Iglesias
Cristianas de Dios
[CB8]
Noé y el Diluvio
(Edición 2.0 20030825-20070122)
Noé era un
hombre recto y caminaba con Dios, pero en aquellos tiempos la tierra estaba
corrompida y llena de violencia y Dios le dijo a Noé que iba a destruir tanto a
las personas como a la tierra. Este documento es una adaptación de los
capítulos 3 y 4 de la Historia de la Biblia Volumen 1, de Basil Wolverton, publicada por la Prensa del
Ambassador College.
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Noé y el Diluvio
[CB8]
Hemos
aprendido en estudios previos que Adán y Eva pecaron y fueron expulsados del
Jardín del Edén como parte de su
castigo. Ellos tuvieron dos hijos y Caín mató a su hermano Abel. Como castigo, Caín fue marcado y
enviado lejos de su familia para convertirse en un peregrino solitario.
Entonces Adán y Eva tuvieron otro hijo llamado Set, y con el tiempo también
tuvieron otros hijos e hijas.
A medida que
pasó del tiempo descubrimos que las generaciones de los hijos de Adán habían
sido corrompidas por el Ángel caído y
tenían que ser destruidas (Gen. 6:1-7). Ver el documento sobre Caín y Abel (No. CB7) acerca de los Nefilim. Sin
embargo, las generaciones de Set eran " llamados por el nombre del
Señor" (Gen. 4:25-26). Esto significa que eran hombres justos y que
obedecían las Leyes de Dios.
En el año 810
de la vida de Adán, Dios declaró que la duración de vida del hombre se
limitaría a 120 años (Gen. 6:3). La decisión fue tomada con respecto al hombre
y la forma en que funcionarían nuestros cuerpos a largo plazo, después de la
muerte de Noé. La caída del hombre debida a la interferencia de los demonios
era la causa que estaba detrás de la decisión de Dios. Adán murió a los 930
años de edad, 120 años después de la declaración de Dios. La fecha de 810 de Adán fue el año 3194 AEC.
El Señor Dios
vio cuán grande era la maldad del hombre en la Tierra y se lamentó de haberlo
creado. Y el Señor dijo: "Borraré a la humanidad de la faz de la Tierra –
hombres y animales" (Gen. 6:5-7). Dios sabía que todas estas cosas iban a
ocurrir antes de crear al hombre, así como Él también sabía que Sus hijos
espirituales pecarían. Por la maldad del hombre Dios ocasionaría un inmenso
diluvio para limpiar y restaurar al planeta una vez más.
Dios sabía que si los seres humanos continuaban con su maldad, iban a
destruirse ellos mismos en una forma más dolorosa. El modo de hacer las cosas
de Dios sería más piadoso. Entonces Él les devolvería la vida miles de años
después cuando Jesucristo gobernara la Tierra. Esto se conoce como la Segunda
Resurrección. Ver el artículo Los Días Sagrados de Dios (No.
CB22) para ver más detalles acerca de la Segunda Resurrección.
Las personas entonces se habrían dado cuenta de cuanto mas sabio es obedecer a
su Creador. Durante la Segunda Resurrección todos los conceptos negativos
habrán desaparecido y será más fácil para la gente obedecer la Ley del Señor.
El recto Noé
En ese momento Dios vio solo a un hombre que estaba dispuesto a vivir de
acuerdo a Sus leyes. Su nombre era Noé (Gen. 6:8). El nombre de Noé significa
"descanso" de acuerdo al diccionario Hebreo de Strong, de 5146. Su padre, Lamech, predijo que a través de Noé Dios le daría un
descanso a la raza humana de la Tierra maldita (Gen. 5:28-29). Noé era un
hombre recto y "puro en sus generaciones". Esto significaba que él no
había corrompido a su linaje con los Nefilim a los cuales se les negó la resurrección, y
los que iban a ser destruidos por el diluvio. Noé además era obediente y seguía
las leyes de Dios, así como lo hizo su padre, y su abuelo, y todos sus
ancestros. Noé era un hombre recto (Ezeq.14:14, 20).
En el año 500
de Noé, luego de haber sido padre de sus tres hijos (Gen. 5:32) – Sem el menor, Cam el segundo, y Jafet el mayor (Gen. 10:21) – Noé fue
advertido por Dios que Él iba a destruir la corrupción de la humanidad y a
eliminar la maldad de la Tierra por medio de un diluvio. Dios le dijo a Noé que
debía construir un arca y advertir al mundo acerca de esta inminente
destrucción. Dios le dio a la tierra dos jubileos de cincuenta años cada uno
(cien años) para arrepentirse. Las personas no escucharon a Noé. En el año nº 600 de Noé, y luego de la muerte
de Matusalén, el hombre más viejo que ha existido, y el último de los
patriarcas rectos hasta el gobierno de Noé, Dios trajo el diluvio a la Tierra.
Noé construye un Arca
Dios le Dio a Noé instrucciones muy específicas de cómo construir el arca
(Gen. 6:14-22). Noé no se quejó y ni le dijo a Dios que no podía hacerlo. Él
fue obediente y siguió las instrucciones que le habían dado (Gen. 6:22). Él
tenía mucha fe y confió en Dios pese que no pudo ver el resultado final en ese
momento. Al obedecer a Dios, Noé salvó a su familia mientras el resto del mundo
pereció (Heb. 11:7). Su fe lo llevó a construir el arca en un área seca donde
no sería posible que pudiera haber suficiente agua para que pudiera flotar.
Como los hijos de Noé crecieron, ellos también debieron haberlo ayudado a
construir el arca y a obtener provisiones para las personas y los animales que
iban a subir a bordo. Cuando las personas supieron lo que ellos estaban
haciendo, vinieron desde muchas millas de distancia para mirar y reírse de lo
que estaba ocurriendo. Ellos se rieron de Noé y posiblemente pensaron que
estaba loco.
A medida que
pasaron los años, el arca se hizo más grande. Cuanto mas cerca estaba de ser
terminada, mas personas curiosas ridiculizaban al paciente Noé y a sus tres
hijos. Pero ellos continuaron cuidadosamente su tarea por cerca de 100 años.
Durante todo ese tiempo Noé continuó recordando a los que se burlaban de él que
el diluvio vendría en el tiempo anunciado a causa de su desobediencia, pero que
todos aquellos que se arrepintieran y obedecieran a Dios serían perdonados.
Nadie fuera de la familia de Noé creyó lo que él dijo.
Los curiosos
se burlaron al ver la gigantesca arca posada lejos de cualquier lugar en el cual
pudiera flotar.
El arca era
más alta que un edificio de cuatro pisos, ¡y diez veces más larga que su
altura! Fue diseñada para convertirse en un gigantesco zoológico flotante. El interior estaba
dividido en establos o jaulas para todas las criaturas que serían cargadas
allí. Tenía rampas, conductos de ventilación, comederos para alimentación y
todo lo que necesitaría la extraña carga viva.
Para cuando el
arca fue terminada y recubierta con alquitrán a prueba de agua, ¡Noé tenía casi
600 años! Sus hijos tenían más de 100 años en el momento en que llegó el
diluvio. Ellos entonces eran mucho mayores que la mayoría de las personas hoy
en día cuando mueren de viejos. Pero aún quedaba mucho trabajo por hacer.
Tenían la tarea de reunir y almacenar los alimentos y el agua que sería
necesaria para los animales y las personas en el arca.
Muchas
personas seguían riéndose de esta actividad. Ellos no podían creer que un
desastre mundial estaba a punto de ocurrir. En vez de esto, ellos sintieron que
había un futuro glorioso para el hombre a medida que se esparcía para
conquistar toda la Tierra.
De esta misma
manera nosotros que estamos con vida hoy hemos recibido el Apocalipsis, que nos
advierte sobre el fin de esta era. Nosotros también debemos tener fe mientras
esperamos las señales de la llegada del Mesías. Los profetas también nos
advierten de la llegada del Mesías y del fin de esta era. Ahora la Iglesia está
advirtiendo a las naciones sobre una gran calamidad que eliminará al mundo
durante la vida de la mayoría de las personas que están con vida hoy en día. En
vez de hacer caso a estas advertencias, la mayoría de las personas están
deseando tener una vida cada vez más sencilla con más dinero y menos trabajo.
Esos mismos deseos tontos fueron
destruidos en la época de Noé, así como serán destruidos una vez más en nuestra
época. Ver también Mateo
24:36-38 y Lucas 17:26-33.
Sin embargo,
tal como ocurrió en los días de Noé
ahora también las advertencias se desvanecen, dado a que la mayoría caen
en oídos sordos. Dios no hace nada sin advertir a las personas por medio de sus
profetas (Amos 3:7).
Los animales buscan refugio
No fue fácil para Noé escuchar las
burlas de la gente década tras década. Pero él creía y confiaba en Dios. Él estaba tan seguro de que su carga viva de alguna manera estaría cerca
que construyó una rampa hasta la enorme puerta en el costado del arca, así los
animales podrían entrar caminando. Esto fue simplemente otro acto de fe en los
100 años de confiar en Dios mientras construía el arca y advertía a la gente.
Un día, las personas que venían a burlarse se detuvieron y se quedaron sin
palabras al contemplar lo que se presentaba a su vista. ¡Toda clase de animales
y pájaros se estaban reuniendo entorno al arca! (Gen. 7:8-9). Dios había impulsado a las criaturas a buscar refugio
entonces entraron al arca de forma ordenada, ¡aunque muchos de ellos eran de
naturaleza feroz!
Siete pares de los animales y pájaros limpios como para ser injeridos por
el hombre, entraron en el arca. Y de los animales impuros, solo entraron una
hembra y un macho. Dios había indicado a Noé que tomara más animales limpios
para estar preparados para los días posteriores al diluvio. Los animales
limpios serían utilizados como alimento y para sacrificios. Por lo tanto, se
necesitaban más animales limpios. Para obtener más información sobre animales
limpios y no limpios ver el documento Las Leyes Bíblicas de
Alimentación (No. CB19). Pronto los animales se ubicaron en los establos
y en las jaulas que serían sus hogares por muchos meses.
Entonces Noé y su esposa y los tres hijos de Noé y sus esposas entraron al
arca en el Décimo día del Segundo mes (Gen. 7:7). La creciente muchedumbre de
curiosos todavía continuaba burlándose, pero algunas de las personas estaban
tan asombradas al haber visto a los animales entrando en el arca que comenzaron
a preguntarse si las predicciones de Noé serían verdaderas. Pero la mayoría de
las personas simplemente se negaron a tomar las advertencias de Noé con
seriedad. Entonces, así como ahora, las
personas no pudieron reconocer la verdad porque no quisieron obedecer a Dios.
Luego pasó un día, después otro y otro. Aún no había señales del diluvio.
Pasó casi una semana (Gen. 7:4). Muchos de los curiosos se retiraron riéndose.
La noticia de este grandioso arca en tierra seca se habían esparcido en todos
lados, y la curiosidad se incrementaba.
Noé y sus hijos habían construido una puerta para cerrar la entrada en el
costado del arca. Dios hizo que ésta esté cerrada y sellada (Gen. 7:16). Si los
curiosos vieron ocurrir esto, deben haberse sobresaltado.
En el día 17 del Segundo mes las cosas cambiaron dramáticamente. Quizás
unos pocos notaron que el viento era un poco más fuerte que lo habitual. Hubo
ráfagas violentas que se transformaron en vendavales y la gente se vio forzada
a buscar refugio. Los fuertes vientos no eran tan extraños, pero cuando rápidas
masas de nubes inusualmente oscuras se acumularon en el horizonte, los residentes
comenzaron a preocuparse.
Para sumar a
la creciente preocupación, hubo extrañas vibraciones dentro de la tierra. La
oscuridad se profundizó. Los temblores se volvieron tan fuertes que la Tierra
se estremeció. Entonces, solo siete días después de que Dios le dijera a Noé
que entrara en el arca, la corteza de la Tierra se abrió por todos lados, y una
gigantesca oleada de agua brotó desde la tierra (Gen. 7:11). Al mismo tiempo,
olas gigantescas rugieron desde los mares y se esparcieron sobre las áreas costeras.
La luz destelló y se apagó, seguida por ensordecedores rugidos de trueno.
Torrentes de agua se precipitaron desde
los cielos oscuros.
Esto, al fin,
¡fue solo el comienzo de las cosas terribles que Noé había advertido iban a
caer sobre la tierra! Esta fue la cosa mas terrible que le había pasado al
planeta dado a que el pecado de Satán había resultado en el quiebre de toda la
superficie de la Tierra, para que nada pudiera vivir en ella.
Para este
momento la mayoría de la gente estaba volviéndose loca de miedo. No importaba
lo que hicieran o hacia donde fueran, el agua los alcanzaba. Nadie podía
sobrevivir sin refugio, pero no había refugio que resistiera. Los ríos
inundaron los valles donde la mayor parte de la gente habitaba. Era casi
imposible subir a lugares mas elevados por los constantes chaparrones.
Torrentes de agua se desplazaron rápidamente desde los cerros y montañas, y
barrieron y arrastraron árboles, rocas, barro y personas al agua que crecía
debajo. Solo los más fuertes pudieron luchar y hacerse camino hacia tierras más
altas, y entonces solo para finalmente perder sus vidas ahogados, o por
violentas heridas o para morir en la confusión.
Mientras tanto, el agua había crecido y se había
arremolinado entorno al arca y la había levantado lentamente liberándola de la
tierra. Muchos de los que se habían burlado de Noé se habían dado cuenta que el
interior del barco era el único lugar seguro y seco que quedaba (Gen.7:18).
Algunos que no habían podido huir a
otro lado habían caminado en el agua hasta el arca y gritaban que los
dejaran entrar. Con la lluvia golpeando el arca, nadie en su interior pudo oír
los chillidos frenéticos. Manos arañaron débilmente el costado recubierto, y
luego desaparecieron en el agua turbulenta que crecía rápidamente.
La misericordia de
Dios
En Su gran
misericordia, Dios le había dado a las personas 100 años (o dos Jubileos) para hacer caso a Sus
advertencias que había dado por medio de Noé y para arrepentirse. Como ya
sabemos la gente ignoró a Noé, que fue lo mismo que ignorar a su Creador. Ahora
era demasiado tarde para cambiar o para orar por ayuda. A menudo es demasiado tarde para esperar que
Dios nos ayude si esperamos para pedir ayuda más allá de los largos períodos de
misericordia que Dios nos da.
Día tras día
el agua siguió rugiendo, bajando desde el cielo y surgiendo desde la tierra. El
agua ascendió hasta las cumbres de las montañas más altas. Dentro de unas pocas
semanas el agua era tan profunda que las cimas de las montañas mas altas
estaban muy por debajo de la superficie del agua (Gen. 7:20). Para entonces
todas las personas y los animales de la Tierra se habían ahogado excepto la
familia de Noé y los animales en el arca, tal como Dios dijo (2Pe. 2:5). La Biblia nos dice que ocho personas
fueron salvadas por medio del agua y que este agua simboliza el bautismo que
también nos salva a nosotros (1Pet. 3:20-21).
Durante
cuarenta días y noches el agua emanaba en forma sobrenatural desde las densas,
y tenebrosas capas de nubes. Luego la lluvia paró. A veces el número 40 se
utiliza para evaluar o para enseñar. Por ejemplo: el Mesías ayunó y fue puesto
a prueba por Satán por 40 días. El Mesías regresó a la Tierra después de haber
sido resucitado y continuo enseñando a la gente por 40 días. Moisés estuvo en
la montaña de Dios por 40 días en dos ocasiones siendo instruido por el Ángel
de Jehová.
El número
cuarenta es el número típico utilizado en las Sagradas Escrituras para
arrepentirse. Le fueron dados a Nínive 40 días para arrepentirse y lo hicieron.
Judea contó con 40 años para arrepentirse desde la muerte del Mesías. Judea no
se arrepintió y ellos fueron destruidos y tomados en cautiverio. Desde la
muerte de Cristo las personas en la Tierra contaron con 40 Jubileos o 2.000
años para arrepentirse.
Actualmente
solo un pequeño número de las personas en el planeta se han arrepentido. Estos
son solo unos ejemplos del uso del número 40, pero los números y fechas que
Dios utiliza son muy importantes. Necesitamos comenzar a prestar atención al
Calendario de Dios y a los números temprano en la vida para poder entender
mejor el Plan de Dios.
Mientras
tanto, la cubierta de agua del planeta para este momento solo estaba unas
millas de profundidad por encima de la tierra y superficies marinas normales.
Pero Noé y su familia y la carga flotaban a salvo, ¡ tan alto como algunos de
nuestros aviones que vuelan por encima de las nubes!
Por 150 días
el agua permaneció en la mayor profundidad (Gen. 7:24). Durante este tiempo,
las personas en el arca no estaban desocupadas. Cualquiera fueran las tareas,
debieron haber sido difíciles de realizar en las semanas en las que el arca se
balanceaba y tambaleaba a través de olas enormes empujadas por el viento. Dios
trajo este fuerte viento para que soplara y controlara el agua lo antes posible
(Gen. 8:1). Él también cerró las fuentes del abismo y las ventanas del Cielo se
cerraron y la lluvia se detuvo (Gen. 8:2).
Pronto las
cumbres de las más altas montañas comenzaron a aparecer por encima del agua. El
arca se deslizó contra uno de los montes de
Ararat (Gen. 8:4). El arca en realidad se detuvo en la montaña en el día
17 del Séptimo mes; cinco meses después de que comenzaran las inundaciones.
Esto fue dos días dentro de lo que llamamos la Fiesta de los Tabernáculos de
acuerdo al Calendario de Dios. El nivel de agua continuó descendiendo (Gen. 8:3), dejando el arca varada en lo
alto, en la ladera del monte. Durante el primer día del Décimo mes las cumbres
de las montañas se volvieron visibles (Gen. 8:5). Noé esperó más de dos meses
mientras el agua continúo descendiendo. Una vez pasados 40 días, Noé abrió la
ventana del arca e hizo salir a un cuervo. También envió una paloma, pero la
paloma no encontró ningún lugar donde descansar y regresó a Noé volando (Gen.
8:6-9).
Noé esperó
siete días más y envió nuevamente a la paloma. Ella regresó a la noche con una
rama de olivo. Esto le demostró a Noé que el agua se había escurrido de tal
manera que la vida de las plantas había comenzado a desarrollarse nuevamente, y
que los valles estaban listos para ser habitados nuevamente (Gen. 8:10-11). Noé
esperó siete días mas y envió a otra paloma, pero esta no regresó (Gen. 8:12).
Durante el
Primer día del Primer mes Noé retiró la cubierta del arca y vio que la Tierra
estaba seca (Gen. 8:13). Esta era la Luna Nueva del Año Nuevo del Calendario de
Dios. Este fue el primer ejemplo en las Sagradas Escrituras donde Dios hizo
algo muy significativo en el Primer día del Primer mes. Otros hechos que
ocurrieron en el Primer día del Primer mes fueron: el establecimiento del
Tabernáculo (Ex. 40:20); la restauración de Ezequiel (2Cro. 29:17); la
restauración de Esdras (Esdras 7:9); y el haber terminado de echar a las
esposas extranjeras o idolatría (Ezra 10:17).
Además, en
Ezequiel 45:18-20 aprendemos los conceptos espirituales que comienzan desde el
Primer día del Primes mes y continúan hasta el día 21 del Primer mes, que es el
fin de la Fiesta del Pan sin Levadura. El proceso de Santificación comienza con
el Primer día y se relaciona con el Templo, el templo que somos nosotros. Cada
miembro bautizado es responsable de santificarse y distinguirse él o ella
misma. Al Séptimo día del Primer mes los miembros bautizados de la Iglesia
ayunan por todos aquellos que están errados o en la ignorancia (Ezeq. 45:20).
Esta es nuestra forma de "delinear nuestras vidas ayudando a nuestros
hermanos que pueden no saber de Dios o son débiles en la fe". Los
primeros 21 días que incluyen los siete
días del pan sin levadura son muy importantes. Ver el documento Los Dias Sagrados
del Señor (No. CB22).
Comienza la Nueva Vida
En el Segundo mes, en el día 27 del mes la tierra estaba seca y Dios le
dijo a Noé, "Sal del arca," (Gen. 8:14-16). "Trae a las
criaturas contigo. Quiero que todos los seres vivos se esparzan por toda la Tierra y produzcan familias"
(v.17).
Después de haber estado dentro del arca por tantos meses, la tierra seca
fue un maravilloso paisaje de bienvenida para Noé y su familia, pero fue
extraño mirar desde arriba a un mundo silencioso donde no había nadie para
burlarse de ellos. Ciertamente debe haber sido extraño ser las únicas personas
con vida en el planeta. Estos seres humanos que fueron salvados en el arca
deben haber estado muy agradecidos por
la piedad y protección de Dios, y por su plan de conducir a su familia a través
del diluvio y comenzar una nueva vida.
Rompieron la
gran puerta lateral del arca para abrirla, y se construyó una rampa desde la
puerta hasta la tierra. Entonces todas las criaturas fueron liberadas de sus
establos y jaulas para regresar a una vida nueva en la nueva vegetación de la
Tierra.
Pero Noé no
liberó a todos los animales y pájaros. Él estaba tan agradecido a su Creador
por haberlo salvado a él y a su familia que construyó un altar en la montaña, y
sacrificó algunos de los animales puros como ofrenda a Dios (Gen. 8:20).
Dios estaba
contento con Noé. Dios lo bendijo a él y a sus hijos, Sem, Cam y Jafet. Les
dijo que reconstruyeran sus hogares y que criaran niños, para que muchas
personas pudieran vivir nuevamente en el mundo del cual habían sido purgados o
eliminados los desobedientes.
"Nunca
más enviaré un diluvio sobre todo el planeta," Dios le dijo a Noé y a sus
hijos (Gen. 9:11). "Como promesa hacia ti de que esto no volverá a
ocurrir, mira a esta señal que se verá
algunas veces en el cielo" (vv. 12-17).
En ese momento
el Eterno hizo que apareciera un arco hermoso de muchos colores de horizonte a
horizonte. Cuando las personas ven este arco colorido, llamado arco iris, están
viendo la promesa de Dios. El arco iris se convierte en una señal de que nunca
más habrá un diluvio que destruya al hombre o a las bestias de la Tierra. El
arco iris fue un símbolo de la alianza que Dios hizo con Noé.
Uno podría
preguntarse cuantas personas en el planeta hoy en día recuerdan lo que el arco
iris significa cuando lo ven. Uno podría adivinar que aún menos personas
piensan en arrepentirse de sus pecados y en volver a Dios antes de que Él
permita que fuerzas destructivas mayores ocurran. La Biblia nos dice que esto
será necesario para hacer que el planeta se arrepienta cuando lleguemos al fin
de los 120 Jubileos, o 6.000 años, desde que la Tierra fue maldecida y el
Jardín del Edén fue cerrado.
Dios había
establecido una relación con Adán primero. Se les ofreció el Árbol de la Vida a
Adán y a Eva (Gen. 2:16-25). Sin embargo, Adán falló por el pecado de humanidad
y el Ángel Caído y la creación tuvo que ser eliminada, para permitir que el
Plan de Dios fuera establecido sin interferencia o mancha.
Entones la
tierra fue destruida bajo Noé. Pero Dios estableció una alianza con Noé (Gen.
6:18; 9:9-17; Isa. 54:9). Después de Noé, Dios se dedicó a prepararse para la
alianza para ubicarla dentro de un pueblo que Él pudiera usar como ejemplo para
las naciones. Aprenderemos más sobre esta alianza al estudiar a Abraham.
Al aferrarnos
a la alianza con Dios, recibiremos vida eterna y si rompemos esa alianza
moriremos (Rom. 6:23). Desde los tiempos de Cristo, nuestro bautismo es nuestra
promesa de adherirnos a la alianza. Este bautismo actúa de la misma manera en
que la señal original de circuncisión actuó con Israel. Entonces una
circuncisión física se convirtió en una circuncisión espiritual del corazón.
Los hijos de Noé
Los hijos de Noé que salieron del arca eran Sem, Cam y Jafet. Cam era el padre de Canaán. A partir de estos
hijos se pobló nuevamente toda la Tierra (Gen. 9:18-19).
Noé se convirtió en un campesino exitoso y plantó un viñedo. Un día Noé
bebió demasiado vino y su hijo le hizo algo irrespetuoso a él mientras yacía
dormido a causa del vino. Cuando Noé se despertó y supo lo que había pasado, él
se enojó. Él maldijo a Canaán, el hijo de Cam, y dijo que Canaán debía ser
esclavo de sus hermanos. Al mismo tiempo Noé bendijo a sus hijos Sem y Jafet (Gen. 9:20-27). La Maldición de Canaán y las bendiciones de Sem
serían cumplidas en futuras generaciones y naciones.
Noé vivió 350 años después del diluvio (Gen. 9:28). Durante ese tiempo él
proclamó públicamente los deseos de Dios siempre que tuvo la oportunidad (2Pet. 2:5). A través de él, muchas personas comprendieron algo acerca de los Planes y
Leyes de Dios. Desafortunadamente, la mayoría de las personas estaban viviendo
más y más lejos de la manera en la que debían haber estado viviendo, y tenían
poco interés en mejorarse a sí mismos por medio de la obediencia a su Creador.
Dios le dio a
Noé muchos mas años de vida abundante. En total Noé vivió 950años y luego murió
(Gen. 9:28-29).
Este es un
largo tiempo para vivir, especialmente cuando consideramos cuan corta es la
expectativa de vida hoy en día. Aún así aquellos que son suficientemente sabios
para apartarse de la mala vida y buscar
los caminos de Dios disfrutarán vidas aún más largas. Ellos lograrán vivir por siempre como seres espirituales (1Cor. 15:44-45, 53), y muchos de ellos comenzarán aquella larga vida gobernando
la Tierra pronto junto a Jesucristo por 1.000 años! (Ap. 2:26-27; 5:9-10).
Esta es una de
las maravillosas cosas que Dios ha preparado para aquellos que Lo aman. Tal
como Noé le dijo a la gente acerca de la Ley de Dios por medio de palabras y
hechos, así debemos hacer hoy en día. Ahora no muy lejos en el futuro, el
Mesías regresará al planeta y veremos nuevamente las fuerzas naturales
destructivas liberadas a causa de la malicia del hombre y el mal manejo del
planeta. El tiempo de arrepentirse y cambiar es ahora.
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