Iglesias Cristianas de Dios
[CB31]
Lección de Oracion Parte A
Guía del Profesor
(Edición 1.0 30122002-30122002)
Esta lección fue desarrollada
usando el papel Enséñanos a Orar (No. 111) y debe usarse en conjunto con
el papel Lección de Oración Parte B Hoja de trabajo (No. CB32).
Iglesias Cristianas de Dios
E-mail: secretary@ccg.org
(Derechos reservados © 2002 Leslie y Russell Hilburn, ed. Wade Cox)
(tr. 2010)
Este documento puede copiarse
libremente y distribuirse con tal de que se copie en su totalidad sin
alteraciones o tachaduras. Debe incluirse el nombre del editor y dirección y el
aviso de derechos de propiedad literaria. Ningún cargo puede realizarse a los
destinatarios de copias distribuidas. Las citas breves pueden ser incluidas en
artículos críticos y revisiones sin interferir en los derechos de propiedad
literaria.
Este papel está disponible de la
página del World Wide Web:
http://www.logon.org y http://www.ccg.org
Lección
de Oracion Parte A
Guía
del Profesor
La necesidad de
la oración es a menudo difícil de entender. Sabemos que Dios es omnisciente,
así que ¿Por qué necesitamos hablar con él acerca de cosas que él ya sabe? Y
¿Porqué necesitamos pedirle cosas, cuándo la Escritura nos dice que él ya sabe
nuestras necesidades?
La ironía
miente en el hecho de que es sólo a través del proceso actual de oración que
las respuestas se aclaran. Cuando empezamos a ser consistentes con nuestras
oraciones sobre una base diaria, y la evidencia de nuestras oraciones
respondidas se aclara, entonces podemos comenzar a entender que la oración es
una herramienta necesaria que podemos usar para comunicarnos y enaltecer a
nuestro padre amoroso, Dios.
Hoy contestaremos
seis preguntas simples acerca de la oración:
1. ¿Por qué oramos?
2. ¿A quién oramos?
3.
¿Cómo nos preparamos para orar?
4. ¿Dónde oramos?
5. ¿Cuándo oramos?
6. ¿Acerca de que oramos?
Nota: Al ir a través de
las respuestas a cada pregunta abajo, permita un tiempo para que los niños den
sus respuestas. Aliente a cada niño a participar de cada pregunta como el
tiempo lo permita. Trate de anotar sus respuestas si parece que hay una
Escritura apropiada para confirmar sus pensamientos. Esto siempre puede verse
más tarde en el día, y la Escritura puede ser mostrada a los niños durante su
siguiente lección.
Pregunta 1: ¿Por qué oramos?
Pida a uno de
los niños que lea Salmos 94:10,11: ¿El que enseña al hombre la ciencia?, JEHOVA
conoce los pensamientos de los hombres, que son vanidad.” (RSV salvo indicación
contraria.)
En este verso,
la Biblia nos dice que Dios conoce los pensamientos de los hombres. Entonces,
si él sabe nuestros pensamientos, ¿por qué necesitamos orar? (Permita un tiempo
para que los niños contesten.)
A. Para glorificar a Dios:
Lea Isaías
43:7: “todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado,
los forme y los hice” (KJV). En esta Escritura la Biblia nos enseña que la
razón por la que Dios nos creó fue para Su gloria. Una forma de poder glorificar
a Dios es a través de la oración. Necesitamos orar para glorificar a Dios y
establecer una relación con él a través de Jesucristo.
B. Para seguir
la instrucción de Cristo:
Vemos a
Jesucristo como nuestro maestro y queremos seguir su ejemplo. Que uno de los
niños lea Mateo 6:7: “Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles,
que piensan que por sus palabrerías serán oídos.” (NKJV). Preste atención
particular a la segunda palabra. Cristo dijo, Y orando, no dijo si
oráis.
Jesús también
nos enseña que cuando oremos pidamos en su nombre. Pida a un niño leer Juan
14:13-14: “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo hare, para que el
Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo hare.”
Pregunta 2: ¿A quién oramos?
(Haga un tiempo
para que los niños contesten.)
Pídale a uno de
los niños que lea Mateo 4:10 “Entonces Jesús le dijo, Vete, Satanás, Porque
escrito esta: Al Señor tu Dios adoraras, y a él sólo servirás.”
Jesucristo nos dice que SOLO debemos adorar a Dios el Padre. Él citaba del
antiguo testamento, Deuteronomio 6:13: “A Jehová tu Dios temerás, y a el solo
servirás, y por su nombre juraras.” Pídale al niño que lea esa Escritura
igualmente.
Otras
Escrituras para leer que hacen referencia a Dios como nuestro objeto de culto
incluyen:
·
1
Corintios 8:5-6: “Pues aunque haya algunos que se
llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos
señores), para nosotros sin embargo, solo hay un Dios, el Padre, del cual
proceden todas las cosas, y nosotros somos para el; y un señor, Jesucristo, por
medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de el.”
·
Juan
17:3: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a
ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.”
Pregunta 3: ¿Cómo nos preparamos para orar?
(Haga un tiempo
para que los niños contesten.)
A. Pida con fe:
Pídale a uno de
los niños que lea Marcos 11:24 “Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis
orando, creed que lo que recibiréis, y os vendrá.” (NIV).
Deje a los
niños leer Santiago 1:5-8: “Y si algunos de vosotros tiene falta de sabiduría,
pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente, y sin reproche, y le será
dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la
onda del mar, que arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No
piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del señor. El hombre de
doble animo es inconstante en todos sus caminos.”
Aquí, en estas
dos Escrituras, la Biblia nos da instrucción evidente que debemos pedir con fe.
También que
alguien lea Hebreos 11:6 “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es
necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de
los que le buscan.”
Así, poniendo todas estas Escrituras juntas vemos
que, en orden para que nuestras oraciones sean efectivas debemos tener fe y
debemos creer en las siguientes tres cosas:
·
Hay un Dios en el cielo.
· Dios oye nuestras oraciones.
· Dios contesta nuestras oraciones.
También debemos
recordar que algunas veces la respuesta de Dios a nuestras oraciones no es lo
que estamos buscando, o Su momento de respuesta es diferente al nuestro.
Algunas veces Dios nos hace esperar para aprender paciencia y vencer el pecado,
o aprender ciertas lecciones. O tal vez él tiene algo más en mente para
nosotros. Debemos recordar que Dios actuará en el mejor tiempo para este
propósito que él ha determinado, y según Romanos 8:28: “Y sabemos que a los que
aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a
su propósito son llamados.” La oración no es cosa de obligar a Dios a hacer las
cosas que pedimos, sino venir a Dios con fe absoluta que lo que necesitamos nos
será dado.
B. Orar con una
actitud arrepentida:
La Biblia
también nos enseña que el pecado puede interferir con nuestras oraciones. Lea
Isaías 59:1-2: “He aquí que no se ha acortado la mano de JEHOVA para salvar, ni
se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división
entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros
su rostro para no oír.”
Si sabemos que todos nosotros pecamos, entonces podemos entender que esta
Escritura nos muestra que necesitamos hablar con Dios acerca de nuestros
pecados, decir que lo sentimos, y pedirle a Dios que nos ayude a arrepentirnos.
No queremos que nuestros pecados nos separen continuamente de Dios.
Haga que uno de
los niños lea Proverbios 28:9: “El que aparta su oído para no oír la ley, su
oración también es abominable.” Esto nos muestra qué tan importante son las
Leyes de Dios, y cómo necesitamos esforzarnos para seguirlas continuamente.
Junto con esto
es la instrucción en Marcos 11:25. Pídale a uno de los niños que lea esta
Escritura: “Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno,
para que también vuestro padre os perdone a vosotros vuestras ofensas”. Si
queremos que Dios nos perdone nuestros pecados (y justamente aprendimos que lo
necesitamos), debemos perdonar a otras personas que nos han perjudicado.
C. Orar con una
actitud humilde:
Necesitamos
humillarnos antes de orar. Lea Lucas 18:10-14: “Dos hombres subieron al templo
a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba
consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros
hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos
veces a la semana, doy diezmo de todo lo que gano. Mas el publicano, estando
lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho,
diciendo: Dios, se propicio a mi, pecador. Os digo que este descendió a su casa
justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será
humillado; y el que se humilla será enaltecido.”
D. Orar con una
actitud agradecida:
Haga a uno de
los niños leer Filipenses 4:6: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas
vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de
gracias.”
Pregunta 4: ¿Dónde oramos?
(Haga un tiempo
para que los niños contesten.)
Que uno de los
niños lea Mateo 6:5-6: “Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque
ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles,
para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
Mas tu, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre
que esta en secreto; y tu padre que ve en lo secreto te recompensara en
publico.” Esto nos muestra que debemos
orar en privado.
¿Qué acerca de
orar juntos con nuestra familia, o en la Iglesia? ¿Nos da la Biblia un ejemplo?
Lea Hechos 12:11-12: “Entonces Pedro, volviendo en si, dijo: Ahora entiendo
verdaderamente que el señor ha enviado su ángel, y me ha librado de la mano de
Herodes, y de todo lo que el pueblo de los judíos esperaba. Y habiendo
considerado esto, llego a casa de María la madre de Juan, el que tenia por
sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando.”
Aquí, un grupo de personas oraban juntos, pero como el ejemplo dado por Cristo,
oraban juntos en la privacidad de una casa.
Pregunta 5: ¿Cuándo oramos?
(Haga un tiempo
para que los niños contesten.)
A. Orar
constantemente:
Que un niño lea
1 Tesalonicenses 5:17-18: “…Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es
la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.” Algunas traducciones
dicen orad sin cesar. Esto no significa que debamos orar todo el tiempo, sino
más bien que debemos estar en una actitud correcta, listos para orar en todo
momento.
B. El Ejemplo
de Daniel:
Otro ejemplo en
la Biblia proviene de Daniel. Que un niño lea Daniel 6:10: “Cuando Daniel supo
que el edicto había sido firmado, entro en su casa, y abiertas las ventanas de
su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba
y daba gracias delante de su Dios, como solía hacer antes.”
El ejemplo de
Daniel es bueno para nosotros. Si oramos cuando nos levantamos en la mañana, en
algún momento durante el día, y en la noche antes de ir a la cama tenemos la
oportunidad de incluir a Dios en todas las partes de nuestro día. En la mañana,
orando mostramos a Dios que reconocemos nuestra necesidad de él todos los días
y podemos pedirle que nos guíe durante todo el día. Orando en algún momento
durante el medio día, recordamos que Dios es más importante que nuestra rutina
cotidiana física. Haciendo tiempo para Dios recordamos por nosotros mismos que
Dios es nuestra prioridad número uno. Finalmente, tomando tiempo para orar
antes de quedarnos dormidos, podemos darle las gracias a Dios por cada uno y
todos los días.
Pregunta 6: ¿Acerca de que oramos?
(Haga un tiempo
para que los niños contesten.)
Aunque no hay
respuesta correcta o incorrecta a esta pregunta, la Biblia nos da algunas
pautas de cosas a incluir en nuestras oraciones, y cosas acerca de las que
debemos estar pensando cuándo oramos.
A. La oración
Modelo:
Que un niño lea
Mateo 6:9-13: “Vosotros, pues, orareis así: Padre nuestro que estas en los
cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en
el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y
perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros
deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el
reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amen.”
Para algunos
niños que han asistido a otras iglesias, esta oración puede ser familiar. Lo
pudieron haber aprendido de memoria, y haber repetido a menudo en grandes
grupos. Sin embargo, debemos ver lo que decía Jesucristo. Él dijo “Vosotros, pues, orareis ASI”. Él no dijo cantar las palabras de esta oración
repetidamente en repetición sin sentido. Éste es un modelo y la estructura de
esta oración debería ser el patrón de nuestra oración.
Esta oración
incluye algunos de los siguientes elementos:
·
Empezar por adorar a Dios, glorificarle y centrarse en Su bondad.
·
Nuestras
oraciones deben estar en armonía con la voluntad de Dios. Necesitamos incluir a
Dios en nuestros planes desde el principio y no iniciar orando acerca de algo
como último recurso. Esto nos ayuda a recordar que queremos entender la voluntad
de Dios, y no la nuestra.
·
Ore por nuestras necesidades, tanto físicas y espirituales. Veamos qué
Lucas nos enseña. Que alguien lea Lucas 11:13: “Pues si vosotros, siendo malos,
sabéis dar buenas dadivas a vuestros hijos, ¿cuanto mas vuestro Padre celestial
dará el espíritu santo a los que se lo pidan?” Debemos pedirle a Dios que Su
Espíritu Santo obre con nosotros. Sabemos que es sólo a través del
arrepentimiento, el bautismo, y la imposición de manos que nosotros en realidad
recibimos el Espíritu Santo de Dios. Sin embargo, empieza a obrar con nosotros
mucho antes del bautismo, llevándonos hacia Dios y Su forma de vida.
·
Ore
por el perdón de nuestros defectos. Pidiendo perdón a
Dios reconocemos nuestro pecado contra Dios. Pero este perdón viene sólo con un
precio. Debemos perdonar a los demás, a fin de que podamos ser perdonados. Que
un niño lea Mateo 6:14-15: “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os
perdonara también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los
hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonara vuestras ofensas.”
·
Ore
por la
protección de Dios. Recuerde que Dios es nuestro protector esencial.
B. Otros
ejemplos de cosas por las que orar:
·
Orar
por las
necesidades de otros. Haga a un niño leer Efesios 6:18-19: “Orando en todo
tiempo con toda oración y suplica en el Espíritu, y velando en ello con toda
perseverancia y suplica por todos los santos; y por mi, a fin de que al abrir
mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del
evangelio.” Aquí Pablo nos da instrucción para orar por todos los santos, los
cuáles están definidos en Apocalipsis 14:12 como: “los que guardan los
mandamientos de Dios y la fe de Jesús.”
·
Ore
por
nuestros líderes. Que un niño lea 1 Timoteo 2:1-2: “Exhorto ante todo, a que se
hagan rogativas, oraciones, peticiones, y acciones de gracias, por todos los
hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos
quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.”
·
Ore
por
nuestros enemigos. Que un niño lea Lucas 6:28: “bendecid a los que os maldicen,
y orad por los que os calumnian. (HNV)
”
C. Cuando todo
lo demás fracase:
Cuando no
estamos seguros sobre qué orar, recibimos asistencia a través del Espíritu
Santo. Lea Romanos 8:26-27: “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra
debilidad; pues que hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el
Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que
escudriña los corazones sabe cual es la
intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los
santos.” El espíritu de Dios nos dirigirá a orar por cosas según la voluntad de
Dios.
Si recordamos
las respuestas a estas seis preguntas, que incluyen Porqué, A Quién, Cómo,
Donde, Cuando, y Qué, podemos emprender nuestro viaje a una vida exitosa, llena
de oración. Siempre recuerde que el propósito y objetivo principal de la
oración deben ser glorificar a Dios y establecer una relación con él. La
oración es más que solo palabras repetitivas. Es establecedor un contacto vital
entre Dios y uno mismo a través de Jesucristo.
q