Iglesias Cristianas de Dios

[267]

 

 

 

Comiendo Juntos en Adoración [267]

(Edición 1.0 20060426020060426)

 

Las Leyes de Dios nos ordenan comer juntos en adoración. Cómo lo hacemos, con respecto a vestido y manera, nos refleja como iglesia y como embajadores del Reino de Dios en esta tierra.

 

 

 

Christian Churches of God

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 (Propiedad Intelectual ã 2006 Wade Cox)

(Tr. 2006)

 

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Comiendo Juntos en Adoración [267]


 

Dios nos ordena obedecer la Ley y reunirnos juntos en cualquiera sea la tierra que nos haya sido otorgada como herencia en adoración a Él. La estructura y las órdenes aparecen en  Deuteronomio Capítulo 12 en su integridad.

 

Deuteronomio 12:1 Estos son los estatutos y derechos que cuidaréis de poner por obra, en la tierra que Jehová el Dios de tus padres te ha dado para que la poseas, todos los días que vosotros viviereis sobre la tierra. (AVCV)

 

Cabe destacar que el marco de tiempo no está limitado al Templo y Jerusalén, sino a cualquier nación que nos sea dada, y por todos los días que vivimos en la tierra. 

 

 2 Destruiréis enteramente todos los lugares donde las gentes que vosotros heredareis sirvieron a sus dioses, sobre los montes altos, y sobre los collados, y debajo de todo árbol espeso: 3 Y derribaréis sus altares, y quebraréis sus imágenes, y sus bosques consumiréis con fuego; y destruiréis las esculturas de sus dioses, y extirparéis el nombre de ellas de aquel lugar. 4 No haréis así á Jehová vuestro Dios. 5 Mas el lugar que Jehová vuestro Dios escogiere de todas vuestras tribus, para poner allí su nombre para su habitación, ese buscaréis y allá iréis: (AVCV)

 

Así, el Señor elegirá otorgar un lugar para cada tribu y localidad. La adoración de dioses falsos será rechazada y no será imitada en la adoración del Único Dios Verdadero. Todas las naciones deberán adorar cualquier lugar donde el Señor ponga Su nombre. El diezmo está ligado a ésta adoración y la estructura del diezmo en adoración corresponderá a la tribu y nación donde sean ubicados en su herencia.

 

 6 Y allí llevaréis vuestros holocaustos, y vuestros sacrificios, y vuestros diezmos, y la ofrenda elevada de vuestras manos, y vuestros votos, y vuestras ofrendas voluntarias, y los primerizos de vuestras vacas y de vuestras ovejas:  7 Y comeréis allí delante de Jehová vuestro Dios, y os alegraréis, vosotros y vuestras familias, en toda obra de vuestras manos en que Jehová tu Dios te hubiere bendecido. 8  No haréis como todo lo que nosotros hacemos aquí ahora, cada uno lo que le parece.  9 Porque aún hasta ahora no habéis entrado al reposo y a la heredad que os da Jehová vuestro Dios. (AVCV)

 

Así, no debemos hacer lo que ante nuestra propia vista nos parece bien cuando nos encontramos en nuestra herencia y a salvo.

 

10 Más pasaréis el Jordán, y habitaréis en la tierra que Jehová vuestro Dios os hace heredar, y él os dará reposo de todos vuestros enemigos alrededor, y habitaréis seguros.  11 Y al lugar que Jehová vuestro Dios escogiere para hacer habitar en él su nombre, allí llevaréis todas las cosas que yo os mando: vuestros holocaustos, y vuestros sacrificios, vuestros diezmos, y las ofrendas elevadas de vuestras manos, y todo lo escogido de vuestros votos que hubiereis prometido a Jehová;  12  Y os alegraréis delante de Jehová vuestro Dios, vosotros y vuestros hijos, y vuestras hijas, y vuestros siervos, y vuestras siervas, y el Levita que estuviere en vuestras poblaciones: por cuanto no tiene parte ni heredad con vosotros.  (AVCV)

 

Se nos ordena ir a donde el Señor nuestro Dios eligiera ubicar Su nombre, y todos nosotros debemos tomar nuestras ofrendas y diezmos y comer allí junto con los siervos de Dios que no tienen otra herencia.

 

No debemos hacer nuestras ofrendas en cualquier lugar, sino en el lugar reservado por Dios con ese propósito. Hoy, eso significa el lugar determinado oficialmente por la Iglesia como instrumento para cumplir las Leyes de Dios en adoración.

 

13 Guárdate, que no ofrezcas tus holocaustos en cualquier lugar que vieres: 14 Más en el lugar que Jehová escogiere, en una de tus tribus, allí ofrecerás tus holocaustos, y allí harás todo lo que yo te mando. (AVCV)

 

La ingesta normal de carne no está restringida por ésta orden o ley, que permite la matanza y el consumo diario de carne en todas las puertas de nuestro pueblo.

 

15  Con todo, podrás matar y comer carne en todas tus poblaciones conforme al deseo de tu alma, según la bendición de Jehová tu Dios que él te habrá dado: el inmundo y el limpio la comerá, como la de corzo o de ciervo. 16 Salvo que  sangre no comeréis; sobre la tierra derramaréis como agua.(AVCV)

 

La restricción es que no debemos comer el diezmo dentro de cualquiera de nuestras puertas, y solo debe ser consumido en el lugar reservado con el propósito de la adoración del Único Dios Verdadero.

 

 17 Ni podrás comer en tus poblaciones el diezmo de tu grano, o de tu vino, o de tu aceite, ni los primerizos de tus vacas, ni de tus ovejas, ni tus votos que prometieres, ni tus ofrendas voluntarias, ni las elevadas ofrendas de tus manos: (AVCV)

 

Estos diezmos y ofrendas deben consumirse solamente en el lugar reservado con este fin por la Iglesia en cumplimiento de las fiestas del Señor tres veces por año de acuerdo al Calendario Sagrado (ver artículo El Calendario de Dios [156] y también Diezmando [161]).

 

18 Más adelante de Jehová tú Dios las comerás, en el lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido, tú, y tu hijo, y tu hija, y tu siervo, y tu sierva, y el Levita que está en tus poblaciones: y alegrarte has delante de Jehová tu Dios en toda obra de tus manos. 19  Ten cuidado de no desamparar al Levita en todos tus días sobre tu tierra. (AVCV)

 

Este aspecto no solo se refiere a Israel en su herencia temprana sino a toda la nación en su integridad y al Israel Espiritual, que es la Iglesia de Dios, como vemos en este texto. Podemos convertir nuestros diezmos en dinero e ir al lugar reservado para nosotros no importa donde estemos. Como el dinero es el medio normal de intercambio en estos días no hay problema en comprender este aspecto y el concepto de diezmo de ese dinero.

 

El texto requiere que vayamos y nos alegremos ante el Señor Dios en todo aquello que hacemos con nuestras manos.  El acto mismo de ir allá y comer es una función de adoración del Dios Viviente y lo que hacemos. Esto se menciona en este aspecto en el Salmo 22:29.

 

20 Cuando Jehová tu Dios ensanchare tu término, como él te ha dicho, y tu dijeres, Comeré carne, porque deseó tu alma comerla, conforme a todo el deseo de tu alma comerás carne.  21 Cuando estuviere lejos de ti el lugar que Jehová Tu Dios habrá escogido para poner allí su nombre, matarás de tus vacas y de tus ovejas , que Jehová te hubiere dado, como te he mandado yo, y comerás en tus puertas según todo lo que deseare tu alma. 22  Lo mismo que se come en el corzo y el ciervo, así las comerás: el inmundo y el limpio comerán también de ellas.  23 Solamente que te esfuerces a no comer sangre: porque la sangre es el alma; y no has de comer el alma juntamente con su carne. 24 No la comerás: en tierra la derramarás como agua.  25 No comerás de ella ; para que te vaya bien a ti, y a tus hijos después de ti, cuando hicieres lo recto en los ojos de Jehová. (AVCV).

 

La nación entera, tanto los limpios como los impuros (v.22), deberán comer de esas carnes en las fiestas. Está prohibido comer o consumir la  sangre de estos animales.

 

Los diezmos y aquello que es aceptable ante Dios deberán ser llevados al lugar de la Fiesta que ha sido elegido con este propósito. Así, desde la primera parte del texto en el verso 17, se nos prohíbe comer el diezmo dentro de nuestras puertas. Sin embargo, cuando  estamos diseminados y el lugar reservado para las fiestas está demasiado lejos, entonces podremos comer del diezmo dentro de nuestras puertas como sea necesario (v. 21), pero se espera que estemos en el lugar elegido para la Fiesta (vv 26-27). Por esto, debemos hacer todos los esfuerzos posibles para ir allí pero si no podemos entonces podremos comer de los diezmos en nuestro hogar. Si tenemos que hacer esto, podemos convertir el diezmo a dinero y llevarlo y ofrecer los votos que hemos hecho ante Dios en el lugar elegido. De todos modos, en tiempos modernos, el diezmo es dinero  para la mayoría de los trabajadores.

 

26 Empero las cosas que tuvieres tú consagradas, y tus votos, las tomarás y vendrás al lugar que Jehová hubiere escogido: 27 Y ofrecerás tus holocaustos , la carne y la sangre sobre el altar de Jehová tu Dios: y la sangre de tus sacrificios  será derramada sobre el altar de Jehová tu Dios , y comerás la carne. (AVCV)

 

Hay un mandato aquí en el texto con respecto al requerimiento de que cumplamos estos aspectos por siempre. Cristo cumplió la ley de Dios y por esto eliminó el sacrificio, pero el no descartó la ley y no eliminó ni las fiestas ni el diezmo. 

 

 28 Guarda y escucha todas esas palabras que yo te mando , porque te vaya bien a ti, y a tus hijos después de ti para siempre, cuando hicieres lo bueno y lo recto en los ojos de Jehová tu Dios . 29 Cuando yo hubiere devastado delante de ti Jehová tu Dios las naciones a donde tu vas para poseerlas , y las heredades, y habitares en su tierra; 30 Guárdate que no tropieces en pos de ellas, después de que fueren destruidas delante de ti: no preguntes acerca de tus dioses diciendo: De la manera que servían aquellas gentes a tus dioses, así haré yo también. 31    No harás así a Jehová tu Dios, porque todo lo que Jehová aborrece, hicieron ellos a sus dioses; pues aún a sus hijos e hijas quemaban en el fuego a sus dioses. 32 Cuidaréis de hacer todo lo que yo os mando: no añadirás a ello, ni quitarás de ello. (AVCV)

                                     

Así, siempre se interpretó que debíamos cumplir con la ley y guardar las Fiestas de Dios y reunirnos todos juntos en adoración como congregaciones así ordenadas.

 

Esto fue comprendido desde los primeros tiempos. David sabía que debía asistir a las Fiestas de la Luna Nueva en la corte del rey como oficial (1Sam. 20:5,24). Se requirió su asistencia. Si no vestimos apropiadamente ante civiles nobles, cuánto mas deberíamos hacer esto ante Dios y nuestra hermandad?

La Iglesia hizo esto en congregaciones, como leemos en Hechos 2:42-47.

 

Hechos 2:42-47 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, y en la comunión , y en el partimiento del pan, y en las oraciones. 43 Y toda persona tenía temor: y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles.  44 Y todos los que creían estaban juntos; y tenían todas las cosas comunes ; 45 Y vendían las posesiones, y las haciendas, y repartíanlas a todos, como cada uno había menester. 46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y con sencillez de corazón, 47 Alabando a Dios, y teniendo gracia con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos. (AVCV)

 

Así como se agregaron las Iglesias crecieron, y la gente adoraba y comían juntos frecuentemente.

 

Ellos adoraban en el Templo mientras estaba en Jerusalén e iban a las casas de los hermanos y comían juntos. Fuera de Judea se reunían en sus casas y comían juntos en adoración.

 

La Iglesia en Corintos estaba transformando estas fiestas en ocasiones de ofensa y se les dijo que comieran en sus casas si no podían comportarse en una forma decorosa.

1Corintios 11:20-34 Cuando pues os juntáis en uno, esto no es comer la cena del Señor:  21 Porque cada uno toma antes para comer su propia cena; y el uno tiene hambre, y el otro está embriagado.  22 Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿O menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen ? ¿Qué os diré?¿Os alabaré? en esto no os alabo.  23 Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomo pan;  24 Y habiendo dado gracias, lo partió y dijo: Tomad, comed: esto es mi cuerpo que por vosotros es partido: haced esto en memoria de mi. 25 Así mismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el Nuevo pacto en mi sangre: haced esto todas las veces que bebiereis, en memoria de mi. 26  Porque todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que venga. 27 De manera que, cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. 28 Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así de aquel pan, y beba de aquella copa.  29 Porque el que come y bebe indignamente, juicio come y bebe para sí, no discerniendo el cuerpo del Señor.  30 Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros; y muchos duermen.  31 Que si nos examinásemos á nosotros mismos, cierto no seríamos juzgados.  32 Más siendo juzgados, somos castigados del Señor, para que no seamos condenados con el mundo. 33 Así que , hermanos míos, cuando os juntáis a comer, esperaos unos a otros. 34 Si alguno tuviere hambre, coma en su casa, porque no os juntéis para juicio. Las demás cosas ordenaré cuando llegare.(AVCV)

 

Así, la Cena anual del Señor que era una ocasión de solemnidad y conmemoración se estaba transformando en una rebelión en Corinto. Los hermanos debían acudir juntos para comer y comportarse de un modo decoroso mientras comieran juntos.

 

De este modo ellos serían embajadores de Dios y respetuosos entre ellos mismos.

 

La Iglesia entendió este aspecto pero era cuidadosa de que el Reino de Dios no es carne y bebida, sino justicia y Paz y alegría en el Espíritu Santo (Rom. 14:17).  La forma en que nos comportamos, y el respeto que mostramos a la hermandad demuestra nuestras propias actitudes hacia Dios y Cristo en la Iglesia.

 

Código de Vestimenta

Todos los hermanos recibieron un código de vestimenta. Los hombres no debían llevar cabello largo (1Cor. 11:14) y debían vestirse apropiadamente. Las mujeres debían vestir con atuendos modestos.

 

1Timoteo 2:9-10  

Asimismo también las mujeres, ataviándose en hábito modesto, con vergüenza y modestia; no con cabellos encrespados, ú oro, ó perlas, ó vestidos costosos. Sino de buenas obras, como conviene a mujeres que profesan piedad.

 

La palabra ‘bordado’ en la KJV es el término griego plegma, que quiere decir trenzas o cabello entrelazado de un modo ornamental.  En aquel entonces se acostumbraba llevar el cabello adornado con oro y perlas, etc. La referencia se hace a las esposas más que a las mujeres en general.

 

Comentario: El texto no implica una prohibición total de lucir joyas o cabello trenzado, mas bien Pablo estaba expresando cautela en una sociedad donde estas cosas eran signos de lujo extravagante y demostración de orgullo personal.

 

Comparar también Pedro 3:3-5:

El adorno de las cuales no sea exterior con encrespamiento del cabello, y atavío de oro, ni en compostura de ropas. 4 Sino el hombre de corazón que está encubierto, en incorruptible ornato de espíritu agradable y pacífico, lo cual es de grande estima delante de Dios. 5 Porque así también se ataviaban en el tiempo antiguo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, siendo sujetas a sus maridos. (AVCV)

 

Entonces, también de acuerdo a la ley, las mujeres no deben usar indumentaria de hombre ni un hombre debe lucir vestimenta de mujer.

 

Deuteronomio 22:5

No vestirá la mujer hábito de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace.

 

Es por estas restricciones y por las  costumbres de las Iglesias de Dios mantenidas por largo tiempo, que ellos debían cumplir con un código de vestimenta de acuerdo a las naciones dentro de las cuales ellos residían.

 

Las Fiestas Sabáticas de la Iglesia siempre eran consideradas como fiestas de boda donde nos vestimos para presentarnos ante la llegada de nuestro marido Jesús Cristo, y para adoración ante nuestro Padre, el Único Dios Verdadero.

 

Por esto, el mínimo estándar era el mejor traje o vestido que tuviéramos para ocasiones especiales. O en el peor de los casos nos vestíamos como lo haríamos para hacer negocios mostrando cortesía a aquellos con los cuales comíamos.

 

Solo en los últimos años se ha vuelto moda en algunos países no vestir con atuendos semi-formales ni los Sábados y ni los Días Santos del Señor,  tanto al ir a la iglesia o luego en comidas comunales. No obstante, eso no lo hace correcto. Simplemente significa que estamos bajando nuestro estándar descuidando los dictámenes de las Escrituras y las costumbres de las Iglesias de Dios.

 

Siempre ha sido la práctica de las Iglesias de Dios que las mujeres no vistan pantalones los Sábados, Lunas Nuevas y Días Sagrados sino que vistan en una forma apropiada con un vestido o pollera y blusa, con o sin campera.

 

Los hombres siempre visten camisa y corbata con una campera en los lugares más fríos tanto para servicios como en las comidas.

 

En las naciones de Asia vestidos nacionales formales como camisas batik o Barongs (en las Filipinas) son vestimentas formales aceptadas.

 

Sarongs y Saris también son vestidos nacionales aceptables como vestimenta formal.

 

Los vestidos elegantes e informales pueden ser apropiados para comidas de Fiesta en otras ocasiones que no sean ni Sábados ni Días Sagrados.

 

Para actividades al aire libre las mujeres pueden vestir ropa pantalones y botas.

 

Los pantalones jean no son aceptables en ninguna actividad de interior, pero pueden vestirse en lugares al aire libre como asados y caminatas.

 

Las sandalias han sido utilizadas desde que el calzado fue inventado y nunca han sido restringidas, no obstante, deben ser llevadas apropiadamente.

El calzado deportivo u ortopédico solo puede llevarse cuando sea necesario por indicación médica en cualquier comida formal o funciones de la Iglesia.

 

Estos estándares han sido adoptados por resolución en todos los organismos nacionales de las Iglesias de Dios y por la Conferencia Mundial.

 

Si no nos respetamos los unos a otros lo suficiente como para vestir de una forma apropiada debemos quedarnos en casa. Recordemos que somos parte del Cuerpo de Cristo y nuestro vestido debe reflejar este hecho. Cada vez que nos reunimos estamos ante Dios y debemos honrarlo a Él con nuestro vestido, así como con nuestro discurso y comportamiento.

 

Para concluir, depende de nosotros vestirnos apropiadamente para no ofender ni a Dios ni a ninguno de nuestros hermanos. La gente necesitada debe ser asistida para que todos puedan asistir a las Fiestas, a comunión y a comer juntos con regularidad cuando esto sea posible, y a tener las necesidades básicas de la vida como vimos en Hechos 2:45, así no nos falta nada.

 

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