Iglesias Cristianas de Dios

 

[097]

 

 

 

 

 

 

Los Días Santos de Dios [097]

 

(Edición 2.0 19950325-20000226)

 

 

Este artículo se ocupa del significado y del propósito de los Días Santos de Dios. Las Fiestas son explicadas como parte del plan de salvación. También se muestra que las Fiestas son ley. La primitiva discusión teológica sobre la abolición de las Fiestas, tales como eran observadas por la Iglesia primitiva, es demostrada como teológicamente incorrecta. También se discute la relación de las Fiestas con la Iglesia y con el Templo y el sacrificio. Se demuestra que las Fiestas son centrales a la fe y forman parte del sello de Dios.

 

 

 

Christian Churches of God

PO Box 369, WODEN ACT 2606, AUSTRALIA

 

Correo electrónico: secretary@ccg.org

 

 

 

(Derechos de propiedad literaria ã 1995, 2000 Wade Cox)

Tr. 2004

 

 

Este documento puede copiarse libremente y distribuirse con tal de que se copie en su totalidad sin alteraciones o tachaduras. Debe incluirse el nombre del editor y dirección y el aviso de derechos de propiedad literaria. Ningún cargo puede realizarse a los destinatarios de copias distribuidas. Las citas breves pueden ser incluidas en artículos críticos y revisiones sin interferir en los derechos de propiedad literaria.

 

Este documento se puede obtener desde los sitios internet:
http://www.logon.org/spanish/
y http://www.ccg.org/


 

 

Los Días Santos de Dios [097]

 


Introducción a las Fiestas y al Plan de Salvación

 

El plan y el propósito de Dios son revelados por la estructura y la secuencia de las fiestas, expuestas como ordenanzas en la Biblia. La Cristiandad moderna no adhiere a estas fiestas y consecuentemente en lo concerniente al plan bíblico está sin dirección y comprensión. Las iglesias modernas hacen caso omiso de las instrucciones que la Biblia, la base de la religión Judeo-Cristiana, muestra fueron establecidas en la creación narrativa en Génesis y fueron provistas a Moisés y Sus sirvientes, los profetas, por Dios. Estas leyes detallan la conducta de la fe y expresamente denotan Sus festivales. Asumiendo que un cuerpo religioso sostiene derivar autoridad de los textos bíblicos o de Cristo, hay involucrados en el tratamiento o cambio de estas instrucciones, un serio dilema filosófico en las nociones de la ley, la causalidad y la consistencia.

 

Hemos examinado la noción de la abolición de la ley (vea los artículos La Distinción en la Ley [096] y El Gobierno de Dios [174]) y se ve que está relacionada con una sección específica de la ley. También vemos por un examen de los Rollos del Mar Muerto, que el cuerpo de leyes referido por Pablo parece ser una sección específica de la Ley Tradicional u Oral, la cual trataba sobre reglas concernientes al manipuleo de los alimentos, lavamientos rituales y preparaciones. Esto fue designado como Las Obras de la Ley o MMT (vea el artículo Las Obras de la Ley o MMT [104]). Las reglas farisaicas y de otras sectas del Judaísmo del primer siglo eran tan variadas como tediosas. A menudo la resistencia al sistema Judaico no era religiosa sino simplemente antisemitismo.

 

Los judíos habían pervertido las fiestas y los Sábados y fueron condenados por Cristo.

 

Marcos 7:6-9 6 Respondiendo él, les dijo: ¡Hipócritas! Bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito:  "Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí, 7 pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres",  8 porque, dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber. Y hacéis otras muchas cosas semejantes. 9 Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición, (RV)

 

Este texto fue citado por Isaías en 29:13.

 

Isaías 29:13-16 13 Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado; 14 por eso, he aquí que nuevamente excitaré yo la admiración de este pueblo con un prodigio grande y espantoso, porque perecerá la sabiduría de sus sabios y se desvanecerá la inteligencia de sus entendidos. 15 ¡Ay de los que se esconden de Jehová encubriendo sus planes, y sus obras las hacen en tinieblas, y dicen: ¿Quién nos ve, y quién nos conoce? 16 Vuestra perversidad ciertamente  será reputada como barro de alfarero. ¿Acaso la obra dirá de su hacedor: No me hizo?  ¿Dirá la vasija de aquel que la ha formado: No entiende? (RV)

 

El temor a Dios fue convertido en tradiciones que eran contrarias a la ley, tal como esta fuera revelada por El Dios a los profetas. Como se muestra en el artículo La Biblia [164], las Escrituras a las que se refirieron Cristo y los apóstoles fueron el Antiguo Testamento (Mateo 21:42; 22:29; 26:54,56; Marcos 12:24; 14:49; Lucas 24:27,32,45; Juan 5:39; Hechos 17:2,11; 18:24,28; Romanos 1:2; etc.). Toda Escritura fue dada por inspiración de Dios y es útil para la doctrina, amonestación, corrección e instrucción en la rectitud, para que el hombre de Dios sea perfecto, y preparado para toda buena obra (2Timoteo 3:16). La Escritura se ha de cumplir y no puede ser quebrantada (Marcos 14:19; Juan 10:35).

 

Los Fariseos habían corrompido las Escrituras, enseñando preceptos de hombres. Esto incluía los Sábados de Dios. Cristo los condenó, como vemos arriba. Eso no eliminaba los Días Santos. Significaba que Cristo no aprobaba el modo en que las observaba el Judaísmo farisaico. Cristo mismo observó estos Días Santos como deberían haber sido observados. Él ordenó a los elegidos que no siguieran a los Escribas y Fariseos.

 

Mateo 5:17-20 17 No penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no he venido a abolir, sino a cumplir, 18 porque de cierto os digo que antes que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la Ley, hasta que todo se haya cumplido. 19 De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; pero cualquiera que los cumpla y los enseñe, este será llamado grande en el reino de los cielos. 20 Por tanto, os digo que si vuestra justicia no fuera mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. (RV)

 

Cristo habló sobre los Fariseos y les condenó (Mateo 23:1-39). Él observó las fiestas, como todos hacían. Se sentaban en el asiento de Moisés. Debían ser obedecidos hasta que su autoridad fuese removida con la fundación de la Iglesia. Cristo, aquí en Mateo 23, se dirigió a Judá y no a la Iglesia. La autoridad de los Fariseos fue removida, pero esto no removió las leyes de Dios.

 

Las leyes que rigen las fiestas ocurren en cuatro secuencias en el Pentateuco desde Éxodo hasta Deuteronomio. La primera secuencia se encuentra en Éxodo y ocupa varios capítulos. Éxodo 20 se ocupa de los diez mandamientos, los cuales se repiten en Deuteronomio 5. Éxodo 21 trata sobre el tema del matrimonio y los grupos familiares y la responsabilidad familiar, la cual amplifica la estructura de los mandamientos dentro de todos los tipos de sociedades. Éxodo 22 se ocupa de la amplitud de los derechos de propiedad y obligación bajo los mandamientos. Éxodo 23 trata sobre el testimonio falso y acepción de personas y la extensión del décimo mandamiento. Éxodo 23:10 en ade., luego toma el cuarto mandamiento y lo amplía para mostrar su aplicación en la estructura de la sociedad. No sólo se relaciona con la semana, sino que también involucra al Jubileo y el sistema Sabático. Éxodo 12 se había ocupado de la Pascua (vea La Ley de Dios [L1] y los artículos relacionados en la serie sobre la ley (los números 252-263)).

 

Éxodo 23:10-33 10 Seis años sembrarás tu tierra y recogerás su cosecha, 11 pero el séptimo año la dejarás libre, para que coman los pobres de tu pueblo, y de lo que quede comerán las bestias del campo. Así harás con tu viña y con tu olivar. 12 Seis días trabajarás, pero el séptimo día reposarás, para que descansen tu buey y tu asno, y tomen refrigerio el hijo de tu sierva y el extranjero...

 

Vemos que el texto arriba es válido tanto para seis años como para seis días porque son tiempos. La palabra para los seis días y el período sabático guarda relación con un sabatisma, una semana o un período de siete años. El período de siete años luego precede a la semana en Éxodo 23, a fin de que el sistema de jubileo se desglose en el día Sábado.

 

13 Guardad todo lo que os he dicho. No invocaréis el nombre de otros dioses ni los mencionará vuestra boca. 14 Tres veces al año me celebraréis fiesta. 15 La fiesta de los Panes sin levadura guardarás. Siete días comerás los panes sin levadura, como yo te mandé, en el tiempo del mes de Abib, porque en él saliste de Egipto; y ninguno se presentará ante mí con las manos vacías. 16 También la fiesta de la Siega, los primeros frutos de tus labores, de lo que hayas sembrado en el campo, y la fiesta de la Cosecha a la salida del año, cuando hayas recogido del campo los frutos de tus labores. 17 Tres veces al año se presentará todo hombre delante de Jehová, el Señor...

 

No es una cuestión de si queremos ir. Cada varón (o sea en términos de un soldado, ya que la congregación de Israel era en realidad un ejército) cada persona de veinte años arriba era elegible para el servicio militar y la estructura era literalmente como un ejército de Dios en contra del resto del mundo. Toda persona debía presentarse a las fiestas tres veces al año porque eso guarda relación con el plan de salvación y las actividades y la interacción de Dios con el mundo. Por eso la iglesia se hace cargo, como el ejército de Dios, de todas las obligaciones impuestas a la congregación de Israel. Éstas son obligatorias.

 

18 No ofrecerás con pan leudado la sangre de mi sacrificio, ni la grasa de la víctima quedará de la noche hasta la mañana...

 

Tenemos que dar nuestras ofrendas al comienzo de la fiesta y no podemos permitir que los sacrificios permanezcan hasta la mañana. La grosura de la fiesta debía ser distribuida a fin de que los pobres pudiesen comer en la fiesta. Eso ocurre en las tres temporadas de fiesta. Esa es la razón por la cual nuestro servicio de recolecta es en la primera noche de la fiesta. Vea el artículo La Recolecta [139].

 

19 Las primicias de los primeros frutos de tu tierra traerás a la casa de Jehová, tu Dios. No guisarás el cabrito en la leche de su madre.  20 Yo envío mi ángel delante de ti, para que te guarde en el camino y te introduzca en el lugar que yo he preparado. 21 Compórtate delante de él y oye su voz; no le seas rebelde, porque él no perdonará vuestra rebelión, pues mi nombre está en él...

 

Por lo tanto, el nombre del Dios vivo estaba en este ángel. Este ángel que condujo a Israel a través del desierto era Jesucristo.

 

22 Pero si en verdad oyes su voz y haces todo lo que yo te diga, seré enemigo de tus enemigos y afligiré a los que te aflijan. 23 Mi ángel irá delante de ti y te llevará a la tierra del amorreo, del heteo, del ferezeo, del cananeo, del heveo y del jebuseo, a los cuales yo haré destruir. 24 No te inclinarás ante sus dioses ni los servirás, ni harás como ellos hacen, sino que los destruirás del todo y quebrarás totalmente sus estatuas. 25 Pero serviréis a Jehová, vuestro Dios, y él bendecirá tu pan y tus aguas. Yo apartaré de ti toda enfermedad. 26 En tu tierra no habrá mujer que aborte ni que sea estéril, y alargaré el número de tus días. 27 Yo enviaré mi terror delante de ti; turbaré a todos los pueblos donde entres y haré que todos tus enemigos huyan delante de ti. 28 Enviaré delante de ti la avispa, que eche de tu presencia al heveo, al cananeo y al heteo. 29 No los expulsaré de tu presencia en un año, para que no quede la tierra desierta ni se multipliquen contra ti las fieras del campo. 30 Poco a poco los echaré de tu presencia, hasta que te multipliques y tomes posesión de la tierra. 31 Fijaré tus límites desde el Mar Rojo hasta el mar de los filisteos y desde el desierto hasta el Éufrates, porque pondré en tus manos a los habitantes de la tierra y tú los arrojarás de delante de ti. 32 No harás alianza con ellos ni con sus dioses. 33 En tu tierra no habitarán, no sea que te hagan pecar contra mí sirviendo a sus dioses, porque te será tropiezo. (RV)

 

Dios envió a Su Ángel del Pacto a conducir a Israel a través del desierto a su herencia. La obediencia a las leyes, tal como fueron dadas, era parte del sistema de salvación. La salvación no era por medio de la ley, sino, a través de la gracia, sin embargo la obediencia a Dios y a Su sistema era parte de ese proceso de salvación (vea el artículo La Relación Entre la Salvación por Gracia y la Ley [082]).

 

Así, los mandamientos se extienden al sistema de vida. Los Días Santos o Sábados observados por la nación deben ser los de la ley de Dios. Los Sábados y las tres temporadas de fiesta son enumerados. Seguir otro sistema de Días Santos que no sea el indicado por la Biblia equivale a idolatría. Tan serio es. Si no observamos el Día de Expiación y las Fiestas y vamos a trabajar en esos días estamos siguiendo al dios del mundo. Al no observar estas fiestas somos tan culpables de adorar a un dios extranjero, como lo seríamos si hiciésemos sacrificio a otro dios en estas fiestas. Las ovejas de Cristo obedecen su voz y le siguen.

 

Juan 10:27-30 27 Mis ovejas oyen mi voz y yo las conozco, y me siguen; 28 yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. 29 Mi Padre, que me las dio, mayor que todos es, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. 30 El Padre y yo uno somos. (RV)

 

Por esto, la Iglesia ha observado estos sistemas en su totalidad por dos mil años, siguiendo la voz de Cristo. Han sido perseguidos y matados por esta obediencia (vea los artículos El rol histórico del Cuarto Mandamiento en las Iglesias Sabatistas de Dios [170] y Distribución General de las Iglesias Sabatistas [122]).

 

La Iglesia fue subvertida muy prontamente en su historia. Algunos gnósticos trataron de evitar las directivas del Antiguo Testamento divorciando al Dios del Antiguo Testamento de Cristo, ignorando una parte del Nuevo Testamento. La Cristiandad moderna de hoy en día tergiversa la enseñanza de Pablo como si ésta eliminase los requisitos de la ley. Esto logra un efecto similar, pero introduce incoherencia en la explicación del plan y estructura bíblica y la explicación del problema del mal, el cual los gnósticos buscaron explicar.

 

En realidad el sistema gnóstico triunfó. Este sistema, allí fuera que sostiene ser Cristiano es de hecho el heredero del sistema gnóstico. La mayor parte de las personas que sostienen ser Cristianas no lo son – son gnósticas.

 

Las Fiestas como Ley

 

Las fiestas bíblicas se hallan en Levítico 23. Ésta es una explicación más amplia que la de Éxodo. Así vemos que Éxodo 23 amplifica a Éxodo 20 y Levítico 23 amplifica a Éxodo. Números 15, 28 y 29 amplifican a ambos incluyendo las Lunas Nuevas, y reiteraciones y amplificaciones adicionales ocurren en Deuteronomio 5 y 14.

 

La creación fue establecida de modo tal que las luces en los cielos mostraban la distinción no sólo entre día y noche, sino que también fueron para señales y para las estaciones, los días y los años (Génesis 1:14). Así los Sábados y los sistemas de cosecha quedaron establecidos en el sistema celestial. Las dos lunas llenas otoñales de los hemisferios del norte y del sur deciden los Meses de Siega. Los tiempos y la ley fueron establecidos en la creación. El Calendario Sagrado fue establecido desde el principio (vea el artículo El Calendario de Dios [156]).

 

Las fiestas fueron dadas a Moisés por Yahovah (o Jehová). Estas fiestas debían ser proclamadas como santas convocaciones. Éstas fueron las fiestas del Señor y él las llamó Mis fiestas (Levítico 23:2). Son llamadas las fiestas del Señor en Levítico 23 y 2Crónicas 2:4. El término vuestras fiestas fue también usado en Números 15:3 y 29:39. El término sus fiestas es usado en Isaías 1:14 y 5:12 en un aspecto negativo como veremos más abajo. Las fiestas no fueron por tanto, de procedencia secular o terrenal. Lógicamente no podían ser cambiadas o abandonadas a menos que el Plan de Salvación, el cual representan, pudiera ser cambiado o abandonado.

 

Dada la naturaleza invariable de Dios en la ejecución de Su plan de creación, esta discusión es absurda. Se sugiere que las referencias en Isaías 1, especialmente en Isaías 1:14 donde el Señor manifiesta que él odia las Lunas Nuevas y las fiestas señaladas, en cierta forma elimina las fiestas. El capítulo se refiere a la apostasía hallada en las fiestas y que el Señor no soportaría tal actitud pero él no era capaz (hebreo: Yakol) de eliminar las fiestas mismas (Isaías 1:13).

 

Isaías 1:13-14 13 No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación. Luna nueva, sábado y el convocar asambleas, no lo puedo sufrir (eliminar). ¡Son iniquidad vuestras fiestas solemnes! 14 Mi alma aborrece vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes;  me son gravosas y cansado estoy de soportarlas. (RV)

 

Yahovah (Jehová) o el Ángel de la Presencia no pudo eliminar la iniquidad encontrada en las fiestas. Él no eliminaría las fiestas porque él (Yahovah) como Elohim de Israel (Ezequiel 11 (vea esp. v. 7-21 para la subordinación del uno al otro)) recibe la secuencia del plan según es reflejado por las fiestas. Él fue enviado por Yahovah de los Ejércitos (Zacarías 2:5-13).

 

Zacarías 2:5-13  5 Yo seré para ella, dice Jehová, un muro de fuego a su alrededor, y en medio de ella mostraré mi gloria". 6 ¡Eh, eh!, huí de la tierra del norte, dice Jehová, pues por los cuatro vientos de los cielos esparcí, dice Jehová.  7 ¡Eh, Sión, tú que moras con la hija de Babilonia, escápate! 8 Así ha dicho Yahovah de los ejércitos: Tras su gloria me envió a las naciones que os despojaron, porque él que le toca toca la niña de su ojo. 9 Yo alzo mi mano sobre ellos, y serán saqueados por sus propios siervos. Así sabréis que Yahovah de los ejércitos me envió...

 

Éste es Yahovah hablando con Israel a través de Ezequiel. Él dice que Yahovah (Jehová) de las Huestes (o Ejércitos) me envió.

 

10 Canta y alégrate, hija de Sión,  porque yo vengo a habitar en medio de ti, ha dicho Jehová. 11 Muchas naciones se unirán a Yahovah en aquel día, y me serán por pueblo, y habitaré en medio de ti, y entonces conocerás que Yahovah de los ejércitos me ha enviado a ti.  12 Jehová poseerá a Judá, su heredad en la tierra santa,  y escogerá aún a Jerusalén.  13 ¡Que calle todo el mundo delante de Jehová,  porque él se ha levantado de su santa morada! (RV)

 

Yahovah (o Jehová) de los Ejércitos envió a Yahovah (Jehová) (de Israel), (en algunas versiones traducido como el Señor), a Israel y a fin de que muchas naciones se unan a Israel en los días del fin.

 

Yahovah de los Ejércitos era El Señor, quien era su Señor (Salmo 110:1).

 

Salmo 110:1 Jehová (Yahovah) dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. (RV)

 

Él era su Elohim (Miqueas 5:2-4).

 

Miqueas 5:2-4 2 Pero tú, Belén Efrata, tan pequeña entre las familias de Judá, de ti ha de salir el que será Señor en Israel; sus orígenes se remontan al inicio de los tiempos, a los días de la eternidad.  3 Pero los dejará hasta el tiempo que dé a luz la que ha de dar a luz,  y el resto de sus hermanos volverá junto a los hijos de Israel. 4 Y él se levantará y los apacentará con el poder de Jehová, con la grandeza del nombre de Jehová, su Dios; y morarán seguros, porque ahora será engrandecido hasta los confines de la tierra. (RV)

 

Él era el Elohim que le había ungido como Elohim (Salmo 45:6-7, vuelto a citar en Hebreos 1:8-9 refiriéndose específicamente a Cristo).

 

Hebreos 1:7-9 7 Y ciertamente, hablando de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus,  y a sus ministros llama de fuego. 8 Pero del Hijo dice: Tu trono, Dios, por los siglos de los siglos. Cetro de equidad es el cetro de tu Reino. 9 Has amado la justicia y odiado la maldad, por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de alegría más que a tus compañeros. (RV)

 

Así, los Días Santos son órdenes directas a la humanidad dadas por Jesucristo de parte del Padre Eterno quien es su Dios. Por lo tanto, no puede haber poder para cambiar estas fiestas o la ley. El poder de Cristo guarda relación con el poder para guardar la ley en el Espíritu Santo y, por lo tanto, a través de la gracia. Cristo observó todos los Sábados, Lunas Nuevas y las fiestas. La Iglesia apostólica también observaba los Sábados, Lunas Nuevas y las fiestas (Col. 2:16), tal como lo viene haciendo la Iglesia por dos mil años (vea los artículos antes men.). Las naciones en el Milenio observarán estos Sábados, Lunas Nuevas y estas fiestas también (Isaías 66:23; Zacarías 14:16-19).

 

El Mesías ciertamente fue la primera y esencial parte de la cosecha de Dios, tal como se refleja en la Pascua y la Ofrenda de la Gavilla Mecida, pero él tuvo una preexistencia como el Elohim de Israel subordinado a su Elohim que era Eloah. Era en esta aptitud que él dio la ley a Moisés y con quien él habló cara a cara. Moisés no habló con Dios (El Padre como Eloah (Allah) o Theon) ya que Juan explícitamente dice que nadie ha visto a Dios (ton Theon) jamás (Juan 1:18). Era este Elohim, él que era llamado el Ángel de la Presencia o el Ángel del Gran Consejo o Concilio (Isaías 9:6 LXX).

 

Las fiestas son así dadas por Dios a Cristo y Cristo mantiene e implementa esas estructuras entre los elegidos y finalmente en todas las naciones para la estructura milenaria. Cristo es lo mismo ayer, hoy y mañana (Hebreos 13:8). Dios es inmutable (Malaquías 3:6; Santiago 1:17). Por lo tanto, ninguno de los dos cambia y, por eso, los días que ellos consideran sagrados para la humanidad según son dados en la ley, no cambian.

 

Argumento Teológico Primitivo para la abolición de las Fiestas.

 

La referencia en Isaías 1:14 se usa usualmente para justificar la observancia de las fiestas caldeas de las Pascuas Floridas y los festivales invernales de diciembre en oposición a las ordenanzas bíblicas. Ciertamente la Versión King James en Hechos 12:4 ha sido deliberadamente mal traducida para decir Easter en lugar de la Pascua (nota tra. Easter en inglés se deriva de Istar).

 

Hechos 12:4 Y cuando él le había aprendido, él lo metió en prisión, y lo entregó a cuatro cuaternios de soldados para retenerlo; teniendo la intención de entregarlo al pueblo después de Easter (Pascuas Floridas) (KJV)

 

Hechos 12:4 Tomándolo preso, lo puso en la cárcel, entregándolo a cuatro grupos de cuatro soldados cada uno, para que lo vigilaran; y se proponía sacarlo al pueblo después de la Pascua. (RV)

 

Sugerir que Cristo le permitiría a la Iglesia reemplazar las fiestas del Plan de Salvación con festivales paganos, cuando las fiestas fueron instituidas por él bajo la instrucción de Dios, suena extravagante y descabellado. Tertuliano cae en este error cuando argumenta en contra de Marcion en lo relativo al Sábado. No entendiendo que el Mesías era también el Elohim o el Ángel de Yahovah del Antiguo Testamento, él asume que son entidades separadas y alega que ambos tanto Yahovah del Antiguo Testamento como Cristo en el Nuevo Testamento odiaron el Sábado. Usando la cita de Isaías nombrada arriba por el Antiguo Testamento y  razonando por Cristo que:

 

Aun como si no fuese el Cristo de los judíos, él [o sea, Cristo del N.T.] ostentó un odio en contra del día más solemne de los judíos, él profesamente sólo seguía al Creador, como Su Cristo (Mesías), en este mismo odio del Sábado; Pues él exclama por la boca de Isaías: 'Sus lunas nuevas y sus Sábados mi alma detesta' (From Sabbath To Sunday - A Historical Investigation into the Rise of Sunday Observance in Early Christianity (Del Sábado al Domingo - Una Investigación Histórica en la Subida de la Observancia Dominical en la Cristiandad Primitiva) por Bacchiocchi, The Pontifical Gregorian University Press, Rome, 1977 citando a Against Marcion (Contra Marcion ) 1, 1, ANF, Vol III, p. 271; (Pero la referencia es sólo para el comienzo de la obra)).

 

La opinión de Bacchiocchi era que los argumentos de Tertuliano en los Libros 1, 2, 4 y 5 mostraban lo contrario de lo que Marcion enseñó, que la manera de observancia del Sábado enseñada por el Dios del Antiguo Testamento y la de Cristo eran idénticas. Las enseñanzas de ambos testamentos estaban en armonía. Ambas derivaban del mismo Dios que era el Dios de ambas dispensaciones. Sin embargo, al argumentar en favor de la armonía, él reduce al Sábado a una institución a la cual Dios siempre despreció (Bacchiocchi, Ibíd., p. 187, n. 61).

 

Tertuliano afirma desde Gálatas y otros sitios, y muy erróneamente, que Dios despreciaba los Sábados y fiestas, argumentando:

 

'ustedes observan los días y los meses, y los tiempos, y los años [Gálatas 4:10] - los Sábados, supongo, y 'las preparaciones' [ANF traducción 'Coenas puras': como 'probablemente lo paraskeuai [paraskeuai o la preparación] de Juan xix. 31'; Vea la sección 'Pascua' para una exposición de esta materia] y los ayunos, y los 'días santos' [Juan 19:31 también?]. Pues la cesación de aun estos, nada menos que de la circuncisión, fue designada por los decretos del Creador, quien había dicho por Isaías, 'Sus lunas nuevas, y sus sábados, y sus días de fiesta no puedo soportar; Su ayuno, y fiestas, y ceremonias me son abominación' [Isaías 1:13,14]; También por Amos, 'odio, desprecio sus días festivos, y no oleré en sus asambleas solemnes' [Amos 5:21]; Y otra vez por Oseas, 'haré que se suspenda todo su regocijo, y sus días festivos, y sus sábados, y sus lunas nuevas, y todas sus asambleas solemnes' [Oseas 2:11]; ¿Las instituciones que Él Mismo instituyó, usted pregunta,  Él Mismo destruye luego? Sí, en vez de cualquier otro. O si otro los destruyó, él sólo ayudó en el propósito del Creador, removiendo lo que él había condenado. Pero éste no es el lugar para discutir por qué el creador abolió sus propias leyes. Es suficiente para nosotros probar que él intentó tal abolición, para que pueda quedar afirmado que el apóstol no determinó nada al prejuicio del Creador, ya que la abolición misma proviene del Creador.

 

Tertuliano demuestra que Marcion puede ser reconocido en principio como hereje por su separación del evangelio y la ley (Against Marcion (En Contra de Marcion), Ibíd., C. XXI, p. 286). Curiosamente es este aspecto de la herejía Marcionita que es la más prevaleciente hoy en la justificación Cristiana de la remoción de los requisitos de la ley, tanto del culto que de las fiestas, en particular el asunto del Sábado. La noción es filosóficamente infundada por las razones desarrolladas en otros escritos (vea los artículos La Distinción en la Ley [096] y Las Obras de la Ley o MMT [104]). Al leer a Tertuliano es evidente que no comprende las cuestiones verdaderas detrás de las declaraciones en Isaías, Amos y Oseas. En esos textos, los festivales empleados por ambos Israel y Judá según se ve - estaban contaminados. Era la falta de justicia y rectitud (Amos 5:24) que era el problema, lo cual es evidente aún mediante una lectura superficial de los textos.

 

La Cristiandad de Tertuliano estaba tan influenciada por los Mitraístas y otros cultos del sol de su tiempo, que él no comprendió correctamente el propósito y plan de salvación, ni la cosmología. Por cierto, Tertuliano se convirtió en el líder de la secta Montanista alrededor de diez años después de su conversión. Esto fue desencadenado por la decadencia de la Iglesia Romana. Es significativo lo que el Cuerno de Daniel 7, que es el reino de diez cuernos al que se refirió en Apocalipsis,

 

hará a los santos del Altísimo y pensará en cambiar los tiempos y la Ley (Daniel 7:25).

 

Esta capacidad de cambiar los tiempos y la ley fue rechazada como un concepto legítimo por Daniel y es lógicamente absurda desde el concepto de que la ley proviene de la naturaleza de Dios. Cambiar los tiempos y la ley era considerado la marca del sistema religioso falso y político mundial, el cual eventualmente controla al mundo, pero es destruido al regreso del Mesías. Al tratar el problema entero de la ley se debería recordar que la palabra final es que el pecado es la transgresión de la ley (1Juan 3:4) y esta relación es central al Problema del Mal.

 

Toda esta estructura estaba dirigida a eliminar la ley de los hebreos y la ley del Dios de los hebreos, a fin de que pudiesen establecer a Cristo como un dios separado, con un sistema diferente, y romanizarlo. Quisieron hacer un dios romano de Jesucristo, y eso precisamente, es lo que hicieron.

 

Las Fiestas como Parte de la Fe Original

 

Tanto el Sábado semanal como las fiestas de la cosecha, y el día de Expiación, tienen un significado específico en lo que se refiere a la secuencia y el significado de las actividades del Señor en el trato con el género humano. Es tan absurdo sugerir que Dios abrogaría las fiestas, como lo sería sugerir que él abortaría la redención del género humano. Resultaría que el Cordero de la Pascua  no tuvo significado como sacrificio redentor y el Mesías de Aarón, la esperanza de la comunidad del primer siglo en Israel, habría sido sin propósito (vea el artículo La Pascua [098] para la explicación). El Cordero, o era sacrificado en la Pascua, o él no era el Mesías. Había sacrificios todos los días. Por lo tanto un Cordero sacrificado en el día equivocado no sería el Cordero de la Pascua. Esto guarda relación con la secuencia del 14 de Nisan y El Momento de la Crucifixión y de la Resurrección [159].

 

Vimos por el artículo La Distinción en la Ley [096] que la Reformación falló en restaurar la fe original una vez dada a los santos (Judas 3), y entonces se vieron imposibilitados de establecer los Días Santos por decreto arbitrario e intervención divina.

 

Los Días Santos y los Sábados son impugnados deliberadamente. Esa es una promesa que Dios Mismo había hecho a través de los profetas. Dios habló a través del profeta Amos y comparó al Israel de los últimos días con una canasta de frutas de verano (Amos 8:1). La falta de obediencia a Dios es el elemento clave. El castigo por la falta de obediencia a Dios es que los Sábados y las fiestas se convierten en luto. Eso es seguido por el hambre por escuchar la palabra de Yahovah (Jehová) (Amos 8:11-14). Por no entender la naturaleza del Único Verdadero Dios (Juan 17:3; 1Juan 5:20) el pueblo es castigado (Oseas 8:5-9). Aun los demonios saben que Dios es uno y tiemblan (Santiago 2:19). Las grandes cosas de la ley de Dios fueron escritas para Israel, porque las consideraban cosas extrañas, a causa de su violación del primer mandamiento y su proliferación de pecado en el culto (Oseas 8:11-12 vea Interlinear Bible (Biblia Interlinear) (nota tra. ver Biblia de Jerusalén).

 

El nexo entre las fiestas y los sacrificios citados en Deuteronomio 12:8-14 fue abolido junto con el nexo entre los sacrificios y el Sábado semanal. Uno no puede conectar las fiestas y el Calendario Sagrado y la ley sacrificatoria sin aplicar el mismo concepto a todos los demás aspectos de la ley incluyendo el Sábado. Todo el sistema de gobierno de Dios fue liberado del sistema sacrificatorio, incluyendo el Sábado y los sistemas de los Días Santos. Cuando Cristo cumplió con el sacrificio, él no lo eliminó, él lo completó de una vez por todas. Así es que los sacrificios ya fueron ofrecidos, pero los días aún se mantienen. Durante el tiempo que los sacrificios eran llevados a cabo en el Templo, hubo veinticuatro divisiones del sacerdocio de servicio en los períodos de Fiesta. En los hogares, todo Israel estaba de servicio. Cuando el sacerdocio era dividido, había una división de servicio y la misma división entre la nación estaba de servicio en casa para el sacrificio diario. Ofrecían oraciones y sacrificios en casa (estudios Bíblicos) y eso era en el antiguo Judá.

 

Cuando los sacrificios habían sido completados, estas personas seguían en oración y estudios Bíblicos - esto es parte del sistema sacrificatorio. Sólo Cristo fue sacrificado de una vez por todas. Seguimos obligados a ofrecer el sacrificio diario y los sacrificios del Sábado y de los Días Santos, en oración y el estudio de la Biblia. Cristo, como el cordero de Pascua, ofreció de una vez por todas los sacrificios desde los de la Pascua hasta los del Sábado semanal, de los Días Santos, de los Festivales y de las Lunas Nuevas. A todos se nos requiere estar de servicio.

 

La Pascua misma fue introducida antes de que la ley fuese dada en Sinaí. El proceso entero de la introducción de los elegidos dentro del Cristianismo es predicado en la secuencia de los Días Santos, justo hasta la resurrección general. No pueden ser abolidos hasta el Último Gran Día. Cada fiesta representa una parte en curso del plan de Dios que todavía se está desarrollando. Están, por definición del sistema de cosecha, todavía presentes y desplegándose. La ley fue la sombra de cosas por venir (Hebreos 10:1). La sombra muestra la realidad, no es eliminada por ella. Esa sombra estaba ligada específicamente al sacrificio (Hebreos 10:1-10), y no a las fiestas.

 

Aún así, tanto las iglesias Católicas como las Protestantes entienden que las primeras fiestas deben ser observadas. Han confundido la Pascua con el sistema pagano de Easter (Pascuas Floridas) y cuentan incorrectamente la fecha del Pentecostés a partir de las Pascuas Floridas. Sin embargo, no ponen en duda la necesidad de observarlas. Por su comprensión errónea de la doctrina del Reino de Dios y la negativa de la restauración física en el Milenio, y la segunda resurrección, no entienden las fiestas posteriores.

 

La Biblia sostiene que las afrentas a las fiestas son causadas por aquellos en el cuerpo quienes se abandonan en sí mismos por ganancia al error de Balaam, y perecen en la rebelión de Coré (Judas 11-12). En otras palabras, imparten la enseñanza por dinero y distorsionan las fiestas y la comprensión de la ley y el testimonio. No hay luz (Isaías 8:20 KJV) ni amanecer (RSV) en ellos. Son dos veces muertos y desenraizados. Estas personas, sin el Espíritu, causan divisiones en los últimos días (Judas 19). La rebelión de Coré es así un proceso en curso en contra de la palabra de Dios.

 

Es importantísimo que se entienda que toda la estructura de la actitud y la preservación de las fiestas – cae sobre los elegidos. Tenemos una obligación (cada uno de nosotros) hacia Cristo, de quien Dios es la cabeza, y estas Fiestas son obligatorias para nosotros y deberíamos honrarlas sin pensar en el número de personas que se reúnan. El mundo no podrá ser dañado hasta que el último de los 144,000 es sellado. Ese evento no está muy lejano. Los 144,000 casi están completados en número y cuando eso acontezca, entonces vendrá el fin. El poder de nuestros pueblos será roto y finalmente Cristo vendrá.

 

Cristo puede librar a los elegidos de caer y presentarlos ante Dios el Salvador de nosotros (Judas 24-25 vea Interlinear RSV de Marshall (nota tra. Nuevo Testamento Interlineal Francisco Lacueva). Sin embargo, las disensiones dentro del cuerpo de Cristo son permitidas, a fin de que sea manifiesto quien tiene la verdad y la aprobación de Dios (1Corintios 11:19). El argumento de que el texto de Gálatas 3:10 elimina las fiestas muestra una ignorancia de la naturaleza pre-Sinaítica de la creación y los Sábados. La restauración de las fiestas bajo pena de inanición es un complemento necesario para el comienzo del Milenio (Zacarías 14:16-19). Los Sábados y Lunas Nuevas también serán restablecidas (Isaías 66:20-23).

 

Las Iglesias de Dios incluyendo a Cristo y a la Iglesia Apostólica (Mateo 26:17-20; Lucas 2:41-42; 22:15; Juan 2:13,23; 5:1; 7:10; 10:22; Hechos 18:21 (KJV); 19:21; 20:6,16; 24:11,17) han observado las fiestas por dos mil años a excepción de una Iglesia del siglo diecinueve, que no observó los  Tabernáculos. La Iglesia europea del Este observó los Sábados y las Lunas Nuevas en su totalidad desde el siglo dieciséis. La Fiesta de Trompetas era considerada como Luna Nueva en su himnario. Los elementos de la Iglesia observadora del Sábado en Europa que no guardaron los mandamientos, o cayeron en la apostasía, perdieron luego las fiestas (vea los artículos Distribución General de las Iglesias Sabatistas [122] y también El rol histórico del Cuarto Mandamiento en las Iglesias Sabatistas de Dios [170]).

 

Así como Cristo y los otros apóstoles y Presbiteri (como Ireneo los llama), Pablo observó las fiestas, tal como hemos visto en Hechos. En Hechos 27:9 también hay referencia al Día de Expiación, como el ayuno o nesteian, el cual fue un punto de cambio climático en el Oriente Medio. Por lo tanto, Pablo no abolió las fiestas de Dios, y por cierto que tampoco podría.

 

Aunque Pablo trató de regresar a Jerusalén para la fiesta mencionada en Hechos 18:21; 19:21 (vea a la KJV; La Biblia Interlineal), Hechos 20:6 demuestra que Pablo observó los días de los Panes sin Levadura en Filipi, siendo demorado. Él luego trató de estar en Jerusalén para el Pentecostés (Hechos 20:16). Así que claramente la Iglesia en Filipi guardaba las fiestas. Los registros de las Iglesias Sabatistas en Europa demuestran que las fiestas eran centrales a su culto. Un examen de la Inquisición demuestra que las fiestas fueron utilizadas como medio de identificar los herejes  (p.ej. C. Roth The Spanish Inquisition (La Inquisición Española), p. 77 en ade.). Las fiestas son observadas hasta el día de hoy en las Iglesias Europeas del Este o trans-Carpatianas. Tanto los judíos como los Cristianos observaron las fiestas en la dispersión.

 

El Templo y el Sacrificio

 

El Templo fue escogido como casa de sacrificio (2Chro. 7:12), después de los tabernáculos y sacrificios, aún en el tiempo en que David estaba en Hebrón y el Tabernáculo estaba en Silo. Sin embargo, las fiestas no estaban ligadas al Templo.

 

Los judíos quisieran hacernos creer que eso es un hecho. Intentaron ligar todo al Templo. Trataron de centralizarlo porque había dinero involucrado. Es el mismo argumento de enviar todos nuestros diezmos al cuartel general de cualquier iglesia. Quisieron centralizar la recepción monetaria.

 

El Señor escogió a Sión para Su morada (Salmo 132:13-14), pero esa elección fue suspendida por el peregrinaje de la Iglesia en el desierto hasta el regreso del Mesías.

 

La Iglesia habría de vagar por alrededor de dos mil años. Por un período de cuarenta Jubileos. El simbolismo es perceptible en relación con la Señal de Jonás en la alegoría de año/día/Jubileo. La dispersión de la Iglesia fue prefigurada por los cuarenta años bajo el pilar de fuego y la columna de humo en el desierto. Ese sistema fue una indicación específica de que Cristo indicaría el centro de culto por medio de los elegidos. Esto era comprendido por los apóstoles que observaron las fiestas en diversos lugares.

 

La controversia de la Pascua / Semana Santa se desarrolló entre elementos de la Iglesia que no tenía nada que ver con Jerusalén y, de hecho, el Templo había sido destruido un siglo antes que la controversia alcanzara su fragor máximo (ver el artículo Las Discusiones Cuartodecimanas [277]). Ni siquiera una vez se centró la discusión alrededor de la existencia del sacrificio en el templo. El sacrificio nunca fue considerado ser el factor decisivo. Las fiestas no están atadas al Templo. Precedieron al Templo y lo sucedieron. Sólo el sacrificio es central al Templo. Sin embargo, el sacrificio también se llevó a cabo en otros sitios, tanto en el tiempo en que el Templo estaba erigido, como cuando el Templo fue destruido durante la cautividad babilónica (vea el artículo El Calendario de Dios [156]; Vea Schurer History of the Jewish People in the Age of Jesus Christ (Historia del Pueblo Judío en la Época de Jesucristo), Vol. II, p. 292-313). Las veinticuatro divisiones del pueblo eran de servicio con los sacerdotes y permanecían en casa para la oración y el estudio diario de la Biblia, y sus delegados enviados a Jerusalén (Ibíd., p. 293). El Templo en Elefantina asumió los deberes del sacrificio hasta que el Templo fuera reconstruido en el reinado de Darío II. El Templo en Elefantina fue luego destruido por ataque (vea a Pritchard, The Ancient Near East (El Cercano Oriente Antiguo), Vol. I, p. 278-282). Las cartas aramaícas en Pritchard, traducidas por Ginsberg, muestran los registros de las directivas de Pascua al imperio mencionadas en Esdras (vea el artículo La Señal de Jonás y la Historia de la Reconstrucción del Templo [013]).

 

Las contribuciones para la restauración del Templo son mencionadas, como lo son las circunstancias de la destrucción del Templo en Elefantina en el año 14 de Darío II. Los Gobernadores de Judá también ejercían control político sobre los sacerdotes en Elefantina. Los textos demuestran que el sacrificio nunca cesó durante el tiempo de la destrucción de Jerusalén y del Templo, y fue restaurado a Jerusalén en la reconstrucción del Templo allí. El sacrificio cesó con el Nuevo Pacto y la última destrucción del Templo en Jerusalén en 70 EC, pero las fiestas en la dispersión continuaron. El sacerdocio del templo en Jerusalén hizo un intento por reducir la eficacia de los sacrificios en Leontopolis (Schurer, p. 146-147). En el tiempo de Antiochus V Eupator (164-162 AEC), el sacerdote Onias IV, el hijo del Sumo Sacerdote Onias III, fue a Egipto y halló favor en Ptolemeo VI Philometor y su consorte Cleopatra. Le dieron un templo arruinado en Leontopolis en los nomos de Heliopolis (por lo tanto no en los nomos de Leontopolis propiamente sino en otra área), el cual anteriormente había sido un santuario de los agria boubastis. Estaba aproximadamente a 24 millas de Memphis en el Delta. Había sido construido según el patrón del Templo en Jerusalén pero era más pequeño (vea The Wars of the Jews (Las Guerras de los Judíos), L. VII, C. 10.3, p. 426-432; Vea Schurer, Ibíd., p. 146).

 

El culto judío formal del templo fue establecido allí desde 160 AEC en adelante. Ese templo se construyó allí de conformidad con lo que Dios dictara a Isaías (Isaías 19:19). Dios estableció este Templo con un propósito: Demostrar que Su hijo estaría en Egipto y de Egipto él llamaría a su Hijo. Había un Templo allí con un sistema sacrificatorio funcionando, y Cristo jamás estuvo separado de la comunicación con el Templo y su Dios. El Templo en Leontopolis fue cerrado por orden de Vespasiano en 71 EC, según Bullinger (Companion Bible (Biblia Companion), el apéndice 81) o 73 EC, según Schurer (Vol. III, p. 146). Este Templo fue establecido en Gosén donde había luz durante el Éxodo, a fin de que el Mesías pudiera estar protegido allí de Herodes como niño. Los sacrificios allí fueron ordenados por Dios a través de la profecía.

 

Los judíos en la Diáspora observaron los Sábados, Lunas Nuevas y las fiestas (Schurer, Vol. III, p. 144). El pasaje de Horace (Sat. I 9, 69 GLAJJ l no. 129; Ver Schurer, p. 144) muestra que se refería a la Luna Nueva como el hodie tricesima sabbata o el trigésimo Sábado o sea el Sábado del trigésimo día. En Commodian, tricesima es el nombre para la Luna Nueva (Schurer, Ibíd.). Mientras el sacerdocio del templo trató de confinar el sacrificio a Jerusalén, las comidas sacrificatorias se celebraban a través de toda la Diáspora (vea Schurer, Ibíd.).

 

Las sectas guardaban las fiestas de manera similar pero había diferencias. Los Saduceos observaban la Ofrenda de la Gavilla Mecida en el primer día de la semana de la fiesta (o sea domingo) y el Pentecostés era celebrado cincuenta días más tarde en el domingo. Esto se hacía también en la Iglesia. Los essenios observaron la Ofrenda de la Gavilla Mecida en el último día de la fiesta de acuerdo al calendario solar y confinaron la Pascua al miércoles – y la Ofrenda de la Gavilla Mecida al martes (vea los artículos La Ofrenda de la Gavilla Mecida [106b], El Calendario de Dios [156], La Pascua [098] y La Cuenta del Omer hasta Pentecostés [173]).

 

La Iglesia ha observado las fiestas bajo persecución durante dos mil años.

 

La Cuestión Central de la Fe

 

Los elegidos son juzgados por su conocimiento del único y verdadero Dios. A través del conocimiento de Dios la comprensión de la ley fluye y se arraiga en la mente y corazón del individuo.

 

La cuestión no es el Sábado, o las fiestas, o la ley. Es el hecho de que Dios el Padre es el único verdadero Dios (Juan 17:3; 1Juan 5:20) y que solo Él es inmortal (1Timoteo 6:16). Uno puede observar el Sábado y no obstante ser un hereje. Si no nos aferramos a esta verdad seremos removidos de entre los elegidos y seremos entregados a un poder engañoso y creeremos una mentira (2Tesalonicenses 2:11). La Interlinear de Marshall traduce este verso como una operación del error a fin de que crean en una mentira. No pueden ayudarse a sí mismo más ya. Simplemente son removidos de entre los elegidos y su comprensión es eliminada. No pueden entender, aun si quisieran ver el error.

 

Toda la comprensión de los elegidos es predicada sobre su relación con el único y verdadero Dios y su conocimiento de Dios y de Su hijo Jesucristo (Juan 17:3; 1Juan 5:20). Cristo magnificó la ley y se convierte en el segundo elemento de la Fe, pero él no es el Único y Verdadero Dios y, por lo tanto, no el objeto del culto. El quebrantamiento del primer mandamiento asegura que las fiestas sean removidas. No pueden ser observadas, aún si los que eran desean observarlas. Dios intervendrá en el largo plazo. Puede que Dios consienta al error Binitario, por ejemplo, que coincida con la observancia de las fiestas. Sin embargo, debería ser notado que la Pascua no ha sido observada correctamente en conjunción con este error. Un buen ejemplo es la observancia de la Pascua en los años 60 de la WCG (IDU). Cuando el error Binitario fue introducido, la Pascua también fue movida a una posición incorrecta y Deuteronomio 16:6-7 ya no fue observado. A los treinta años de este evento la Iglesia se volvió Trinitaria. Las fiestas fueron convertidas en sesiones de debates y la Cena del Señor se transforma en Comunión variable y múltiple.

 

Para aquellos que guardan la ley, las fiestas son un recordatorio necesario del plan de Dios. Además, la restauración obligatoria de Cristo bajo su sistema demuestra que las fiestas son requeridas y son ciertamente una bendición para sus seguidores. Para ser un seguidor de Jesucristo, sin embargo, uno tiene que obedecer los mandamientos de Dios. La emulación de Jesucristo consiste en vivir como él vivió. Cuando él observó Expiación, simbolizó lo que él haría a su regreso como el Rey Mesías. Eso aún está por venir. El planeta será reconciliado con Dios a través de Cristo. Las fiestas demuestran ese proceso.

 

Las Fiestas como el Sello de Dios

 

Las fiestas son tratadas en secuencia.

 

El Sábado semanal es un requisito primordial según la ley para que una persona, habiendo sido bautizada y recibido el Espíritu Santo, lleve la marca de la salvación, la cual es llamada el Sello de Dios. La Pascua es el segundo requisito para demostrar que la ley de Dios está en su mano (las acciones) y su frente (la mente) (Éxodo 13:9). El castigo por la no-observancia del día de Expiación es ser removido de nuestro pueblo (vea el artículo Expiación [138]). Nuestro pueblo es Israel espiritual o la Iglesia.

 

Los sirvientes de Dios son sellados en sus frentes (Apocalipsis 7:3 y 9:4) y en su mano (Éxodo 13:9). El nombre del Padre también es llevado en la frente por los elegidos (Apo. 14:1). La marca del culto (ciertamente de toda religión) se describe como hallándose en la frente y mano, aún la del sistema de la bestia de los últimos días (Apo. 14:9). Los Días Santos que se guardan en el servicio del Dios de cada uno aparta a cada sistema y distingue a las entidades espirituales que gobiernan a cada sistema.

 

Un sistema que guarda el Sábado y las fiestas bíblicas está bíblicamente fundamentado. Un sistema que guarda el día del Sol y observa las fiestas de los cultos del Sol, como el Solsticio, conjuntamente con los festivales de la Semana Santa, no está basado en la Biblia. En verdad, se ve que tal sistema está en total oposición a las leyes de Dios. La Navidad es tan abiertamente reconocida como un festival pagano, que la sugerencia de cualquier asociación al Cristianismo es un chiste, aun para el hombre medio en la calle (vea el artículo Los Orígenes de la Navidad e del Día de Pascua [235]). Es difícil de imaginar cómo podría construir uno en realidad un sistema tan lejos del modelo bíblico en los conceptos y los métodos de culto. Como somos esclavos de quienes servimos, la adherencia a la palabra de Dios es crítica para la fe.

 

Cada uno de nosotros está bajo una obligación directa de observar las Fiestas, igualmente tanto como estamos bajo una obligación de guardar el Sábado y también de guardar las Lunas Nuevas. El sistema de Dios es claro, directo y bajo la ley.

 

 

q