Iglesias Cristianas de Dios

 

[CB17] 

 

 

 

 

 

 

 

Los Diez Mandamientos [CB17]

(Edición 1.0 20020214-20020214)

 

 

Cristo, como el Ángel del Pacto, le dio la ley a Moisés en el Sinaí. Él dijo que la ley nunca pasaría. Los Diez Mandamientos representan y nos muestran el espíritu y el propósito de la Ley de Dios.

 

 

 

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(Derechos de propiedad literaria ã 2002 Betty Johnson y Wade Cox)

Tr. 2005 Rev. por François Sylvain

 

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Los Diez Mandamientos [CB17] 

 


Cuando vemos que un semáforo está en rojo, ¿qué es lo que hacemos? Paramos. ¿Por qué? Pues porque es la ley. ¿Para qué sirve esa ley? Pues para salvar vidas.

 

Todos los padres tienen leyes para sus hijos, ¿no es verdad? Todos conocemos las leyes que nuestros padres tienen para nosotros, a pesar que algunas veces nos olvidemos de ellas.  ¿Por qué ellos nos ponen esas leyes?  Porque quieren que sus hijos estén a salvo. Las leyes son para nuestra protección.  Es por eso exactamente que nuestro amadísimo Padre del cielo nos ha dado leyes, para nuestra protección. Dios nos dio sus Diez Mandamientos por la misma razón que nuestros padres nos dan sus reglas para obedecer, porque Él nos ama y quiere protegernos y librarnos de hacer daño a otros y a nosotros mismos.

 

Antes que Dios diera los mandamientos, Él le dijo a Israel en Éxodo 19, versículo 5:

 

Éxodo 19:5  Ahora, pues, si dais oído a mi voz y guardáis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra. (RV)

 

Vemos en Éxodo 34:28 que Dios se refirió a los Diez Mandamientos como a las “palabras del pacto”.

 

Éxodo 34:28 Moisés estuvo allí con Jehová cuarenta días y cuarenta noches; no comió pan ni bebió agua. Y escribió en tablas las palabras del pacto, los diez mandamientos. (RV)

 

Si es que nosotros, hoy en día, Le obedeciéramos por completo y guardásemos Su pacto, Él nos bendeciría y nos protegería tal y como Él prometió hacerlo en ese entonces.

 

A pesar de que Dios dio muchas leyes, juicios y estatutos en la Biblia, los Diez Mandamientos son el corazón de todos ellos ya que demuestran amor, primero a Dios, y luego a nuestros semejantes. Son tan importantes para Dios que Él no sólo habló sobre ellos a la gente, sino que Él los escribió con Su propio dedo (Éxodo 31:18), no sólo una sino dos veces. Si es que son tan importantes para Dios, por lo tanto deberán ser importantes para nosotros también.

 

¿Cuántos de nosotros podemos recitar los Diez Mandamientos? No podemos seguir el mandato de Dios de obedecer sus leyes si no las conocemos.

 

Leeremos ahora cada uno de los mandamientos y veremos qué es lo que Dios le manda a toda la gente, en todos los lugares, a través de todas las eras, jóvenes y mayores, de la misma forma, que haga.

 

Luego, los discutiremos y veremos cómo se aplican en nuestras vidas. Ellos se encuentran en Éxodo 20 y Deuteronomio 5.

 

Éxodo 20:1-17 1 Habló Dios todas estas palabras:

 

2 Yo soy Jehová, tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.

 

3 No tendrás dioses ajenos delante de mí.

 

4 No te harás imagen ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.

 

5 No te inclinarás a ellas ni las honrarás, porque yo soy Jehová, tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,

 

6 y hago misericordia por millares a los que me aman y guardan mis mandamientos.

 

7 No tomarás el nombre de Jehová, tu Dios, en vano, porque no dará por inocente Jehová al que tome su nombre en vano.

 

8 Acuérdate del sábado para santificarlo.

 

9 Seis días trabajarás y harás toda tu obra,

 

10 pero el séptimo día es de reposo para Jehová, tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni el extranjero que está dentro de tus puertas,

 

11 porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el sábado y lo santificó.

 

12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová, tu Dios, te da.

 

13 No matarás.

 

14 No cometerás adulterio.

 

15 No hurtarás.

 

16 No dirás contra tu prójimo falso testimonio.

 

17 No codiciarás la casa de tu prójimo: no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.

 

Miremos a cada uno individualmente y notemos lo que Dios nos está diciendo.

 

I. "Yo soy Jehová, tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.  No tendrás dioses ajenos delante de mí".

 

Los israelitas habían sido esclavos en Egipto por más de 400 años. Habían vivido entre los egipcios y los egipcios tenían muchos dioses. Tenían dioses para cada diferente aspecto de la vida, para su ganado, para el clima, para sus sembríos, etc. Cuando los israelitas fueron a Egipto, tenían un solo Dios, pero cayeron dentro del sistema de adoración de Egipto y adoraron de la forma que los egipcios lo hacían. Dios los rescató de esa ignorancia y de ese pecado. Sin (pecado en inglés) era también el nombre del dios Luna, a quien lo convirtieron en un ídolo con la figura del Becerro de Oro. Dios les dijo que no tengan ningún otro dios ya que Él había hecho Su alianza con Abraham, su ancestro, de que ellos sólo adorarían a Dios y a nadie más.

 

Nuestro dios es quien y lo que ponemos primero en nuestras vidas. Dios nos dice de estar seguros de ponerlo a Él primero, y de preocuparnos más sobre lo que Él nos dice que en lo que cualquier otro nos diga. Él nos dice en muchos pasajes de la Biblia que si Lo amamos, guardaremos Sus mandamientos. Lo que Sus mandamientos hacen por nosotros es librarnos de los problemas.

 

Dios llamó a Abraham Su “amigo” (2 Crónicas 20:7, Isaías 41:8, Juan 2:23) y Dios llamó a David “un varón conforme a Mi corazón” (Hechos 13:22). Ellos fueron ejemplo de personas que sí obedecieron a Dios, y Dios los alabó por eso. Cuando ellos desobedecieron a Dios, fueron castigados. Sería buena idea leer sobre las vidas de David y Abraham para ver qué pasó cuando ellos obedecieron a Dios en contraposición a lo que les pasó cuando Le desobedecieron.

 

Es importante que nos demos cuenta que no siempre nos metemos en problemas inmediatamente después de desobedecer, pero es un error el pensar que nos libramos de ellos. Tarde o temprano deberemos enfrentar las consecuencias de nuestras acciones. Todo lo que hacemos trae consecuencias, y Dios quiere que pensemos antes de actuar. Tenemos que pensar: “¿Están mis acciones en línea con la ley de Dios?”

 

II. "No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.  No te inclinarás a ellas ni las honrarás, porque yo soy Jehová, tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia por millares a los que me aman y guardan mis mandamientos".

 

Esto anula en forma absoluta la adoración o reverencia a cualquier estatua, o crucifijo (cruces) o estrellas de David, o al tener cualquier tipo de imagen utilizada en nuestra adoración a Dios. No podemos adorar nada o a nadie, excepto a Dios. Alguien dirá que alguna estrella de rock, o deportista, o estrella de cine es su ídolo. Ellos son culpables de faltar al segundo Mandamiento. No debemos tener ningún ídolo. No debemos usar ninguna figura o imagen para nuestro culto a Dios.

 

Podemos tener héroes, que son gente a la cual admiramos por su buen ejemplo, pero ellos no deben tomar el lugar de Dios en nuestras vidas. Piense en las formas que una persona podría poner a alguien en lugar de Dios.

 

III. "No tomarás el nombre de Jehová, tu Dios, en vano, porque no dará por inocente Jehová al que tome su nombre en vano".

 

El nombre de Dios es especial. Identifica quién es Él y qué es lo que Él hace. Sólo debemos usarlo con el más inmenso respeto, reverencia y temor, y nunca con ira, jergas o profanidad. La manera que usamos el nombre de Dios demuestra como nos sentimos con respecto a Él. ¿Tememos y reverenciamos apropiadamente el nombre de Dios de la forma que deberíamos hacerlo?

 

En realidad nosotros profanamos el nombre de Dios cuando nos llamamos Cristianos y aún nos comportamos de una manera que la Biblia condena. Si decimos que somos Cristianos y todavía mentimos y robamos, y violamos los otros mandamientos, deshonramos el nombre de Dios. Nuestras acciones deberían traer honor, no deshonra, a Su nombre.

 

Tantas películas, programas de televisión y gente de todo tipo de vida no piensan nada al usar el nombre de Dios de forma indiferente. Él dice que Él no los juzga librará de culpa a aquellos que hagan esto. Otra manera en que la gente toma el nombre de Dios en vano es en el uso de eufemismos (que significa la sustitución de una palabra inofensiva por otra que es ofensiva). Por ejemplo, el decir, “Papa lindo” en vez de “Dios mío”. El usar de estas expresiones está mal. Son eufemismos para lo que realmente la gente quiere decir.

 

IV. "Acuérdate del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra, pero el séptimo día es de reposo para Jehová, tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el sábado y lo santificó".

 

El cuarto mandamiento termina la primera sección de los Diez Mandamientos que nos dicen específicamente cómo quiere Dios que nos relacionemos con Él. También es el mandamiento más ignorado y atacado por los hombres. El desobediente no se da cuenta por qué es importante el día que ellos santifican.

 

Pero escuchen lo que Dios Todopoderoso dijo sobre el Sábado en Éxodo 31, versículos 13 al 17:

 

Éxodo 31:13-17 13 Tú hablarás a los hijos de Israel y les dirás: "En verdad vosotros guardaréis mis sábados, porque es una señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico. 14 Así que guardaréis el sábado, porque santo es para vosotros; el que lo profane, de cierto morirá. Cualquier persona que haga alguna obra en él, será eliminada de su pueblo. 15 Seis días se trabajará, pero el día séptimo es día de descanso consagrado a Jehová. Cualquiera que trabaje en sábado, ciertamente morirá". 16 Guardarán, pues, el sábado los hijos de Israel, celebrándolo a lo largo de sus generaciones como un pacto perpetuo. 17 Para siempre será una señal entre mí y los hijos de Israel, porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y descansó. (RV)

 

Esto fue verdad entonces, y es verdad ahora porque Dios no cambia (Hebreos 13:8). Es una marca para siempre entre Dios y Su gente. Nos identifica como gente de Dios, y permite que Dios y que nosotros conozcamos quiénes somos. La gente que no guarda el Sábado del séptimo día, no conoce a Dios porque es el Sábado que nos identifica como pueblo de Dios. Dios ve de esta forma que somos obedientes a Él y nosotros, al hacer esto, vemos a Dios en nuestro culto en el Sábado. 

 

Veamos cómo y cuándo Dios creó el Sábado en Génesis 2:1-3.

 

Génesis 2:1-3 1 Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo lo que hay en ellos. 2 El séptimo día concluyó Dios la obra que hizo, y reposó el séptimo día de todo cuanto había hecho. 3 Entonces bendijo Dios el séptimo día y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación. (RV)

 

Luego que Dios había acabado con su creación física, y que había hecho al hombre, luego Él hizo el Sábado para el hombre (Marcos 2:27). Él no lo hizo solo para Israel, sino para todos los hombres. Él lo hizo descansado, y lo hizo santo. Él nos manda que descansemos, y que lo mantengamos santo.  En ningún lugar de la Biblia podemos encontrar dónde Dios cambió esto. Tenemos el ejemplo de Jesucristo y los Apóstoles que guardaron el Sábado. El Apóstol Pablo nos dijo que debíamos imitarlo tal como él imitaba a Cristo (1Cor 11:1).

 

El Sábado (el 7mo. día de la semana) es el único día de la semana que Dios hizo santo, y sólo Dios puede hacer algo santo, el hombre no puede. La única cosa que el hombre puede hacer es escoger ya sea obedecer o desobedecer.

 

Cuando Dios nos dice que descansemos en el Sábado, Él no nos está diciendo que nos quedemos sentados inmóviles y que no hagamos nada. Es un día especial. Es un momento para reunirse solemnemente con otros que creen como nosotros creemos. Es un momento para rendir culto a nuestro Creador y pasar un tiempo con Él, buscando aprender más sobre Él, y acercarnos más a Él. Es un tiempo para dejar de centrarnos en nuestras actividades normales y centrarnos en renovar espiritualmente nuestras mentes.

 

¿Cómo mantenemos santo el Sábado? Al reunirnos nosotros para rendir culto y adorar a Dios para aprender más sobre Él, y para acercarnos a Él al congregarnos con otros que creen igual que nosotros, cantando y orando. Isaías 58:13-14 nos dice que Dios quiere que llamemos el Sábado una delicia. Para hacer esto, debemos prepararnos con anticipación. Nunca debemos dejar que el Sábado nos encuentre desprevenidos. Tenemos seis días para pensar y para prepararnos para el Sábado tal y como lo hacemos con nuestros otros trabajos.

 

¿Cómo profanamos el Sábado? Haciendo nuestro propio trabajo, al hacer que otros trabajen para nosotros (por ejemplo al salir a comer a un restaurante), al estar preocupados de nuestras propias ideas e intereses, al no hacer que Dios sea el centro de atención de ese día.

 

La Biblia tiene mucho que decir sobre el Sábado. Necesitamos saber cómo siente Dios sobre Su Sábado que Él hizo para nosotros, y por qué. No estamos libres de hacer lo que queramos en ese día. Ver también el artículo El Día de Sábado[CB21].

 

V. "Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová, tu Dios, te da".

 

Notar, primero que todo, que el quinto mandamiento es el primer mandamiento que incluye una promesa, que nuestros días serán prolongados. ¿Cómo es que el honrar a nuestros padres nos dará una vida más larga? Por un lado, si obedecemos a nuestros padres, no estaremos cayendo en hábitos destructivos como las drogas, sexo, mentiras, robos, engaños y otros comportamientos dañosos. También, si obedecemos y honramos a nuestros padres, Dios nos bendecirá.

 

Se le tiene que enseñar a los niños este mandamiento desde una edad temprana porque al aprender a obedecerlo les ayudará a comenzar un hábito para toda su vida de respetar a la autoridad, las reglas y las leyes – ambas, las de Dios y las de los hombres. Luego, conforme vayan creciendo, sabrán que no hay problema en transferir ese amor, obediencia y respeto que ellos han sentido por sus padres hacia su Padre celestial.

 

Comenzando con el quinto mandamiento, Dios nos dice cómo debemos amar a otros; los cuatro primeros nos enseñaron cómo amar a Dios. Los primeros cuatro y los últimos seis están resumidos en Mateo 22:37-40:

 

Mateo 22:37-40 37 Jesús le dijo: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente". 38 Este es el primero y grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo".40 De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas. (RV)

 

Ésta es la respuesta que Cristo dio cuando se Le preguntó cuál era el gran mandamiento en la Ley.  De tal manera que nosotros podemos ver que estos dos sintetizan la Ley entera.

 

¿Cómo honramos a nuestros padres? Al mostrarles respeto, al obedecerles, al ser corteses y educados con ellos, y al seguir su ejemplo tal y como ellos siguieron a Dios. Dios desea nuestra obediencia sobre todo lo demás. Él dice que esa es la manera de demostrarle amor, y nuestros padres no esperan menos de nosotros.

 

VI. "No matarás".

 

La vida es un regalo precioso de Dios, y ya que sólo Dios puede crear la vida, sólo Él puede decidir cuándo la vida debe terminar. La sociedad de hoy está tan alejada de Dios y de Sus enseñanzas que el asesinato es usado en el cine y en la televisión como diversión, y para entretener a la gente. La gente que ve mucha televisión mira infinidad de asesinatos todos los días, y eso les ocasiona que se desensibilicen de la violencia.

 

Pero Dios dice, en Mateo 5, que no debemos molestarnos con nuestro hermano. El camino de Dios es el camino del amor, no del conflicto. La Biblia nos enseña que hay un tiempo para estar molesto, pero que necesitamos estar seguros que nuestra molestia se dirija hacia la injusticia y hacia los actos pecaminosos, no hacia la gente. También hay ciertos actos por los cuales Dios permite a los gobiernos a imponer el castigo de la pena capital para el bien de la sociedad. Esto no viola el sexto mandamiento.

 

VII. "No cometerás adulterio".

 

Mucha gente piensa que este mandamiento se refiere sólo a la gente casada que es infiel a sus votos matrimoniales, pero eso es incorrecto. Debemos aprender a ver las situaciones a través de los ojos de Dios, no de los ojos del mundo. Lo que Dios realmente nos está diciendo aquí es que el sexo debe ser realizado solo por dos personas que están casadas la una con la otra, y cualquier otro uso del sexo va en contra de la ley de Dios.

 

Esto es tan vital para Dios que Él nos dice en Mateo 5:27-28:

 

Mateo 5:27-28 27 Oísteis que fue dicho: "No cometerás adulterio". 28 Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. (RV)

 

Él pone muy en claro la forma de cómo Él piensa sobre el sexo fuera del matrimonio; no hay nada que interpretar o para tener confusión al respecto.

 

VIII. "No hurtarás".

 

Todos tienen el derecho a tener propiedad para sí mismos. Dios le dio a cada uno de nosotros ese derecho, y el octavo mandamiento protege dicho derecho. Solo estamos autorizado a lo para que trabajemos y ganamos, o a los que alguien nos dé como un regalo. Si tomamos algo de alguna otra manera, está mal. Esto aplica a grados, dinero, o a cosas. Dios nos manda respetar los derechos de otros y su propiedad de la misma manera que quiere que otros respeten lo nuestro.

 

Hay muchas maneras de robar, incluyendo el no dar una remuneración honesta por un día de trabajo, el no dar lo mejor de nosotros mismos cuando somos contratados para realizar un trabajo, el prestarse algo y no devolverlo. Piense en algunos otros ejemplos.

 

Malaquías 3:8-10 nos muestra que podemos robar de Dios:

 

Malaquías 3:8-10 8 ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y aún preguntáis:"¿En qué te hemos robado?" En vuestros diezmos y ofrendas. 9 Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. 10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi Casa: Probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, a ver si no os abro las ventanas de los cielos y derramo sobre vosotros bendición hasta que sobre abunde. (RV)

 

Hay numerosas maneras de romper los mandamientos de Dios contra el robo, por eso debemos estar especialmente alertas y cuidarnos que siempre estar en guardia.

 

IX. "No dirás contra tu prójimo falso testimonio".

 

Dios ama la verdad; Su palabra es verdad. En Proverbios 6:16-19 hay una lista de cosas que Dios odia.

 

Proverbios 6:16-19 16 Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete le son abominables: 17 los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos que derraman sangre inocente, 18 el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies que corren presurosos al mal, 19 el testigo falso, que dice mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos. (RV)

 

Entre las seis cosas que Dios odia, dos de ellas se relacionan con la mentira. Dios quiere que nosotros siempre digamos la verdad. Nosotros debemos amar la verdad. Ya que no queremos que la gente mienta sobre nosotros, Dios nos manda que no mintamos sobre nadie. La mentira arruina reputaciones, deteriora el carácter y el buen nombre de alguien a quien le tomó toda una vida construir.

 

En Juan 8:44, Jesús llamó a Satanás el padre de las mentiras. No queremos ser culpables de seguir el ejemplo de Satanás. En el pasado, todos habíamos sido culpables de mentir, pero debemos arrepentirnos y recordar Proverbios 12:22.

 

Proverbios 12:22 Los labios mentirosos son abominables para Jehová, pero le complacen quienes actúan con verdad. (RV)

 

No podemos quedarnos con la verdad sin la ayuda de Dios porque Él también nos dice en Jeremías 17:9-10:

 

Jeremías 17:9-10 9 Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso;  ¿quién lo conocerá?  10 ¡Yo, Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras! (RV)

 

Si nosotros se lo pedimos, Él nos ayudará.

 

X. "No codiciarás la casa de tu prójimo: no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo".

 

Este mandamiento se refiere a cómo debemos pensar más que en lo que realmente hacemos. Todos los pecados comienzan en el corazón (o en la mente). Éste nos hace saber que Dios no está simplemente preocupado con actos y palabras, sino que también con nuestros pensamientos.

 

Marcos 7:21-23 21 porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, 22 los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lujuria, la envidia, la calumnia, el orgullo y la insensatez. 23 Todas estas maldades salen de dentro y contaminan al hombre. (RV)

 

“Codiciar” significa ansiar o desear en una manera inapropiada. Va más allá del sólo admirar algo que alguien tiene. Incluye envidia, que es sentir resentimiento por el hecho que alguien tiene algo que nosotros no poseemos. Es añorar o querer algo sobre lo cual no tenemos ningún derecho.

 

Para combatir la codicia debemos confiar en que Dios nos brindará la manera de llenar todas nuestras verdaderas necesidades. Debemos centrarnos en Dios y Sus instrucciones que nos da para todas las áreas de nuestras vidas, porque Él promete una gran paz a todos aquellos que sus mentes se quedaron con Él (Isaías 26:3). Si nuestro centro está en Dios y en lo que Él quiere, no nos rendiríamos a pensamientos y deseos malos.

 

Como dijimos antes, los Diez Mandamientos están resumidos en dos grandes mandamientos, --amar a Dios y amar a tu prójimo. Si seguimos este mandato, nuestro Padre estará muy contento con nosotros.

 

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