Iglesias
Cristianas de Dios
[CB82]
Periodo de 21 Días de Santificación
(Edición 1.0
20090216-20090216)
Jesucristo limpio el Templo antes de la Pascua
como una advertencia y una señal para nosotros que debemos también limpiar el
Templo para ser dignos de tomar el pan y el vino de la Cena del Señor.
Christian Churches of God
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(Derechos Reservados ©
2009 Iglesias Cristianas de Dios, ed. Wade Cox)
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Periodo
de 21 Días de Santificación
El
Calendario de Dios describe los días anuales de adoración dados a nosotros
detalladamente en Levítico 23 y Deuteronomio 16. El primer día del Año Nuevo
establece el calendario completo por un período de un año. Este primer día es
importante porque se trata de una Luna Nueva, pero también porque es el
comienzo del período de santificación anual. Este período de santificación
anual tiene una duración de veintiún días y termina el último día de la Fiesta
de los Panes sin Levadura.
Los
veintiún días durante el primer mes son el espejo del período de veintiún días
del séptimo mes, que comienza con la Luna Nueva de Trompetas y termina con el
último día de la Fiesta de los Tabernáculos. Desarrollamos más este concepto en
el papel Expiación y Reconciliación (No.
CB140).
Cada año,
durante la Cena del Señor, los adultos bautizados renueven su compromiso
bautismal. Renueven su compromiso de poner a Dios primero y de seguir su forma
de vida descrita en la ley. Es un período de tiempo en cual reflexionamos sobre
nuestro comportamiento pasado y presente y tratamos de sacar el pecado de
nuestros pensamientos y de nuestras acciones. Sin embargo, Dios no espera que
este proceso tome solo un día. Tampoco espera que este proceso sólo se centre
en el individuo. Este proceso de santificación comienza el primer día del año
nuevo y termina el último día de los Panes sin Levadura. Es un total de veintiún
días, o tres períodos de siete días e implica mucho más que sólo la
santificación individual.
¿Qué
significa santificar o santificación? Santificar es qadash (SHD 6942) y hagiazo
(SGD 37). Las definiciones incluyen consagrar, santificar, preparar, dedicar,
ser santificado, ser santo, santificado, separado. En otras palabras, significa
ser apartado o separado de cosas malas, o ser
santo. También significa ser dedicado,
puro o limpio en un sentido espiritual.
La
santificación es el resultado de la presencia de Dios en algo o alguien. Dios
santificó el Tabernáculo con su presencia (Éx. 29:43), nuestros hijos son
santificados por Dios a causa del padre creyente (1 Cor. 7:14). Nuestra parte
en el proceso de santificación es prepararnos para la presencia de Dios por la
remisión del pecado. Una parte de Dios debe morar en nosotros a través del
Espíritu Santo haciéndonos el templo de Dios.
1Corintios
3:16 ¿No sabéis que sois
templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? (RSV)
El no nos
puede colocar en el templo hasta que estemos correctamente preparados y, si en
algún momento somos encontrados no aptos para el templo, seremos removidos y
remodelados lejos del templo y luego traídos de vuelta a nuestro lugar correcto
(1 Reyes. 6:7).
Dios
bendijo el séptimo día de la semana, y lo santificó.
Génesis 2:3 Y
bendijo Dios al día séptimo, y lo santifico [qadash], porque en el reposo de
toda la obra que había hecho en la creación. (RSV)
Dios
santifico a la nación de Israel.
Éxodo 31:12-13
Habló además Jehová a Moisés, diciendo: Tú hablarás a los hijos de Israel,
diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo; porque es señal
entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy
Jehová que os santifico [qadash]. (RSV)
La noche
antes de que Jesús fuese crucificado, oro a Dios el Padre. En su oración, él
pidió que Dios santificara en la verdad, a aquellas personas que conocían a
Dios y creían en Jesucristo.
Juan 17:14-19 Yo les he dado tu palabra; y el mundo los
aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que
los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como
tampoco yo soy del mundo. Santifícalos [hagiazo] en tu verdad; tu palabra es verdad. Como tú me enviaste
al mundo, así yo los he enviado al mundo. Y por ellos yo
me santifico [hagiazo] a mí mismo, para
que también ellos sean
santificados [hagiazo] en la verdad. (RSV)
Somos
santificados por Dios a través de nuestra fe en Jesucristo.
Hechos
26:15-18 Yo entonces dije:
¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti,
para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas
en que me apareceré a ti, librándote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes
ahora te envío, para que abras sus ojos, para que se conviertan de las
tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por
la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados [hagiazo].
(RSV)
La
presencia de Dios, por medio del Espíritu Santo, es lo que santifica el templo
y lo hace santo. Esto se aplica tanto a los templos físicos y templos
espirituales, lo cual somos.
El proceso
de santificación inicia con la primera Luna Nueva del año. El comienzo del año
nuevo era significativo en muchos aspectos. La tierra fue restaurada bajo Noé
en el Primer Día del Primer Mes.
Génesis 8:13 Y sucedió que en el año seiscientos uno de
Noé, en el mes primero, el día primero del mes, las aguas se secaron sobre la
tierra; y quitó Noé la cubierta del arca, y miró, y he aquí que la faz de la
tierra estaba seca. (RSV)
Moisés fue
instruido para que estableciera el Tabernáculo en el primer día del primer mes.
Éxodo 40:1-2 Luego Jehová habló a Moisés, diciendo: En
el primer día del mes primero harás levantar el tabernáculo, el tabernáculo de
reunión; (RSV)
La
restauración bajo Ezequías comenzó el primer día del Año Nuevo.
2 Crónicas
29:12-17 Entonces se
levantaron los levitas, Mahat hijo de Amasai, y Joel hijo de Azarías, de los hijos de Coat; y de los hijos de Merari, Cis hijo de Abdi, y Azarías hijo
de Jehalelel; de los hijos de Gersón,
Joa hijo de Zima, y Edén
hijo de Joa; de los hijos de Elizafán,
Simri y Jeiel; y de los
hijos de Asaf, Zacarías y Matanías;
de los hijos de Hemán, Jehiel
y Simei; y de los hijos de Jedutún,
Semaías y Uziel. Estos
reunieron a sus hermanos, y se santificaron, y entraron, conforme al
mandamiento del rey y las palabras de Jehová, para limpiar la casa de Jehová. Y
entrando los sacerdotes dentro de la casa de Jehová para limpiarla, sacaron
toda la inmundicia que hallaron en el templo de Jehová, al atrio de la casa de
Jehová; y de allí los levitas la llevaron fuera al torrente de Cedrón.
Comenzaron a santificarse el día primero del mes primero, y a los ocho del
mismo mes vinieron al pórtico de Jehová: y santificaron la casa de Jehová en
ocho días, y en el dieciséis del mes primero terminaron. (RSV)
También
recibimos el ejemplo de Jesucristo
limpiando el Templo en Jerusalén antes de su crucifixión. Sabemos a
partir de la fecha de su llegada a Jerusalén el día 8 del mes primero que Jesús
estuvo limpiando el templo durante los veintiún días de santificación. (Vea el
papel El Momento de la
Crucifixión y la Resurrección (No. 159).)
Sabemos que
hoy en día Dios considera a cada uno de los elegidos como parte del templo
espiritual (1 Cor. 3:16-17; 6:19). Incluso si todavía no hemos sido bautizados,
tenemos que tomar parte en el proceso de santificación de modo que estemos
aprendiendo a obedecer los caminos de Dios y recibiendo entendimiento.
El Cuerpo
de Jesucristo, como el combinado Templo de Dios, debe ser santificado antes de
tomar la Pascua. Como se señaló anteriormente, la presencia de Dios santifica
el templo y lo hace santo. Sin embargo, hay muchos ejemplos bíblicos donde Dios
también les pide a los seres humanos que santificar cosas.
Dios, a
través del Ángel de la Presencia, le pidió a Moisés que santificara a Israel.
Éxodo 19:10-11
Y Jehová dijo a Moisés: Ve al
pueblo, y santifícalos hoy y mañana; y laven sus vestidos, y estén preparados
para el día tercero, porque al tercer día Jehová descenderá a ojos de todo el
pueblo sobre el monte de Sinaí. (RSV)
También le
dijo a Moisés que ungiera a Aarón y lo santificara.
Éxodo 40:12-13
Y llevarás a Aarón y a sus
hijos a la puerta del tabernáculo de reunión, y los lavarás con agua. Y harás
vestir a Aarón las vestiduras sagradas, y lo ungirás, y lo consagrarás, para
que sea mi sacerdote.
(RSV)
Ezequías
intervino para santificar a Israel.
2 Crónicas
30:17-20 Porque había muchos
en la congregación que no estaban santificados, y por eso los levitas
sacrificaban la pascua por todos los que no se habían purificado, para
santificarlos a Jehová. Porque una gran multitud del pueblo de Efraín y
Manasés, y de Isacar y Zabulón, no se habían purificado, y comieron la pascua
no conforme a lo que está escrito. Mas Ezequías oró por ellos, diciendo:
Jehová, que es bueno, sea propicio a todo aquel que ha preparado su corazón
para buscar a Dios, a Jehová el Dios de sus padres, aunque no esté purificado
según los ritos de purificación del santuario. Y oyó Jehová a Ezequías, y sanó
al pueblo. (RSV)
Nosotros
nos santificamos cuando seguimos las leyes de Dios y las obedecemos.
Levítico
11:44-45 Porque yo soy Jehová
vuestro Dios; vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo
soy santo; así que no contaminéis vuestras personas con ningún animal que se
arrastre sobre la tierra. Porque yo soy Jehová, que os hago subir de la tierra
de Egipto para ser vuestro Dios: seréis, pues, santos, porque yo soy
santo. (RSV)
Las tribus
y las naciones son santificadas por nuestras acciones tal como fueron
santificadas por Cristo y sus acciones (Heb. 10:10).
Job también
actuó para santificar a su familia cuando hacia ofrendas de intercesión por los
simples y erróneos.
Job 1:4-5 E iban sus hijos y hacían banquetes en sus
casas, cada uno en su día; y enviaban a llamar a sus tres hermanas para que
comiesen y bebiesen con ellos. Y acontecía que habiendo pasado en turno los
días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y
ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá
habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos
los días. (RSV)
Cuando
santificamos a otros o a nosotros mismos, nos estamos preparando para la
presencia de Dios.
Tres
Periodos de Siete Días:
El periodo
de santificación anual de 21 días se puede dividir en tres períodos de siete
días.
La fase
primaria inicia con la primera luna nueva y termina el 7º día del primer mes,
que es un día de ayuno. Este primer período es cuando empezamos a limpiar el
templo (nosotros mismos), pero también estamos considerando todas las naciones
del mundo y su necesidad de ser santificadas. Anteriormente, el proceso de
santificación de la nación correspondía a los hijos de Leví (los sacerdotes), y
luego en el sentido físico con los hijos de Sadoc. Esta función corresponde
ahora a la Iglesia como el sacerdocio de Melquisedec. En Joel, la Biblia nos
muestra que el ayuno es una manera de santificar y reconciliar a Israel con
Dios.
Joel 1:14 Proclamad ayuno, convocad a asamblea;
congregad a los ancianos y a todos los moradores de la tierra en la casa de
Jehová vuestro Dios, y clamad a Jehová. (RSV)
En este séptimo
día del Primer Mes vamos delante de nuestro Padre para apelar por los simples o
ignorantes entre nuestro pueblo quienes no han conocido los caminos de Dios y
no pueden santificarse ellos mismos (Eze. 45:18-20; Heb. 5:1-2).
Ezequiel
45:17-20 Mas al príncipe
corresponderá el dar el holocausto y el sacrificio y la libación en las fiestas
solemnes, en las lunas nuevas, en los días de reposo y en todas las fiestas de
la casa de Israel; él dispondrá la expiación, la ofrenda, el holocausto y las
ofrendas de paz, para hacer expiación por la casa de Israel. Así ha dicho
Jehová el Señor: El mes primero, el día primero del mes, tomarás de la vacada
un becerro sin defecto, y purificarás el santuario. Y el sacerdote tomará de la
sangre de la expiación, y pondrá sobre los postes de la casa, y sobre los
cuatro ángulos del descanso del altar, y sobre los postes de las puertas del
atrio interior. Así harás el séptimo día del mes para los que pecaron por error
y por engaño, y harás expiación por la casa. (RSV)
Hebreos 5:1-2 Porque todo sumo sacerdote tomado de entre
los hombres es constituido a favor de los hombres en lo que a Dios se refiere,
para que presente ofrendas y sacrificios por los pecados; para que se muestre
paciente con los ignorantes y extraviados, puesto que él también está rodeado
de debilidad;
(RSV)
La
santificación en la Iglesia es el proceso de convertirse consagrados a Dios
mediante la oración y el ayuno en el estudio de su Palabra. Las Escrituras nos
dicen que, desatemos las ligaduras de impiedad, soltemos las cargas, y dejemos
ir libres a los quebrantados, y arranquemos todo yugo, para que nuestro pueblo pueda
ser reconciliado con Dios, nuestro Padre (ref. Isa. 58:6-12).
Podemos
ayunar y orar en nombre de los no bautizados y los que no conocen a Dios y su
forma de vida. Estamos ayunando por aquellos que no pueden santificarse por
ellos mismos. (Para más información, vea el papel Santificación de los Simples y Erróneos
(No. 291).) Estamos,
figurativamente, dando nuestras vidas por nuestros hermanos y hermanas en el
ayuno y la oración para traer a todas las personas al conocimiento de Dios para
que pueda ser todo en todos.
Cuando
Moisés estaba por Israel y levantó sus brazos, también necesito ayuda. Aarón y
Hur estaban allí, y extendieron los brazos sobre su cabeza y ayudaron a salvar
a Israel por sus súplicas (Éx. 17:8-13). (Vea el papel Moisés y los Israelitas se Mueven
hacia en Sinaí (No. CB40) para la historia detallada.) Así también, somos dados a Cristo para
ayudarle a salvar a Israel y traerlo a la justicia. Dios usa a los humanos para
cumplir su obra como una lección para el crecimiento y el desarrollo.
Algunas de las muchas cosas por las que debemos orar durante este ayuno
son las siguientes: muchos reciben el don del llamado de Dios y el poder del
Espíritu Santo es derramado sobre ellos, tenemos la oportunidad de educar
adecuadamente a las personas en el
camino de Dios y restaurar a las personas a la verdadera fe, somos capaces de
reparar la brecha de entendimiento y restaurar el camino de la justicia, el
trabajo de restauración es frustrado por las falsas profecías y falsas
doctrinas de la competencia, los miembros y líderes de todas las Iglesias de
Dios reciben valor, habrá paz y libertad entre todos los hombres, y todo eso
será guardado del Maligno (cf. Lucas
11:1-4). (Tomado de Calendario de la Pascua 2000
(A_P2009).)
Se nos recuerda que: "la oración eficaz del justo puede mucho" (Stg. 5:16; 2Cro. 30:18-20).
Segundo Periodo de Siete
Días (día 8 - día 14)
Desde el octavo día hasta el día catorce del mes primero debemos seguir
enfocados en el compromiso personal con Dios. Se trata de un período de
reflexión y un momento para recordar cuáles son nuestras prioridades y culmina
con la Cena del Señor el día 14. Debemos poner a Dios primero, la familia en
segundo lugar, y el trabajo/escuela/juegos en el tercero. Podemos revisar en
nuestras mentes lo que hicimos el año pasado, y lo que podemos hacer de manera
diferente para el siguiente año. Por ejemplo, podemos pensar en nuestra oración
y hábitos de estudio y formas en que podemos mejorar durante el próximo año.
Este segundo período de siete días incluye el decimo día del mes. Este
es el día en que Dios le pidió a Israel que escogieran sus corderos para la Pascua y lo apartaran.
Tenía que ser un cordero macho sin defecto, de un año (Éx. 12:3-5). Este
cordero de Pascua era una representación física de Jesucristo, que apartado
como nuestro Cordero de Pascua. El cordero que fue sacrificado la noche de la
Pascua era un ejemplo de cómo Jesucristo vendría y sería nuestro cordero
sacrificado.
1Pedro 1:18-21
sabiendo que fuisteis
rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros
padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre
preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya
destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los
postreros tiempos por amor de vosotros, y mediante el cual creéis en Dios, quien
le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza
sean en Dios. (RSV)
El décimo
día del primer mes es un buen momento para que nos enfoquemos en nuestra
relación con Jesucristo. Él es nuestro Sumo Sacerdote (Heb. 4:14), nuestro
hermano (Rom. 8:16-17) y nuestro próximo rey (Jer. 23:5).
Tenemos que
recordar que somos santificados por la sangre de Jesucristo. Es el sacrificio
que nos ha dado la oportunidad de la vida eterna.
El último
día del segundo período de siete días es el día catorce del primer mes. Al
principio del día catorce de este mes es la Cena del Señor. Este es un servicio
donde los adultos bautizados se enfocan en su llamado, su bautismo, y su
compromiso con el Único Dios Verdadero. Es el momento en que los miembros
adultos bautizados de la Iglesia toman parte del servicio anual del lavado de
pies (Jn. 13:1-5) y participamos del pan y el vino (que simbolizan o
representan el cuerpo y la sangre de Cristo). El servicio es sólo para los
miembros bautizados, porque es un tiempo para renovar el convenio bautismal. (Vea
el papel La Cena del Señor
(No. CB135)). Es importante que los miembros bautizados participen en
el proceso de santificación anual, ya que se preparan para el servicio de la
Cena del Señor.
Periodo Final de Siete Días (día 15 – día 21)
El proceso
de santificación no termina con los servicios de la Cena del Señor. Los veintiún
días de santificación continúan a través de la Fiesta de Panes sin Levadura y
terminan el último día de la fiesta. Esta fiesta retrata la salvación de la
nación de Israel y de todo el planeta. Dios nos mostró eso sacando a Israel de
Egipto, así también nos va a sacar del pecado. En el futuro, Dios sacara a
todos en el planeta fuera del pecado.
El primer
día de la Fiesta de Panes sin Levadura (15) es un día santo, y el último día de
los Panes sin Levadura (21) también es un día santo. Este es el tercer período
de siete días en el período de santificación. Es un tiempo para que la Iglesia
este reunida y trabajemos juntos en nuestro compromiso continuo con Dios y con
los demás. Viajamos lejos de nuestros hogares para recordarnos que debemos
salir del Egipto espiritual (pecado) y comprometernos a la forma de vida de
Dios. La razón de que el período de santificación continúe a través de la
Fiesta de Panes sin Levadura es que es una oportunidad para la Iglesia, para
prepararse para la renovación del poder del Espíritu Santo en Pentecostés.
Los
veintiún días de Santificación comienzan con la luna nueva y terminan con un
día santo, y su importancia se refleja en las actividades del séptimo mes.
Incluye tres períodos de siete días que ayudan a la santificación de las
naciones (ayuno por los simples y erróneos el día 7) a la santificación de las
personas (participar de la Cena del Señor el día 14) y finalmente un período de
siete días para la santificación grupal llamado Fiesta de Panes sin Levadura. Este período anual de la
santificación es nuestra obligación para mostrar el amor al prójimo, el amor a
nuestra relación con Dios/nosotros mismos, y el amor por el Cuerpo de
Jesucristo.
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