernáculo permaneció por cincuenta días antes de ser
desarmado (Vea las notas sobre Éxodo 40:2 en The
Companion Bible y Núm. 10:11).
Cuando Moisés había terminado de establecer todo el
mobiliario, el altar, la fuente y el atrio alrededor del Tabernáculo, una nube
lo cubrió. La Gloria del Señor luego
llenó el Tabernáculo y Moisés fue incapaz de entrar. Así, Moisés había
finalizado su obra. De ahora en adelante, los Israelitas marcharían a través
del desierto con el Señor viviendo en una tienda entre ellos y conduciéndolos a
la tierra prometida.
En el viaje de los Israelitas, cada vez que la nube
se levantaba de arriba del Tabernáculo, se pondrían en marcha; pero si la nube
no se levantaba, permanecían en la mismo área todo el tiempo que la nube permanecía.
Esto continuó hasta la muerte de Moisés (Ex. 40:33-36).
El Tabernáculo era una representación física del
Templo espiritual, el cuál somos (1Cor.3:16-17; 6:19). Al igual que Moisés estableció
el Tabernáculo físico, Cristo estableció el Tabernáculo espiritual o el Templo
y todos los utensilios. Fue una tarea asombrosa tener una morada tan bella,
funcional, y portátil completada en tan poco tiempo. Pero sabemos que todas las
cosas son posibles con Dios (Mat. 19:26).