Iglesias Cristianas de Dios

 

[289]

 

 

 

 

 

 

 

El Matrimonio [289]

(Edición 1.0 20001220-20001230)

 

 

El matrimonio es la más importante institución de la nación. Es la base de la nación y refleja a escala física la relación que tenemos a escala espiritual con Dios y Cristo. Es tan fundamental que la salvación de toda la humanidad se basa en una comprensión y aplicación correcta de estas relaciones entre los elegidos, como novios de Cristo en la nación de Israel.

 

 

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Tr. 2005

 

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El Matrimonio [289]

 


La Creación Adámica

 

Para examinar mejor el matrimonio, primeramente debemos retornar al comienzo, a la creación de la humanidad.

 

Satán se había rebelado ya contra Dios debido a esta cuestión. Él pensó que podía hacer tan bien o sino mejor, el trabajo de gobernar el universo (Esdras 28:1-10). Parecía que estuviese indignado por la creación de la especie humana y que inicialmente emprendió de crear su propia especie, como por ejemplo, los dinosaurios, los neandertales, el hombre de cromañon, etc.

 

Satán estaba presente en el Jardín del Edén y Adán y Eva habían sido advertidos muy específicamente a propósito de los alimentos que podían o no podían comer. Habría que darse cuenta que en la Biblia, la alimentación puede también significar alimentación espiritual; por tanto, debemos usar discernimiento en lo que elegimos aprender. El mensaje de Satán era esta alimentación de la cual habían sido advertidos para no comerla. Desde el comienzo de la creación Adámica, él emprendió de destruir la relación de los humanos con Dios.

 

Al crear una mujer para Adán, Dios establecía las condiciones para un entorno estable en él que un hombre y una mujer podrían crecer juntos en una relación afectuosa y ocuparse de las necesidades de sus hijos. Una de las primeras lecciones para Adán fue dar un nombre a cada una de las criaturas que habían sido hechas. Demostrándole sus responsabilidades hacia las criaturas y el cuidado del jardín, también Dios enseñaba a Adán a asumir la responsabilidad de las necesidades físicas y emocionales de su familia. 

 

A través de Cristo, Dios ha dado un conjunto de leyes que están basadas en Su naturaleza. Éstas rigen la vida del individuo y de la sociedad y demuestran el tipo de relación que deberíamos tener con Él. Así, la familia es central a la Ley de Dios. Las leyes en relación con la familia son: el quinto mandamiento, que ordena honrar a los padres; el sexto, que proclama el carácter sagrado de la vida y nos ordena mejorar la vida de nuestra pareja, nuestros hijos, la familia ampliada, la sociedad y la nación; el séptimo mandamiento que prohíbe el adulterio; el octavo mandamiento que versa sobre el robo; el noveno mandamiento que prohíbe la mentira y los falsos testimonios y el décimo mandamiento que ordena no codiciar a la mujer del prójimo, o las posiciones o los bienes ajenos, etc.

 

De hecho, la familia es afectada cada vez que la ley se infringe. El punto central en la familia es Dios.

 

El Establecimiento de la Autoridad

 

¿Qué es una familia? La familia es el núcleo del sistema. Comienza por dos individuos, el padre y la madre, le sigue los hijos, pero es mucho más grande que esto. El Interpreter’s Dictionary of the Bible (El diccionario de la Biblia del intérprete), Abingdon Press 1962, 1980 p. 238 y siguientes dice:

 

Dado por hecho que el matrimonio es patriarcal – esto es, centrado en el padre - entre la gente de la Biblia, la familia era una comunidad de personas, unidas por los lazos del matrimonio y del parentesco y colocadas bajo la autoridad del padre. La familia bíblica era grande, particularmente cuando el matrimonio era polígamo. Incluía al padre, la(s) madre(s), los hijos, las hijas, los hermanos, las hermanas (hasta su matrimonio), los abuelos, los otros padres, así como los siervos, las concubinas y las personas de paso (los extranjeros). Los israelitas eran alentados a tener grandes familias, por razones económicas al igual que religiosas. La familia aumentaba por los nacimientos y también por alianzas hechas con otros grupos o individuos. Se mantenía la solidaridad en la familia debido a su organización alrededor de la persona del padre y por la aplicación del principio de justicia punitiva en términos de responsabilidad de la empresa (la familia).

 

Más aún dice que:

 

La familia funcionaba como una comunidad religiosa, preservando las tradiciones del pasado y transmitiéndolas por medio de la enseñanza y el culto. Las fuerzas que amenazaban la integridad y la seguridad de la familia, tales como el cambio económico y la influencia de culturas y religiones extranjeras, fueron desaprobadas vehementemente por muchos de los autores bíblicos. La importancia de la familia debe verse en la proyección de este concepto más allá de los linderos de la familia como tal. Entonces, la familia ampliada engloba a las tribus hebraicas, a las naciones de Israel y de Judá, a las naciones extranjeras y a todo Israel, desde una perspectiva de comunidad de fe más que como la de nación. En el Nuevo Testamento, se identifica así a la comunidad Cristiana.

 

Vemos, entonces, que la familia se extiende a los padres, incluyendo también al siervo y al visitante, luego al clan o a la tribu y después a la nación. La salud y el bienestar de las más pequeñas unidades se reflejan de esta manera en la sociedad, como un todo. La familia funciona bajo las leyes de Dios, y consecuentemente, también la nación (ver La Ley y el Quinto Mandamiento [258]).

 

El Illustrated Bible Dictionary (Diccionario Bíblico Ilustrado) (Inter-Varsity Press, Tyndale House Publishers, 1980, la Parte 1, p. 500) dice que:

 

Aunque parezca que en la Creación la intención haya sido que el matrimonio sea monógamo, encontramos la poligamia (la poliginia, no la poliandria).

 

La representación profética de Israel, como la única novia de Dios, muestra que éste no era el plan de Dios (Isaías 50:1; 54:6-7; 62:4-5; Jeremías 2:2; Ezequiel 15; Oseas 2:4 y sig.).

 

Miremos un poco los términos.

 

La Concubina

 

Las leyes bíblicas y el estatus de un esclavo, de una sirvienta, de una concubina, etc., eran diferentes de aquellos de una mujer libre. Una concubina era una mujer que había sido vendida a otro. A veces se llamaba una sirvienta remunerada.

 

Éxodo 21:8 muestra que cuando una mujer era vendida por su padre para ser la sirvienta de un hombre y que este último la desposaba, él no podía venderla de nuevo a los extranjeros, si ella no le complacía. Por otra parte, si ella era comprada para su hijo, éste debía entonces tratarla como su hija. Según el versículo 10, si él se volvía a casar, debía alimentarle, vestirle y darle las relaciones matrimoniales normales a la sirvienta. Si rechazaba asumir una de estas responsabilidades, ella podía marchar libremente sin pagarle ninguna compensación.

 

Si un hombre tenía relaciones sexuales con una concubina / sirvienta que estaba prometida a un hombre, como la susodicha situación, ella debía recibir latigazos por su actuación, pero no podía ser matada, puesto que no era libre.

 

Otras Escrituras que toquen el tema de los esponsales son Deuteronomio 20:7 y 28:30.

 

Los Esponsales

 

La palabra “prometido”, utilizada en el Nuevo Testamento es DGS 3423. Sin embargo, sólo es utilizada tres veces, o sea en Mateo 1:18, Lucas 1:27 y Lucas  2:5. Estas Escrituras hablan de Maríam que es una virgen y que está prometida a José. En realidad, Maríam era su mujer, aunque el matrimonio formal no había tenido lugar y no se había consumado.

 

La palabra “mujer” se traduce generalmente de DGS 1135, en el Nuevo Testamento, o de DHS 802, en el Antiguo Testamento. Los dos tienen el mismo significado y son términos genéricos para mujer que significan mujer, esposa, virgen o mujer prometida. Normalmente, esta palabra se traduce por mujer (esposa) para la mujer que es una virgen y está prometida a alguien. Ver Deuteronomio 20:7 y otros pasajes. Una virgen se convierte en una esposa en sus esponsales, dando por hecho que está prometida o ligada a un hombre. Él es su marido a partir de aquel momento.

 

La Bigamia

 

La bigamia llega cuando una persona tiene dos mujeres o dos maridos al mismo tiempo. Es ilegal en la mayor parte de los países donde la monogamia se ha impuesto por ley.

 

La Poligamia

 

La poligamia proliferaba en Israel. Significa simplemente matrimonios múltiples, habitualmente dentro de un mismo grupo familiar. David y Salomón tuvieron los dos varias mujeres. El Islam autoriza 4 mujeres y el primer Judaísmo permitía cuatro y a veces cinco mujeres. El rey podía tener hasta 18 mujeres.

 

En Timoteo 3:2 se dice que un Obispo de la Iglesia debe ser marido de una sola mujer. La interpretación de esta declaración se encuentra en la ley de Dios. Pueden volverse a casar, después de la muerte de su mujer o su divorcio. Las leyes del país deben ser observadas en relación con esta cuestión. De hecho, cuando observamos los ejemplos de Sara y Agar o de Raquel y de Lea, está claro que no siempre es una situación ideal (ver el estudio Raquel y la Ley [281]).

 

El hombre tiene también la orden de asegurar que la viuda de su hermano sea desposada y que tenga un hijo para continuar la herencia (ver el estudio El Pecado de Onán [162]).

 

La Monogamia

 

Aunque los escritos bíblicos suministrasen muchos ejemplos de matrimonios polígamos, la Biblia muestra también que la monogamia era la práctica general. La narración del Génesis muestra claramente que los matrimonios monógamos eran ideales (Génesis 2:24). Normalmente, había una razón específica para tener más mujeres, como la necesidad de dar un heredero, cuando la mujer era estéril o viuda antes de que el hijo hubiera sido concebido. La protección de las mujeres era igualmente una razón. El Nuevo Testamento muestra claramente que la monogamia era la regla general o, al menos, la práctica alentada en el ministerio.

 

Dios estableció a las familias para que sean la base sobre la cual se construya el estado.

 

Romanos 13:1-7 Toda alma se someta á las potestades superiores; porque no hay potestad sino de Dios; y las que son, de Dios son ordenadas.  Así que, el que se opone á la potestad, á la ordenación de Dios resiste: y los que resisten, ellos mismos ganan condenación para sí. Porque los magistrados no son para temor al que bien hace, sino al malo. ¿Quieres pues no temer la potestad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella;  Porque es ministro de Dios para tu bien. Mas si hicieres lo malo, teme: porque no en vano lleva el cuchillo; porque es ministro de Dios, vengador para castigo al que hace lo malo. Por lo cual es necesario que le estéis sujetos, no solamente por la ira, mas aun por la conciencia.  Porque por esto pagáis también los tributos; porque son ministros de Dios que sirven á esto mismo. Pagad á todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que pecho, pecho; al que temor, temor; al que honra, honra. (RV)

 

(Ver el estudio La Ley y el Sexto Mandamiento [259]).

 

Todos estamos sometidos a la autoridad. En nuestros días, muchas mujeres resienten el mandato bíblico de estar sometidas a sus maridos. Una comprensión apropiada del papel de la familia y del matrimonio debería disipar el resentimiento en la mujer Cristiana.

 

Dios ha creado a Adán (Gén. 2:7) y lo apuesto en el Jardín del Edén. Este último ha tenido la responsabilidad de dar nombres a todas las formas de vida creadas por Dios. Debía ocuparse de la tierra y obtener su alimentación a partir de ella. Dicho de otra manera, la humanidad ha tenido la autoridad sobre, y la posesión de, la tierra y sus ocupantes, incluso los pájaros y la vida marina. Esto no era un permiso para matar y destruir solamente porque pudimos, sino una exhortación para preservar, para cuidar y utilizar correctamente la tierra y todo lo que están en esa. Es una gran responsabilidad. Ésta debía ser ejercida según las leyes de Dios y la humanidad es responsable ante Dios de la manera que ésta responsabilidad es asumida. Adán recibió la enseñanza de estas leyes (ver el estudio La Doctrina del Pecado Original, Parte 1: El Jardín del Edén [246]).

 

Desde la tentación de Eva en el Jardín del Edén, Satán no ha cesado de socavar nuestra relación con Dios. En el transcurso de los siglos, hemos sido inundados por falsas religiones y falsos sistemas de gobierno.

 

Una de las mejores maneras de destruir una nación es destruir la familia. En el transcurso de los últimos decenios, el matrimonio ha sido atacado sistemáticamente. Ya no es un escándalo vivir juntos fuera del matrimonio. Ya no es un crimen participar de relaciones sexuales con personas del mismo sexo. Pablo lo ha definido como las doctrinas de los demonios que estarían en boga en los últimos días (ver el estudio Las Doctrinas de Demonios de los Últimos Días [048]).

 

Su finalidad es destruir la sociedad y así la visión, la esperanza y la seguridad de la generación siguiente. El ataque al concepto de procreación destruye también la visión y la esperanza. Si no hay procreación alguna, ¿tiene la vida alguna finalidad?

 

La relación entre la humanidad y Dios está destruida por una falsa educación con el resultado de tener ahora múltiples religiones. El libertinaje sexual daña no sólo las relaciones sino que también subvierte la salud física y espiritual de la nación y el bienestar de la generación siguiente.

 

Somos testigos de un aumento de la violencia en forma de argumentos domésticos que degeneran en violencia, causante de heridas corporales a las mujeres y a los niños. El divorcio, tasa que aumenta, es una forma de violencia hecha a ambos esposo y los niños.

 

La exposición a la violencia hecha por los medios de comunicación endurece nuestras conciencias. Nuestros hijos ya no miran con horror el asesinato. Lo ven en las noticias y en las películas y juegan a asesinar en los videojuegos. Esto es parte de un programa de reducción de la sensibilidad. La moralidad y la ética están socavadas.

 

Por todos los sitios, hay una reducción del concepto del carácter sagrado de la vida. En estos últimos años, se ha discutido con detalle la eutanasia, tanto como la clonación, particularmente para el recambio de partes del cuerpo. Anteriormente y durante largo tiempo, el sacrificio humano era común y se hace, probablemente, hasta hoy. Nuestros días de fiestas, particularmente los de los americanos, caen en los días de sacrificio humano de los sistemas paganos.

 

También constatamos una erosión de la ley. El crimen tiene ahora una relatividad y el pecado, una jerarquía. Ciertos crímenes son “más aceptables” que otros. La Biblia declara que quebrantar un mandamiento es quebrantar a todos ellos.

 

Vemos una aceptación de la perversión. Las leyes se han cambiado para legalizar varias perversiones. El matrimonio entre personas del mismo sexo es ahora legal. La adopción de niños en estas relaciones se ha convertido en una cosa permitida. Todo esto está concebido para destruir la familia. En efecto, hacen el matrimonio irrelevante y las relaciones de hecho se convierten en pasajeras.

 

La Institución del Matrimonio

 

El hombre no estaba destinado a estar solo. Debía tener una ayuda (Génesis 2:18).

 

Génesis 2:18-25 18 Después dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo: le haré ayuda idónea para él. 19 Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viera cómo las había de llamar; y el nombre que Adán dio a los seres vivientes, ese es su nombre. 20 Y puso Adán nombre a toda bestia, a toda ave de los cielos y a todo ganado del campo; pero no se halló ayuda idónea para él. 21 Entonces Jehová Dios hizo caer un sueño profundo sobre Adán y, mientras éste dormía, tomó una de sus costillas y cerró la carne en su lugar. 22 De la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. 23 Dijo entonces Adán: ¡Ésta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Será llamada "Mujer", porque del hombre fue tomada. 24 Por tanto dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán una sola carne. 25 Estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, pero no se avergonzaban. (RV)

 

Era el primer matrimonio y, de la misma manera que Dios era central en este matrimonio, es también central en todos los matrimonios.

 

El matrimonio es una unión espiritual de una carne. Cristo tenía mucho que decir a propósito del matrimonio y hizo una seria exhortación a los elegidos en cuanto al matrimonio y el divorcio (ver el estudio La Ley y el Séptimo Mandamiento [260]).

 

Mateo 19:1-12  1 Aconteció que cuando Jesús terminó estas palabras, se alejó de Galilea y fue a las regiones de Judea, al otro lado del Jordán. 2 Lo siguieron grandes multitudes, y los sanó allí. 3 Entonces se le acercaron los fariseos, tentándolo y diciéndole: ¿Está permitido al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?  4 Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, "hombre y mujer los hizo", 5 y dijo: "Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne"?  6 Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó no lo separe el hombre. 7 Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés darle carta de divorcio y repudiarla?  8 Él les dijo: Por la dureza de vuestro corazón, Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; pero al principio no fue así. 9 Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera. 10 Le dijeron sus discípulos: Si así es la condición del hombre con su mujer, no conviene casarse. 11 Entonces él les dijo: No todos son capaces de recibir esto, sino aquellos a quienes es dado. 12 Hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre, y hay eunucos que son hechos eunucos por los hombres, y hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba. (RV)

 

El Matrimonio es una Alianza con Dios

 

La persona bautizada tiene entonces una responsabilidad, la de casarse en la fe, es decir con una persona bautizada, para que se conviertan en una sola carne bajo Dios y a través de Cristo. Esta unión es una alianza con Dios y la promesa de ser fiel por la vida, conforme a la Ley de Dios.

 

La Procreación

 

El matrimonio no es simplemente un medio de procreación. Sin embargo, dada la orden de multiplicarse, la procreación es evidentemente una parte importante del matrimonio. La procreación fuera del matrimonio está tratada por las leyes que prohíben el adulterio y la fornicación (ver el estudio La Ley y el Séptimo Mandamiento [260]). El sexto mandamiento trata no solamente de la importancia de no matar, sino también, realmente, de la responsabilidad de mejorar la calidad de la vida. La vida de los hijos que han nacido fuera del matrimonio, puede, en numerosos casos, ser de una calidad menor. La calidad de la vida es también reducida para los hijos que son víctimas de un divorcio. No son solos los problemas económicos que deben afrontar los hijos de familias monoparentales que están en cuestión. Es la pérdida de personas amadas y de los modelos apropiados que realmente afecta sus vidas.

 

Cristo ha dicho, en Juan 4:16-18:

 

Juan 4:16-18 Jesús le dijo: Ve, llama a tu marido, y ven acá. Respondió la mujer, y dijo: No tengo marido. Le dijo Jesús: Bien has dicho, No tengo marido; Porque cinco maridos has tenido: y él que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad. (RV)

 

Cristo ve claramente una diferencia entre el matrimonio y las relaciones “de hecho”, que no reconoce como matrimonio.

 

El matrimonio parece ante todo ser una cuestión física. No habrá ningún matrimonio tras la segunda resurrección (Mateo 22:29-30). Sin embargo, debemos examinar el aspecto espiritual del matrimonio antes de examinar su aspecto físico, puesto que todas las cosas tienen un aspecto espiritual; nunca debemos perder de vista este hecho.

 

Israel está casado con Dios. La Iglesia está casada con el Mesías, el Yahovah-elohim del Antiguo Testamento. Todas las naciones deben ser parte de Israel, como futuro Templo de Dios, bajo su Sumo Sacerdote, el elohim de Israel (ver Salmo 45:6-7; Hebreos 1:8-9 y el estudio La Ley y el Séptimo Mandamiento [260]). Todos los adultos cuyo bautismo es válido (hecho después de la edad de 20 años) forman parte del cuerpo de Cristo. Como tales, son todos novios de Cristo (ver el estudio Trompetas [136], la Parte II La Cena de Matrimonio del Cordero).

 

Cristo no se casó en la tierra, puesto que ya estaba prometido con la Iglesia, es decir, aquellos que forman parte del cuerpo de Cristo. Tal como se indicó anteriormente, los esponsales son casi un matrimonio, por el hecho de que la promesa ha sido hecha. Es muy importante comprender esto, ya que nuestros matrimonios terrestres deben reflejar este estado celestial.

 

1Corintios 11:13 Juzgad vosotros mismos: ¿Es propio que la mujer ore a Dios sin cubrirse la cabeza? (RV)

 

La mujer es una representación de la iglesia y como tal debe dar buen ejemplo. Como una representación de Cristo, el hombre debe también actuar en consecuencia, y como Cristo, es responsable ante Dios. El hombre es, entonces, para Cristo y la mujer es para el hombre y todos son para Dios. Dios nos une a todos en conjunto, estando todo en todos por el Espíritu Santo.

 

Cristo, como el Jefe del Hombre

 

Cristo es el ejemplo que nos ha sido dado. Él nos ha proporcionado el “plan”. Como Ángel de Dios, nos ha dado un conjunto de leyes y de directrices según las cuales debemos vivir. Estas leyes aseguran nuestra salud física, nuestra alimentación, nuestro vestir, nuestro descanso, la prevención de, y nuestra reacción a, las enfermedades y también las relaciones entre nosotros. La Biblia cubre todos los aspectos de nuestras vidas y nos enseña cómo vivir dentro de la ley. En el momento en el que él era un humano, Cristo nos ha mostrado cómo vivir según estas leyes. Él ha muerto sin pecado. Él nos ha dado también ejemplo de que el maestro debe igualmente servir (Juan 13:12-15) y que no hay amor más grande que aquel que da su vida por sus hermanos (Juan 15:13). En todas las cosas, ha sido obediente a Dios. Éste es el punto crítico: la obediencia a Dios.

 

El Hombre como el Jefe de la Mujer

 

Efesios 5:24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. (RV)

 

La autoridad del marido sirve para mejorar a su mujer y a su familia y no para su propio engrandecimiento. Ella no es su esclava, sino su ayuda, su apoyo. Ver Proverbios 31 seguidamente. La mujer ejerce una gran autoridad en sí, en manejar su casa y a sus hijos. Ella es una representación de la iglesia y, por su ejemplo, enseña a su familia sus responsabilidades hacia Dios, la familia y la sociedad. Lean también el estudio Proverbios 31 [114].

 

Las decisiones del marido deben tomarse tras discusión con su mujer y con la búsqueda de su sabiduría y sus consejos. En una relación sana normal, cada decisión es habitualmente convenida entre ambos. Sin embargo, en los casos donde el acuerdo no es posible, el marido debe tomar la decisión final, mirando los mejores intereses de la familia en su conjunto. No se trata para la mujer de tener la sumisión de una esclava a un amo, sino sobre todo una sumisión voluntaria a la autoridad, en el amor.

 

Pablo nos ha dicho que las mujeres deben someterse a sus maridos, pero que los maridos deben amar a sus esposas. Amar a Dios significa servirle y adorarle a Él sólo. El amor del marido consiste en satisfacer las necesidades de su mujer y puede ser comparado al trabajo de redentor de Cristo por la iglesia

 

Efesios 5:21-33 21 Someteos unos a otros en el temor de Dios. 22 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor, 23 porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. 24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. 25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella, 26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, 27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviera mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa y sin mancha. 28 Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama, 29 pues nadie odió jamás a su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida, como también Cristo a la iglesia, 30 porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. 31 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y los dos serán una sola carne. 32 Grande es este misterio, pero yo me refiero a Cristo y a la iglesia. 33 Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido. (RV)

 

Los maridos deben darse cuenta que sus mujeres tienen necesidades especiales. Esto es particularmente el caso de cuando tienen los ciclos menstruales y están embarazadas. Las mujeres tienen sus labores habituales pero sus maridos deberían asegurarlas la paz espiritual y emocional durante estos periodos. El marido tiene la responsabilidad de ocuparse de la salud de su esposa (ver el estudio Purificación y Circuncisión [251]).

 

El marido tiene igualmente responsabilidades importantes con relación a todo voto pronunciado por su mujer.

 

Números 30:1-16 1 Habló Moisés a los príncipes de las tribus de los hijos de Israel y les dijo: Esto es lo que Jehová ha mandado: 2 Cuando alguien haga un voto a Jehová, o haga un juramento ligando su alma con alguna obligación, no quebrantará su palabra; hará conforme a todo lo que salió de su boca. 3 Pero cuando una mujer joven, que todavía vive en la casa de su padre, haga un voto a Jehová o asuma alguna obligación, 4 si su padre sabe de su voto o de la obligación con que ligó su alma, y su padre no dice nada, todos los votos de ella serán firmes, y toda obligación con que haya ligado su alma, firme será. 5 Pero si su padre se lo prohíbe el día en que se entera, ninguno de los votos y las obligaciones con que ella haya ligado su alma será firme. Y Jehová la perdonará, por cuanto su padre se lo prohibió. 6 Pero si es casada y hace votos, o pronuncia con sus labios cosa con que obligue su alma, 7 y al enterarse su marido no dice nada, los votos de ella serán firmes, y la obligación con que ligó su alma, firme será. 8 Pero si cuando su marido se entera, se lo prohíbe, entonces queda anulado el voto que ella hizo y el compromiso de sus labios con que ligó su alma. Y Jehová la perdonará. 9 Pero todo voto de viuda o repudiada con que ligue su alma será firme. 10 Si una mujer hace un voto en casa de su marido, y ha ligado su alma con alguna obligación bajo juramento, 11 y al enterarse su marido no dice nada ni se lo prohíbe, entonces todos sus votos serán firmes, y toda obligación con que haya ligado su alma, firme será. 12 Pero si su marido los anuló el día que se enteró, todo lo que salió de sus labios en cuanto a sus votos y en cuanto a la obligación de su alma, será nulo; su marido los anuló, y Jehová la perdonará. 13 Todo voto y todo juramento que obligue a afligir el alma, su marido lo confirmará, o su marido lo anulará. 14 Pero si su marido calla ante ello, día tras día, entonces confirmó todos sus votos y todas las obligaciones que pesan sobre ella; los confirmó, por cuanto calló ante ello el día que se enteró. 15 Pero si los anula después de haberse enterado, entonces él cargará con el pecado de ella. 16 Estas son las ordenanzas que Jehová mandó a Moisés entre el marido y su mujer, y entre el padre y la hija que, durante su juventud, todavía vive en casa de su padre. (RV)

 

El marido es responsable de la seguridad de su familia. Esto es una exigencia tanto física como espiritual. En 2Tesalonicenses 3:10, Pablo declara que toda persona que no trabaja ya no debería comer. En el caso del marido, su familia no come. Trabajar para la familia y para ayudar a la Iglesia a predicar el evangelio a todas las naciones es parte de esta exhortación. Lo uno para atender las necesidades físicas de la familia y lo otro para abastecer la alimentación espiritual tanto de la familia como de la nación a que también tenemos una responsabilidad.

 

1Timoteo 5:8  Y si alguno no tiene cuidado de los suyos, y mayormente de los de su casa, la fe negó, y es peor que un infiel. (RV)

 

Un hombre debe también desarrollar su relación con su esposa, cuando son recién casados. Es un tiempo para aprender a vivir juntos en el amor y la armonía.

 

Deuteronomio 24:5  Cuando tomare alguno mujer nueva, no saldrá a la guerra, ni en ninguna cosa se le ocupará; libre estará en su casa por un año, para alegrar a su mujer que tomó. (RV)

 

Cuando la autoridad bíblica se aniquila y las bases de la ley de Dios se suprimen, el resultado es entonces aquel que tenemos hoy en día. Los matrimonios atraviesan malos momentos, las relaciones se pulverizan, a los hijos los gana un padre o el otro y los abuelos pierden a sus nietos. El divorcio desgarra a la familia, como los son las naciones por la extensión de este mismo desvío deliberado de las leyes de Dios. El resultado es la guerra, ya sea en una familia, en una sociedad o extendida a las naciones.

 

La Biblia nos enseña que un matrimonio contraído conforme a las leyes de Dios es la base para unas relaciones sanas y unos hijos felices y con salud, que se desarrollarán en su edad adulta en un ambiente seguro y que a la vuelta serán capaces de enseñar a sus propios hijos la manera buena de vivir, conforme a las leyes de Dios.

 

Desgraciadamente, la autoridad no se asume toda fielmente ante Dios. Por eso no hay ninguna sociedad que viva actualmente bajo el sistema ideal tal como establecido para nosotros. Aquellos que entre nosotros intentan establecer las leyes de Dios en sus propias vidas han sido perseguidos durante miles de años y lo continuaran hasta la venida de Cristo. Que esto no os haga parar.

 

Para que un matrimonio se establezca sobre una fundación firme, consecuentemente, debe basarse sobre un entendimiento con profundidad de las leyes de Dios. El marido debería estudiar con su mujer. Idealmente, el hombre debe ser maduro y estable, capaz de mantener económicamente, emocionalmente y espiritualmente a su mujer. Debe ser capaz de desarrollar y mantenerle el respeto a su mujer y de tener la capacidad de amarla. Dios detesta el divorcio; es un acto de violencia hacia su mujer y los hijos que puedan tener.

 

El adulterio es la única razón para el divorcio. Es una violación del séptimo mandamiento. El respeto que una persona tiene por la otra se destruye completamente mediante la mentira, el robo, el falso testimonio y la codicia de la esposa de otro o de su propiedad o de otros bienes. El marido que maltrata a su mujer no la ama como debería. Debe amarla como su propio cuerpo. Únicamente un hombre malvado se golpea a sí mismo; por tanto no hay lugar en el matrimonio para tal abuso hacia la familia.

 

Las Responsabilidades de la Esposa

 

1Corintios 11:11-12 Mas ni el varón sin la mujer, ni la mujer sin el varón, en el Señor. Porque como la mujer es del varón, así también el varón es por la mujer: empero todo de Dios. (RV)

 

La mujer es la ayuda del hombre, su contraparte, su imagen. Ya que idealmente deberían tener similitudes culturales, es más importante que haya acuerdo en la creencia religiosa. Cuando hay una diferencia de creencias, uno puede llevar al otro a la idolatría. La idolatría se parece al adulterio.

 

El papel de la mujer está descrito en Proverbios 31.

 

Proverbios 31:10-31 10 Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Su valor sobrepasa largamente al de las piedras preciosas. 11 El corazón de su marido confía en ella y no carecerá de ganancias. 12 De ella recibe el bien y no el mal todos los días de su vida. 13 Ella busca la lana y el lino, y trabaja gustosamente con sus manos. 14 Es como la nave del mercader, que trae su pan desde lejos. 15 Siendo aún de noche, se levanta para dar la comida a su familia y la ración a sus criadas. 16 Considera la heredad y la compra, y con sus propias manos planta una viña. 17 Se ciñe firmemente la cintura y esfuerza sus brazos. 18 Ve que van bien sus negocios; su lámpara no se apaga de noche. 19 Aplica sus manos a la rueca y sus dedos manejan el huso. 20 Alarga su mano al pobre; extiende sus manos al menesteroso. 21 No teme por su familia cuando nieva, porque toda su familia va vestida de ropas abrigadas. 22 Ella se teje los tapices, y de lino fino y de púrpura es su vestido. 23 Su marido es conocido en las puertas de la ciudad, cuando se sienta con los ancianos del país. 24 Teje telas y las vende, y provee de cintas al mercader. 25 Fuerza y honor son su vestidura, y se ríe de lo por venir. 26 Abre su boca con sabiduría y la ley de la clemencia está en su lengua. 27 Considera la marcha de su casa y no come el pan de balde. 28 Sus hijos se levantan y la llaman bienaventurada, y su marido también la alaba: 29 "¡Muchas mujeres han hecho el bien, pero tú las sobrepasas a todas!" 30 Engañosa es la gracia y vana la hermosura, pero la mujer que teme a Jehová, esa será alabada. 31 ¡Ofrecedle del fruto de sus manos, y que en las puertas de la ciudad la alaben sus hechos! (RV)

 

Ella tiene la confianza de su marido, maneja su casa y puede comprar y vender y manejar un negocio. Se preocupa de las necesidades de su familia, del pobre y del indigente. Ella es sabia y amable. Nunca vaga. Sus hijos y su marido la alaban. Las mujeres tienen una gran responsabilidad. Recuerden que la mujer representa también a la iglesia. Colectivamente, puede hacer todas estas cosas si es obediente a Dios. Individualmente, la mujer aspira a este ideal y, con la ayuda de Dios y de su marido, lo llevará a cabo (ver también el estudio Proverbios 31 [114]).

 

Las mujeres no deben esperar tener prioridad sobre el trabajo de sus maridos. Él debe proveer para su familia y minar su posición en el trabajo o su orgullo en su trabajo, equivale a socavar al hombre por sí mismo. Uno de los papeles de la mujer es él de ensalzar y animar a su marido. Con su estímulo, él puede “sentarse a las portillas”. Esto significa que él puede asumir una responsabilidad en la comunidad y ser parte de los procesos de decisión, como miembro respetado de su comunidad.

 

La mujer debe apoyar a su marido en todas las cosas. Una vez que una decisión ha sido tomada, es responsabilidad de los dos llevarla a cabo. Si no hay unidad entre los padres, los hijos sufrirán. Habrá contradicciones en su educación y formación.

 

La lealtad de una esposa es muy importante. De hecho, la carencia de lealtad avecina el adulterio. Ha habido varias ocasiones en las que una mujer ha permitido al ministerio de influenciarla hasta el punto que ha antepuesto sus opiniones a las de su marido. Estos sacerdotes y estos ministros deliberadamente han alentado una relación supuesta adúltera. Esto llega cuando los consejos que se demandan a la iglesia son proporcionados solamente a la persona que los demanda. Todos los consejos en relación con el matrimonio deben ser dados a los dos, de otra manera, el problema no será probablemente solucionado.

 

Las mujeres más ancianas deberían ayudar y animar a las mujeres más jóvenes recién casadas.

 

Tito 2:3-5   3 Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte. Que no sean calumniadoras ni esclavas del vino, sino maestras del bien. 4 Que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, 5 a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada. (RV)

 

Uno de los papeles más importantes de la mujer es la maternidad. Criar a los hijos constituye la tarea más importante que hay. Son el porvenir de las naciones. Si los padres no crían a sus hijos para que sean ciudadanos responsables que comprenden las leyes de Dios y son capaces de vivir en la obediencia de éstas, entonces han fallado. No podemos hacernos responsables de las decisiones que hacen como adultos, pero debemos hacernos responsables de enseñarles las Leyes de Dios y de darles así la ocasión de tomar buenas decisiones, viviendo las vidas de una manera pía.

 

Esta responsabilidad es también la del sistema de educación. No se le enseñan las leyes de Dios, porque los maestros mismos no entienden las leyes de Dios. ¿Guardan el Sábado? ¿Les enseñan los Días Santos y las Fiestas de Dios? ¿O enseñan más bien los dioses paganos de los cumpleaños, la Navidad, la Semana Santa, el Halloween (Víspera de Todos los Santos) y otros días paganos? (Ver los estudios La Cruz - Sus Orígenes y Su Significación [039], Los Orígenes de la Navidad e de las Pascuas Floridas [235], La Piñata [276], Los Cumpleaños [287] y Los Días de Sacrificio Humano). No les ofrecemos a nuestros hijos la oportunidad que se merecen. Debemos asegurar que nuestros hijos conozcan los mandamientos de Dios.

 

La Responsabilidad hacia los Hijos

 

Deuteronomio 5:16 Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da. (RV)

 

El quinto mandamiento es muy importante. No se dirige simplemente a los hijos jóvenes en su relación con sus padres. Se dirige también a los adultos en su relación con sus padres ancianos y las personas ancianas de la sociedad. Se dirige a todos nosotros en nuestra relación con nuestro Padre celestial y la Iglesia.

 

Como hemos dicho anteriormente, los padres deben enseñar las leyes de Dios a sus hijos. Deben ser constantes en esta enseñanza. Los padres deben examinar su propio comportamiento para que sus hijos desarrollen el respeto y el honor hacia sus padres. Los hijos son muy rápidos a la hora de ver los estándares dobles y la hipocresía. No podemos esperar a que nuestros hijos hagan aquello que hemos pedido que hagan, a menos que vivamos también con los mismos estándares.

 

Proverbios 4:1-27  1 Escuchad, hijos, la enseñanza de un padre; estad atentos, para adquirir cordura. 2 Yo os doy buena enseñanza; por eso, no descuidéis mi instrucción. 3 Yo también fui un hijo para mi padre, delicado y único a los ojos de mi madre. 4 Él me enseñaba, diciendo: "Retén mis razones en tu corazón, guarda mis mandamientos y vivirás". 5 Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia, no te olvides de ella ni te apartes de las razones de mi boca; 6 No la abandones, y ella te guardará; Ámala, y te protegerá. 7 Sabiduría ante todo, ¡adquiere sabiduría! Sobre todo lo que posees,¡adquiere inteligencia! 8 Engrandécela, y ella te engrandecerá; te honrará, si tú la abrazas. 9 Un adorno de gracia pondrá en tu cabeza; una corona de belleza te entregará. 10 Escucha, hijo mío, recibe mis razones y se te multiplicarán los años de tu vida. 11 Por el camino de la sabiduría te he encaminado, por veredas derechas te he hecho andar. 12 Cuando andes, no se acortarán tus pasos; si corres, no tropezarás. 13 Aférrate a la instrucción, no la dejes; guárdala, porque ella es tu vida. 14 No entres en la vereda de los impíos  ni vayas por el camino de los malos. 15 Déjala, no pases por ella; apártate de ella, pasa de largo. 16 Pues ellos no duermen si no hacen el mal; pierden el sueño si no hacen caer a alguno. 17 Porque su comida es pan de maldad, y su bebida, vino de violencia. 18 La senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto; 19 pero el camino de los malvados es como la oscuridad, y no saben en qué tropiezan. 20 Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones. 21 Que no se aparten de tus ojos; guárdalas en lo profundo de tu corazón, 22 porque son vida para los que las hallan y medicina para todo su cuerpo. 23 Sobre toda cosa que guardes, guarda tu corazón, porque de él mana la vida. 24 Aparta de ti la perversidad de la boca, aleja de ti la iniquidad de los labios. 25 Que tus ojos miren lo recto y que tus párpados se abran a lo que tienes delante.  26 Examina la senda que siguen tus pies y sean rectos todos tus caminos.  27 No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; aparta tu pie del mal. (RV)

 

Los proverbios están llenos de sabios consejos, no solamente para los jóvenes sino también para los viejos.

 

Es importante enseñar a los hijos el significado del matrimonio en el contexto de la Alianza con Dios. Antes de ser adultos, son santificados por sus padres, mas a la edad de 20 años, se hacen responsables de su propia relación con Dios y de su potencial de convertirse en novios de Cristo. Los padres los deben equipar para hacer esto.

 

Negar a los hijos el conocimiento de Dios y de Sus leyes, es negarles la oportunidad de estar en la Primera Resurrección. Mientras que Dios pueda e intervenga según Su voluntad, sigue siendo nuestra responsabilidad de criar a nuestros hijos correctamente.

 

Los hijos que son educados por padres en desacuerdo o desobediencia a Dios o por padres divorciados no desarrollarán una buena comprensión. Los hijos que crecen en familias monoparentales pierden el papel dual del padre y de la madre y es aquí donde la Iglesia debería ayudar. Los miembros pueden ser modelos para los hijos de familias monoparentales y ofrecerles hospitalidad y amistad. La iglesia puede ofrecer actividades sociales para animar al desarrollo de amistades entre los jóvenes. Los hijos deberían ser animados a invitar a sus amigos a casa.

 

El Matrimonio con un Cónyuge no convertido

 

Muchos matrimonios tienen lugar antes de la llamada y a menudo ocurre que un cónyuge sea llamado y no el otro. Esto puede causar muchos problemas en un matrimonio. Aquel que es llamado debe ser muy paciente y estar preocupado. El cónyuge que no es llamado puede no comprender la necesidad de poner a Dios ante todas las cosas. Se siente a veces desplazado en el cariño de su cónyuge. El marido puede dar a la iglesia el dinero que la mujer estime más necesario para la familia. Las mujeres dejan a sus maridos y a sus hijos en casa cuando es necesario de asistir a las fiestas y los días santos. Ellas no toman solamente algunas horas para ir a la iglesia pero dos veces al año toman una semana o más. ¿Cómo puede comprender esto su cónyuge? Nuevos problemas pueden surgir a propósito de la instrucción religiosa dada a los hijos.

 

Pablo dice, en 1Corintios 7:12-16:

 

1Corintios 7:12-16 12 A los demás yo digo, no el Señor, que si algún hermano tiene una mujer que no es creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone. 13 Y si una mujer tiene marido que no es creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone, 14 porque el marido no creyente es santificado por la mujer; y la mujer no creyente, por el marido. De otra manera vuestros hijos serían impuros, mientras que ahora son santos. 15 Pero si el no creyente se separa, sepárese, pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a vivir en paz nos llamó Dios. 16 ¿Qué sabes tú, mujer, si quizá harás salvo a tu marido? ¿O qué sabes tú, marido, si quizá harás salva a tu mujer? (RV)

 

Aunque Pablo admite que esto no viene del espíritu, es sin embargo un consejo acertado.

 

El Divorcio

 

Marcos 10:2-12 Y llegándose los Fariseos, le preguntaron, para tentarle, si era lícito al marido repudiar a su mujer. Mas él respondiendo, les dijo: ¿Qué os mandó Moisés? Y ellos dijeron: Moisés permitió escribir carta de divorcio, y repudiar. Y respondiendo Jesús, les dijo: Por la dureza de vuestro corazón os escribió este mandamiento; Pero al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se juntará a su mujer. Y los que eran dos, serán hechos una carne: así que no son más dos, sino una carne. Pues lo que Dios juntó, no lo aparte el hombre. Y en casa volvieron los discípulos á preguntarle de lo mismo. Y les dice: Cualquiera que repudiare a su mujer, y se casare con otra, comete adulterio contra ella: Y si la mujer repudiare a su marido y se casare con otro, comete adulterio. (RV)

 

Cristo explica aquí la ley concerniente al divorcio. En 1Corintios 7:10-11, Pablo dice:

 

1Corintios 7:10-11 Mas a los que están juntos en matrimonio, denuncio, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se aparte del marido; Y si se apartare, que se quede sin casar, ó reconcíliese con su marido; y que el marido no despida a su mujer. (RV)

 

El divorcio es una forma de violencia. La Biblia dice que el adulterio es la única razón para el divorcio. El adulterio espiritual es idolatría. En nuestra relación con Dios, el divorcio significa la muerte. En nuestra relación con otro, conlleva la destrucción de nuestras vidas y de la vida de nuestros hijos. Los hijos pueden de esta manera ser descosidos de un ser querido, siendo separados del padre o de la madre, de los abuelos o de otros parientes. Se culpan con frecuencia.

 

Es un mandamiento de Dios que ni el hombre ni la mujer se divorcien de su cónyuge sólo porque éste no piense como él o ella. La familia está santificada en el matrimonio y el creyente no sabrá nunca cómo o si su ejemplo (de ser creyente) tiene efectos sobre los otros miembros de la familia. Sin embargo, si el cónyuge no convertido quiere partir, entonces, se le está permitido.

 

Sin embargo, cuando hay un abuso de un cónyuge o de los hijos, no hay ninguna necesidad de vivir en esta situación. El cónyuge abusivo no está actuando dentro de sus responsabilidades y, si la ayuda psicológica no resuelve el asunto, por tanto, debemos tener en cuenta la seguridad y el bienestar de la familia. Entonces, es permitido marcharse.

 

Segundas Nupcias

 

Romanos 7:2-3 2 La mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras este vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley que la unía a su marido. 3 Así que, si en vida del marido se une a otro hombre, será llamada adúltera; pero si su marido muere, es libre de esa ley, de tal manera que si se une a otro marido, no será adúltera. (RV)

 

Si un hombre se divorcia de su mujer, no debería casarse otra vez. Si ella se arrepiente, debería tomarla y volverse a casar con ella.

 

En el caso donde el matrimonio consiste en una pareja desigual, esto es, que uno de los cónyuges no ha sido llamado y ha optado romper la unión del matrimonio y divorciarse, el otro es libre de volverse a casar.

 

El Celibato

 

El matrimonio es la relación ideal entre el hombre y la mujer. El hombre no ha sido destinado a vivir solo. Sin embargo, hay muchas situaciones donde esto no es posible. No es pecado alguno el no estar casado.

 

Mateo 19:12  Porque hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre; y hay eunucos, que son hechos eunucos por los hombres; y hay eunucos que se hicieron a sí mismos eunucos por causa del reino de los cielos; él que pueda ser capaz de eso, séalo. (RV)

 

Sin embargo, es un pecado impedir el matrimonio.

 

1Timoteo 4:1-3 1 Pero el Espíritu dice claramente que, en los últimos tiempos, algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios, 2 de hipócritas y mentirosos, cuya conciencia está cauterizada. 3 Estos prohibirán casarse y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participaran de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad. (RV)

 

Pablo nos ha facilitado varios consejos sobre este tema.

 

1Corintios 7:27-40 27 ¿Estás ligado a mujer? No trates de soltarte. ¿Estás libre de mujer? No trates de casarte. 28 Ahora bien, si te casas, no pecas; y si la doncella se casa, no peca; pero los que se casan tendrán aflicción de la carne, y yo os la quisiera evitar. 29 Pero esto digo, hermanos: que el tiempo es corto. Resta, pues, que los que tienen esposa sean como si no la tuvieran; 30 los que lloran, como si no lloraran; los que se alegran, como si no se alegraran; los que compran, como si no poseyeran, 31 y los que disfrutan de este mundo, como si no lo disfrutaran, porque la apariencia de este mundo es pasajera. 32 Quisiera, pues, que estuvierais sin congoja. El soltero se preocupa por las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor; 33 pero el casado se preocupa por las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer. 34 Hay asimismo diferencia entre la casada y la doncella. La doncella se preocupa por las cosas del Señor, para ser santa tanto en cuerpo como en espíritu; pero la casada se preocupa por las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido. 35 Esto lo digo para vuestro provecho; no para tenderos lazo, sino para lo honesto y decente, y para que sin impedimento os acerquéis al Señor. 36 Pero si alguno piensa que es impropio que a su hija virgen se le pase la edad, y que es necesario casarla, haga lo que quiera, no peca: que se case. 37 Pero el que está firme en su corazón, sin tener compromiso que lo obligue, sino que, dueño de su propia voluntad, ha resuelto en su corazón guardar virgen a su hija, bien hace. 38 De manera que el que la da en casamiento hace bien, pero el que no la da en casamiento hace mejor. 39 La mujer casada está ligada a su marido por la ley mientras él vive; pero si su marido muere, queda libre para casarse con quien quiera, con tal que sea en el Señor. 40 Pero, a mi juicio, más dichosa será si se queda así; y pienso que también yo tengo el Espíritu de Dios. (RV)

 

Estas Escrituras se han entendido muy mal. La opinión de Pablo es que uno debería quedarse en el estado en él que está, esto es, si está casado, se queda uno casado, si está soltero, se queda uno soltero. No hay pecado alguno en esto. Este comentario no debería ser interpretado como que él era en contra del matrimonio o de las mujeres. En aquel momento, él creía que la venida de Cristo era inminente y ha basado esta opinión en esta suposición. Ha continuado dando consejos provechosos sobre el matrimonio. Poniendo las necesidades del otro en primer lugar, una pareja hará unidad y esto les permitirá convertirse en una sola carne.

 

Las Relaciones Prohibidas

 

Hay mandatos que impiden los matrimonios inapropiados.

 

Levítico 18:1-30 1 Habló Jehová a Moisés y le dijo: 2 Habla a los hijos de Israel y diles: Yo soy Jehová, vuestro Dios. 3 No haréis como hacen en la tierra de Egipto, en la cual habitasteis. No haréis como hacen en la tierra de Canaán, a la cual yo os conduzco, ni andaréis en sus estatutos. 4 Mis ordenanzas pondréis por obra, y mis estatutos guardaréis, andando en ellos. Yo, Jehová, vuestro Dios. 5 Por tanto, guardaréis mis estatutos y mis ordenanzas, porque el hombre que los cumpla, gracias a ellos vivirá. Yo, Jehová. 6 Ningún hombre se llegue a parienta próxima alguna para descubrir su desnudez. Yo, Jehová. 7 La desnudez de tu padre, o la desnudez de tu madre, no descubrirás; tu madre es, no descubrirás su desnudez. 8 La desnudez de la mujer de tu padre no descubrirás; es la desnudez de tu padre. 9 No descubrirás la desnudez de tu hermana, hija de tu padre o hija de tu madre, nacida en casa o nacida fuera. 10 La desnudez de la hija de tu hijo, o de la hija de tu hija, su desnudez no descubrirás, pues es tu propia desnudez. 11 No descubrirás la desnudez de la hija de la mujer de tu padre, engendrada de tu padre, que es tu hermana. 12 La desnudez de la hermana de tu padre no descubrirás; es parienta de tu padre. 13 La desnudez de la hermana de tu madre no descubrirás, porque parienta de tu madre es. 14 La desnudez del hermano de tu padre no descubrirás; no te acercarás a su mujer; es mujer del hermano de tu padre. 15 La desnudez de tu nuera no descubrirás; mujer es de tu hijo: no descubrirás su desnudez. 16 La desnudez de la mujer de tu hermano no descubrirás: es la desnudez de tu hermano. 17 La desnudez de la mujer y de su hija no descubrirás, ni tomarás la hija de su hijo, ni la hija de su hija para descubrir su desnudez; son parientas, es maldad. 18 No tomarás una mujer juntamente con su hermana, haciéndola su rival y descubriendo su desnudez mientras la primera viva. 19 Tampoco te acercarás a la mujer para descubrir su desnudez mientras esté con su impureza menstrual. 20 Además, no tendrás acto carnal con la mujer de tu prójimo, contaminándote con ella. 21 No darás un hijo tuyo para ofrecerlo por fuego a Moloc; no profanarás así el nombre de tu Dios. Yo, Jehová. 22 No te acostarás con varón como con mujer; es abominación. 23 Con ningún animal tendrás ayuntamiento, haciéndote impuro con él, ni mujer alguna se pondrá delante de animal para ayuntarse con él; es perversión. 24 En ninguna de estas cosas os haréis impuros, pues en todas estas cosas se han corrompido las naciones que yo expulso de delante de vosotros, 25 y también la tierra fue contaminada. Pero yo visité su maldad, y la tierra vomitó a sus habitantes. 26 Guardad, pues, vosotros mis estatutos y mis ordenanzas, y no hagáis ninguna de estas abominaciones, ni el natural ni el extranjero que habita entre vosotros  27 (porque todas estas abominaciones hicieron los hombres de aquella tierra que fueron antes de vosotros, y la tierra fue contaminada), 28 no sea que la tierra os vomite por haberla contaminado, como vomitó a la nación que la habitó antes que vosotros. 29 Cualquiera que haga alguna de todas estas abominaciones, las personas que las hagan, serán eliminadas de su pueblo. 30 Guardad, pues, mi ordenanza, y no sigáis ninguna de estas costumbres abominables que practicaron antes de vosotros, para que no os contaminéis en ellas. Yo, Jehová, vuestro Dios. (RV)

 

Hay otras limitaciones en el matrimonio. El sacerdote puede tener únicamente una mujer. Ésta es, sin duda, la condición ideal de los elegidos. Levítico 21:7-15 dice que el sacerdote con puede esposar a una prostituta o una mujer divorciada. Como elegidos, debemos ver las implicaciones y aplicar estos mandatos a nosotros mismos, ya que debemos ser reyes y sacerdotes.

 

Las relaciones contra natura están también prohibidas.

 

Levítico 20:13  Si alguien se acuesta con otro hombre como se hace con una mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos: sobre ellos caerá su sangre. (RV)

 

Romanos 1:18-32  18 La ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad, 19 porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó: 20 Lo invisible de él, su eterno poder y su deidad, se hace claramente visible desde la creación del mundo y se puede discernir por medio de las cosas hechas. Por lo tanto, no tienen excusa, 21 ya que, habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias. Al contrario, se envanecieron en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido. 22 Pretendiendo ser sabios, se hicieron necios, 23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por imágenes de hombres corruptibles, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.  24 Por lo cual, también los entregó Dios a la inmundicia, en los apetitos de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, 25 ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. 26 Por eso Dios los entregó a pasiones vergonzosas, pues aun sus mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que van contra la naturaleza. 27 Del mismo modo también los hombres, dejando la relación natural con la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. 28 Como ellos no quisieron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente depravada, para hacer cosas que no deben. 29 Están atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y perversidades. 30 Son murmuradores, calumniadores, enemigos de Dios, injuriosos, soberbios, vanidosos, inventores de males, desobedientes a los padres, 31 necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia. 32 Esos, aunque conocen el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no solo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican. (RV)

 

El versículo 26 muestra que esto se aplica también a las relaciones lesbianas.

 

Las Relaciones con el uno y el otro

 

Los demonios intentan minar el concepto del matrimonio para impedir a las naciones guardar la ley.

 

1Timoteo 4:1-3  1 Pero el Espíritu dice claramente que, en los últimos tiempos, algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios, 2 de hipócritas y mentirosos, cuya conciencia está cauterizada. 3 Estos prohibirán casarse y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participaran de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad. (RV)

 

Todos tenemos la responsabilidad de comportarnos con todos como si ellos fueran de nuestra familia.

 

1Timoteo 5:1-16 1 No reprendas al anciano, sino exhórtalo como a padre; a los más jóvenes, como a hermanos; 2 a las ancianas, como a madres; a las jovencitas, como a hermanas, con toda pureza. 3 Honra a las viudas que en verdad lo son. 4 Pero si alguna viuda tiene hijos o nietos, aprendan estos primero a ser piadosos para con su propia familia y a recompensar a sus padres, porque esto es lo bueno y agradable delante de Dios. 5 Pero la que en verdad es viuda y ha quedado sola, espera en Dios y es diligente en súplicas y oraciones noche y día. 6 Pero la que se entrega a los placeres, viviendo está muerta. 7 Manda también esto, para que sean irreprochables, 8 porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo. 9 Sea puesta en la lista solo la viuda no menor de sesenta años, que haya sido esposa de un solo marido, 10 que tenga testimonio de buenas obras: si ha criado hijos, si ha practicado la hospitalidad, si ha lavado los pies de los santos, si ha socorrido a los afligidos, si ha practicado toda buena obra. 11 Pero viudas más jóvenes no admitas, porque cuando, impulsadas por sus deseos, se rebelan contra Cristo, quieren casarse, 12 incurriendo así en condenación por haber quebrantado su primera fe. 13 Y también aprenden a ser ociosas, andando de casa en casa; y no solamente ociosas, sino también chismosas y entrometidas, hablando lo que no debieran. 14 Quiero, pues, que las viudas jóvenes se casen, críen hijos, gobiernen su casa; que no den al adversario ninguna ocasión de maledicencia, 15 porque ya algunas se han apartado en pos de Satanás. 16 Si algún creyente o alguna creyente tiene viudas, que las mantenga, y no sea gravada la iglesia, a fin de que haya lo suficiente para las que en verdad son viudas.. (RV)

 

El matrimonio es central para la sociedad. Si aprendemos a tener una relación con nuestro cónyuge y a instruir a nuestros hijos correctamente, como expresa la Biblia, nosotros, como parte de la sociedad, desarrollaremos primero un grupo, luego una nación, y finalmente un mundo que reflejará la enseñanza de Cristo. El Cristianismo tomará su verdadero significado y habrá un solo Señor y una sola fe.

 

Efesios 4:4-6  4 un solo cuerpo y un solo Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; 5 un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, 6 un solo Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos y por todos y en todos. (RV)

 

 

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